La navidad ya está aquí y la gente apenas puede contener su emoción. Pero en tu caso es diferente. Te sientes congestionado y no puedes parar de toser, ¿pero por qué? Lo creas o no, podrías padecer lo que se conoce como el síndrome del árbol de Navidad. ¿Nunca has oído hablar de él? ¡Pues estás de enhorabuena! En esta galería, lo exploraremos a conciencia y te daremos varios consejos para evitar que te arruine la época más mágica del año. ¡Adelante!
El síndrome del árbol de Navidad es un nombre ingenioso con el que se designa a una reacción alérgica. Suele darse cuando las personas montan un árbol de Navidad tanto real como artificial y los síntomas de alergia empeoran.
En esta época del año, podría haber otras cosas que te den alergia, como poner la calefacción por primera vez en meses. Sin embargo, si notas que solo te ocurre tras montar el árbol de Navidad, este podría ser el culpable de tu malestar.
Los síntomas de este síndrome incluyen tos, estornudos, congestión nasal e irritación ocular.
También pueden producirse erupciones cutáneas, urticaria, picor, dolor de garganta y presión en los senos paranasales.
Sin embargo, si empiezas a experimentar otros síntomas graves como falta de aliento, taquicardia o hinchazón de la lengua, llama inmediatamente a urgencias.
Aunque la alergia al pino como tal es rara, sí es posible que su olor pueda irritar los senos nasales y los pulmones.
Esto se debe a un compuesto químico conocido como terpeno. Las plantas con olor fuerte, como el romero, el tomillo, la albahaca y la lavanda también contienen terpenos.
Técnicamente, sí: el árbol podría ser la única causa de alergia estacional. Sin embargo, es improbable que así sea.
Tanto los árboles reales como los artificiales pueden portar alérgenos externos sin que te des cuenta.
Los alérgenos presentes en los árboles de Navidad pueden ser desde polen hasta colofonia, ácaros, excrementos de insectos, pesticidas y moho.
No obstante, hay otros adornos navideños que también pueden dar alergia (p. ej. nieve artificial, chimeneas, velas aromáticas, etc.).
Cuando escojas un árbol de Navidad, ten en cuenta tus alergias (p. ej. si sabes que eres alérgico al pino, plantéate comprar uno artificial). Si aun así quieres un árbol de verdad, puede que sea mejor optar por un abeto o un ciprés.
Tanto si compras un árbol real como uno artificial, sacúdelo a conciencia antes de meterlo en casa para librarte de la mayor cantidad de polvo y agujas de pino posible.
Cuando lo decores, escoge adornos que no te den alergia y hazlo con cuidado para evitar que se liberen más partículas al aire y así controlar los síntomas.
Entre los artículos que debes evitar se encuentran el acebo, las escobas de canela y las flores de Pascua.
Cuando decoras un árbol de Navidad, puedes acabar con arañazos. Para evitar que esto ocurra y que te salgan erupciones cutáneas, ponte camisas de manga larga para protegerte.
Los adornos navideños, por muy bonitos que sean, se pasan 11 meses almacenados. Por lo tanto, cuando los saques, límpialos a conciencia antes de colgarlos para evitar una reacción alérgica.
Cuando los limpies, ponte una mascarilla para no inhalar el polvo que tanto querrías evitar.
Los esteroides nasales y los antihistamínicos nasales u orales pueden ayudar a controlar los síntomas de alergia. No obstante, consúltalo antes con tu médico, sobre todo si ya estás tomando medicamentos recetados.
Si pones un purificador de aire al lado del árbol, puedes filtrar las esporas de moho, polvo y polen, así como otros irritantes en suspensión.
Date una ducha y cámbiate de ropa después de tocar un árbol de Navidad. De esa forma eliminarás los alérgenos de tu cuerpo y evitarás pasarlos a otras superficies como la cama.
Cómo desmontas el árbol después de navidad es importante. Por muy bonito que sea y por mucha pena que te dé, asegúrate de quitarlo con la mayor rapidez posible.
Dejar el árbol puesto más tiempo del necesario significa que acumulará más polvo o que incluso desarrollará moho, dos cosas que pueden alargar los síntomas de alergia.
Si tienes un árbol artificial, asegúrate de guardarlo en una caja hermética para resguardarlo del polvo, el moho y el polen.
Aunque los síntomas de alergia desaparezcan después de navidades, es importante que hables de ellos con tu médico. No hay motivo para sufrir, sobre todo en fechas tan señaladas.
Las alergias provocadas por el síndrome del árbol de Navidad pueden ser molestas pero con ayuda de esta guía (y de algunos medicamentos), deberías poder disfrutar de esta época tan especial con tus seres queridos.
Fuentes: (Cleveland Clinic) (The Ohio State University)
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SALUD Enfermedad estacional
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