Signos de evolución que tienes en tu propio cuerpo -

¿Alguna vez te has preguntado por qué se te pone la piel de gallina? O, a diferencia de muchos otros mamíferos, ¿casi no tienes vello corporal? Bueno, la respuesta podría estar en algún punto de nuestra línea de evolución como especie. Según la teoría de la evolución, los humanos han evolucionado y se han adaptado a lo largo de millones de años. Además, puedes verlo por ti mismo: hay pruebas de ello en tu propio cuerpo.

Haz clic en la galería para descubrir los signos físicos de la evolución en tu propio cuerpo.

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Ojos azules -

Los ojos azules son una mutación genética que surgió con la evolución. Hasta hace entre 6.000 y 10.000 años, todos los humanos tenían ojos marrones.

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Tubérculo de Darwin -

Esta pequeña protuberancia en la parte externa de nuestras orejas también es signo de evolución. Muchos primates tienen orejas puntiagudas y esta es nuestra herencia.

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Palmar largo -

Presiona el pulgar contra el meñique y flexiona la muñeca, y verás que se te sale el tendón del palmar largo. Este tendón fue útil en nuestros días de primates, pero ya no tiene un efecto sobre la fuerza de agarre. Se estima que alrededor del 16% de las personas no lo tienen.

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Hipo -

Todos hemos sentido estos molestos espasmos, pero ¿sabes de dónde viene la reacción? Bueno, se cree que el hipo tiene su origen en nuestros antepasados anfibios.

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Reflejo de agarre palmar -

Los bebés recién nacidos pueden emplear mucha fuerza cuando agarran un dedo. Se cree que esto proviene de nuestros antepasados primates, que se aferraban al cabello de su madre.

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Piel de gallina -

Podemos observar el mismo reflejo en otros animales, pero ellos tienen pelaje, y el resultado es una capa adicional de protección. Lo heredamos de nuestros antepasados, a pesar de que ahora no tenemos pelo.

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Músculos del bigote -

¿No sería curioso que tuviéramos bigotes, como otros mamíferos? Bueno, en realidad todavía tenemos pequeños músculos residuales para moverlos.

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Cóccix -

El cóccix, también conocido como coxis, es un vestigio de nuestras colas.

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Falta de pelo corporal -

Hay muchas teorías sobre por qué se nos cayó el pelo, a diferencia de nuestros parientes primates. Aunque probablemente tenía algo que ver con nuestro hábitat.

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Plica semilunaris -

Al igual que otros mamíferos y vertebrados, también teníamos un tercer párpado. La plica semilunar se encuentra en la esquina de los ojos y es un vestigio de la membrana nictitante.

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Músculos auriculares -

Es posible que tengamos músculos alrededor de las orejas, pero ahora son más débiles y ya no los movemos, porque no necesitamos mover las orejas.

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Vello en las axilas -

Aunque la mayor parte de nuestro cuerpo no tiene vello, todavía nos crece vello en las axilas de forma natural. Se ha sugerido que podría haber servido para retener el olor y así atraer a una pareja.

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Amígdalas -

Son parte de nuestro sistema linfático y desempeñan una función en la defensa de nuestro cuerpo contra las infecciones, pero podemos vivir fácilmente sin ellas. De hecho, muchas personas lo hacen, sin que afecte a su sistema inmunológico.

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Costilla cervical -

Las costillas cervicales no son muy comunes, pero un pequeño porcentaje de personas las tienen, así como algunos reptiles.

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Músculo subclavio -

Este músculo, que se extiende desde el hombro hasta la primera costilla, era bastante útil cuando caminábamos a cuatro patas. Ahora, no tanto. Una vez más, no todos tenemos este músculo. Y los que lo hacen podrían tenerlo solo de un lado.

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Costilla lumbar -

No todas las personas tienen costilla lumbar. De hecho, se estima que solo el 8% de los humanos la poseemos. Sin embargo, las costillas lumbares están presentes en primates como los chimpancés y los gorilas.

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Pezones masculinos -

Está bastante claro por qué los tienen las mujeres, ¿pero los hombres? Bueno, se forman durante la gestación, antes de que se realice el cambio de hembra a macho. Si bien no tienen uso, en términos evolutivos, tampoco hacen daño.

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L-gulonolactona oxidasa -

Como la mayoría de los mamíferos, los humanos antes producían su propia vitamina C a través del enzima L-gulonolactona oxidasa. Hemos perdido esta capacidad, pero todavía tenemos el gen desactivado en nuestro ADN.

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Muelas del juicio -

Nuestras mandíbulas antes eran más grandes, pero evolucionamos, y con el fuego y los alimentos cocinados ya no necesitábamos tener la mandíbula grande. Sin embargo, conservamos los molares adicionales.

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Dedos pequeños de los pies -

Nuestros dedos meñiques son bastante inútiles. Podrían haber jugado un papel relevante cuando todos nuestros dedos de los pies eran más largos, pero ya no. Incluso es posible que evolucionemos hasta que desaparezcan por completo.

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Nervio frénico -

Si bien este nervio tiene una función en el control de la contracción del diafragma, no está colocado anatómicamente en un lugar ventajoso. Se extiende desde el cráneo, por el cuello y a través del pecho, es decir, es bastante vulnerable.

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Músculo plantar -

Este músculo se encuentra en los pies y fue bastante útil para agarrar objetos. Sobra decir que ya no lo usamos ni lo necesitamos.

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Philtrum -

El surco entre la boca y la nariz se desarrolla durante la gestación. Muchos primates también lo tienen. En cuanto a su función, tenía algo que ver con nuestro sistema olfativo.

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Músculo piramidal -

Aproximadamente el 20% de los humanos no tienen este músculo en forma de triángulo ubicado en el abdomen.

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Órgano Vomeronasal (OVN) -

El órgano vomeronasal lo usan algunos animales para detectar feromonas a través del olfato, por lo que tiene un papel importante en la reproducción. De hecho, teníamos cavidades vomeronasales y algunos humanos todavía tienen vestigios de ellas, aunque no son funcionales.

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Utrículo prostático -

Es un tipo de remanente no desarrollado de un útero masculino. Tanto es así que también se la conoce como vagina masculina o útero masculino.

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Apéndice -

Aunque hoy en día es inútil, este órgano residual desempeñaba una función en el sistema digestivo de nuestros antepasados.

Fuentes: (Reader's Digest) (List25) (Discover Magazine)

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