© Shutterstock

Cucamelon - Los frutos de esta planta trepadora son del tamaño de una uva y saben a pepino. Normalmente, se comen como aperitivo.

© Shutterstock

Cucamelon - También se conoce como sandía ratón o pepinillo agrio mexicano.

© Shutterstock

Cajeta - Un manjar espeso y empalagoso para aquel que nunca lo ha probado. 

© Shutterstock

Cajeta - Su nombre deriva de los cajetes de madera en que se envasaban. Es una combinación de leche de vaca con leche de cabra.

© Shutterstock

Tacos de lengua, ojo y labio - Estas partes de la vaca son subestimadas porque realmente son tiernas y deliciosas.

© Shutterstock

Tacos de lengua, ojo y labio - Pero es fácil entender la preocupación de un turista. (Foto: CC BY 2.0)

© Flickr/Creative Commons

Huitlacoche - Se trata del hongo, parásito, que le crece a la mazorca.

© Shutterstock

Huitlacoche - El maíz infectado cuesta 50% más que el sano.

© Shutterstock

Monstera deliciosa - Conocida en algunos sitios como costilla de Adán, es una fruta con una mezcla de sabores tropicales fuertes como piña, coco y plátano.

© Shutterstock

Monstera deliciosa - ¡Pero ojo! No cometas el error de morder uno verde porque entonces experimentarás irritación severa de la garganta y la piel.

© Shutterstock

Mezcal de pechuga - En la tercera ronda de destilación, el mezcalero cuelga una pechuga de pollo crudo sobre el alambique de cobre abierto, permitiendo que los vapores de la bebida se mezclen con la esencia carnosa del pollo.

© Shutterstock

Mezcal de pechuga - Es propósito: atemperar el sabor del licor.

© Shutterstock

Sal de gusano - Ya que estamos con el mezcal, vale hablar de su acompañante, la sal de gusano.

© Shutterstock

Sal de gusano - La especia esta elaborada con el gusano del maguey seco, tostado, molido y luego combinado con sal y chile de árbol.

© Shutterstock

Chinicuiles - Estos mismos gusanitos son una riqueza gastrónomica ancestral.

© Shutterstock

Chinicuiles - Se utilizan para aderezar salsas, tacos, tamales y dulces desde la época prehispánica. Además, brindan bastante energía calórica.

© Shutterstock

Menudo - Es un caldo tradicional mexicano, hecho de chile rojo y estómago de vaca.

© Shutterstock

Menudo - Sin duda alguna, la mejor cura para la cruda.

© Shutterstock

Chicharrones - ¡Piel de cerdo frita y crujiente!

© Shutterstock

Cueritos - También se comen bajo el nombre de 'cueritos' cuando es curtido en vinagre. (Foto: CC BY 2.0)

© Flickr/Creative Commons

Chapulines - 'Si salta, corre o vuela, a la cazuela', dice un proverbio gastronómico mexicano.

© Shutterstock

Chapulines - Este aperitivo tiene el doble contenido de proteína que la carne.

© Shutterstock

Escamoles - Las larvas de hormigas son el caviar mexicano.

© Shutterstock

Escamoles - Encima, son un afrodisíaco potente.

© Shutterstock

Guapinol o jatoba - El mecanismo de defensa de esta fruta es particular. Huele a pie y su cáscara es muy difícil de romper.

© Shutterstock

Guapinol o jatoba - La carne tiene un sabor similar a la leche en polvo, con toques de queso parmesano e hierbas. Por eso es más bien empleada en la repostería o se cocina su pulpa para hacer una bebida refrescante.

© Shutterstock

Tepache - Esta bebida se hace a base de maíz fermentado y se le añade trozos de piña y piloncillo para mejorar su sabor.

© Shutterstock

Tepache - Ya que se trata de un cóctel fermentado, tiene un grado mínimo de alcohol y un beneficio de probióticos. (Foto: CC BY 2.0)

© Flickr/Creative Commons

Torta ahogada - ¡Un pan remojado nunca supo tan bien!

© Shutterstock

Torta ahogada - Típico de Jalisco, es básicamente un entre pan de carne bañado con salsa de tomate.

© Shutterstock