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Mantén tu cocina limpia -

No solo crearás una buena impresión, sino que te proporcionará el espacio para cocinar bien y sin causar un desastre.

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Cuida la presentación -

Si de verdad quieres ser un/a chef de categoría Michelin debes cuidar la presentación al máximo.

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Cocina con ingredientes de temporada -

Debes intentar cocinar siempre con ingredientes frescos y de temporada. Además de apoyar a los productores locales, estarás combatiendo el cambio climático y utilizando alimentos más ricos por menos dinero.

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Ve a los mercados -

Allí encontrarás productos más frescos que en los supermercados y, además, estarás apoyando la economía local de forma directa.

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El flameado -

Para un sabor distintivo en el bistec o los crepes te recomendamos el flameado. Eso sí, ¡ten mucho cuidado con las llamas!

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Las sobras -

Cáscara de vegetales, huesos o cáscara de huevo, por ejemplo. La mayoría de los desperdicios se pueden guardar para hacer compost... con el que luego podrás plantar tus propias verduras.

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Verduras marinadas -

Si conservas las verduras de esta forma te durarán por mucho más tiempo y le estarás añadiendo un toque de sabor extra al plato.

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Compra las mejores frutas y verduras -

La forma en la que las frutas y las verduras lucen por fuera es un buen indicador de su estado y su intensidad de sabor. Aléjate de aquellas que tengan colores raros y parezcan arrugadas.

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Cultiva tus propias especias -

Además de ahorrar dinero estarás disfrutando de las especias y hierbas más frescas.

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Escaldar, mejor que cocer -

En lugar de hervir las verduras, puedes escaldarlas y luego dejarlas enfriar. Esto preservará los nutrientes y el sabor.

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Sous-vide, la cocción perfecta -

Este método de cocina se basa en la preparación de la carne a muy poca temperatura. ¡Lo utilizan los mejores restaurantes!

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Almacena las frutas y las verduras de la forma correcta -

Los aguacates, los tomates y las cebollas no deben ir en el frigorífico, al igual que los ajos y la mayoría de las verduras.

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Cocina a fuego lento -

Intenta cocinar a fuego lento siempre que puedas. También puedes probar a cortar la carne más fina.

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Filete de solomillo -

La mejor manera de cocinarlo es en una sartén de hierro y añadiendo un poco de mantequilla al final, para darle un toque caramelizado.

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Aprovecha el jugo -

Aprovecha el jugo de la carne añadiendo un poco de vino o agua a la sartén y crear así una salsa.

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Tuesta las nueces y las especias -

Se trata de la forma ideal de añadir más sabor a estos ingredientes. Para ello, solo tendrás que meterlos en el horno durante unos pocos minutos, con mucho cuidado para que no se quemen.

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Marina la carne -

Cuanto más ricos y fuertes sean los sabores, mejor será la marinación. Recuerda que la carne necesita horas para estar lista.

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Confitados -

Cocinar platos confitados puede llevarte horas, pero es una forma deliciosa y sofisticada de preparar la comida.

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Ingredientes potentes -

El plato debe estar repleto de sabor. Las anchoas, los tomates secos y la pasta de aceituna son algunos de tus mejores aliados en la cocina.

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Cocina tu propios complementos -

Puedes cocinar tu propio pan, salsa y aliños para que todos los comensales se queden con la boca abierta.

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Experimenta con el carpaccio -

Este sofisticado plato de ternera fina y cruda también está delicioso en sus variantes vegetarianas, como la del calabacín o la remolacha.

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Gastronomía molecular -

Podemos usar muchas técnicas para emular la cocina de los restaurantes Michelin. Hablamos, por ejemplo, de los métodos de la espuma, del dióxido de carbono o del nitrógeno líquido. Eso sí, siempre con precaución.

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Prepara con antelación -

Asegúrate de que dispones de todos los ingredientes necesarios y de que estos están ya cortados y preparados antes de comenzar a cocinar. En los fogones, el tiempo lo es todo.

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Un equipamiento decente -

Si vas en serio con la cocina necesitarás invertir algo de dinero en un equipamiento decente, comenzando por un buen set de cuchillos. 

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Usa un aceite de oliva virgen extra -

No escojas otros aceites de menor calidad, pues terminarían por quitarle sabor al plato.

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Las salsas francesas -

La salsa béchamel, la velouté, la espagnole, la de tomate, la holandesa...  Todas ellas son un exquisito regalo de la gastronomía francesa y deberías aprender a cocinarlas.

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Condimenta bien -

Compra sal y pimienta de calidad y asegúrate de conocer las cantidades exactas que debes añadir a la carne.

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Cocina con mantequilla -

No infravalores el sabor de la mantequilla, que puede terminar de rematar cualquier plato, desde los curris hasta los filetes.

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Compra a escala local -

Comprar en la carnicería o pescadería del barrio es la mejor opción. Notarás la diferencia en el sabor y en la cartera y, además, estarás contribuyendo a mejorar la calidad de vida de las personas que trabajan en estos pequeños negocios.

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Experimenta con los sabores -

A veces, las mezclas más extrañas son las que mejor funcionan. ¿Te atreves a combinar el chile con el chocolate?

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