La cama debe significar descanso y relajación para tu cerebro. Si gastas mucha energía mental en ella acabarás arrastrando tus preocupaciones a la hora de dormir, alimentando tu fatiga.
La fatiga se manifiesta a sí misma en nuestro entorno cuando pasamos mucho tiempo en casa. Cambiar la disposición de los muebles, por ejemplo, te hará bastante bien a nivel mental. ¡Y de paso harás ejercicio!
Cuanto más te concentres en tu fatiga y en lo malo que será ese predecible sopor tras el almuerzo, más probabilidades tendrás de sufrirlo. ¡No seas tu propio/a enemigo/a!
Aguantar las emociones causa fatiga, aunque existe un antídoto, una alternativa energizante: decir lo que sientes o lo que piensas.
Debemos liberar la presión almacenada en nuestros músculos, pues esta nos drena a nivel mental y físico.
El ejercicio libera endorfinas, aumenta nuestra energía y nos hace más felices. ¿Y a quién le podría molestar mejorar su imagen?
Tu lista de tareas diaria debe contener objetivos sencillos y factibles y debes comenzar por los más pequeños. Tachar esos pequeños fines de tu lista te dará la sensación placentera de haber conseguido un logro, algo que te ayudará en tu lucha contra la fatiga.
Respirar es algo a lo que no le solemos prestar mucha atención. No obstante, concentrarnos en el proceso respiratorio nos ayuda a relajarnos de una forma rápida y efectiva.
Si has dormido poco no descanses los ojos cada diez minutos. Lo que debes hacer es programar una siesta rejuvenecedora de 20 minutos.
Seguramente lo hayas escuchado ya, pero vale la pena repetirlo una vez más: beber agua nos proporciona innumerables beneficios. La hidratación es una de las principales fuentes de energía del cuerpo.
Es vital no esperar a tener sed para beber agua. De hecho, la sed es en realidad una señal de que nuestros niveles de energía están bajando.
Si te quedas hasta tarde cada noche pero eres una persona mañanera (o viceversa) sufrirás tarde o temprano los efectos de la fatiga. Debes prestar atención al ritmo natural de tu cuerpo y ajustar tu calendario según los momentos del día en los que tienes más energía.
Demasiada información, ya sea a través de las redes sociales o de los canales de comunicación, puede dejarte exhausto/a. Apaga las pantallas de tus dispositivos y realiza actividades que dejen florecer tu cuerpo y tu mente.
Los pensamientos negativos drenan nuestra energía y empeoran nuestra productividad. Elige el optimismo para revitalizar tu cuerpo y tu mente.
Reducir nuestro almuerzo nos evitará pasar por ese estado "comatoso" de sopor a la hora de la siesta. ¡No le des tanto trabajo a tu sistema digestivo!
En lugar de darnos atracones podemos tomar más comidas (y aperitivos) para regular nuestros niveles de glucosa en sangre.
El aburrimiento también causa fatiga, aunque podemos combatirlo con música. Si quieres sentirte despierto/a, pon un tema pegadizo con el que mover el esqueleto.
La psicología del color nos indica que las diferentes tonalidades causarán efectos variados en nuestro humor. Por ejemplo, el verde nos ayuda a concentrarnos y a ser más eficientes, mientras que el naranja nos ayuda a sentirnos entusiasmados.
Puede que te guste ese aumento de energía momentáneo que recibes cuando comes algo dulce pero más tarde observarás una bajada de energía aún mayor. Caer en soluciones rápidas como la cafeína solo nos hará empeorar.
La cafeína es una solución a corto plazo, pues el cansancio y la fatiga volverán cuando nuestro cuerpo la haya eliminado.
A algunas personas les cuesta irse a la cama sin estar cansados, pero necesitamos tiempo para ajustarnos y descansar. La privación del sueño alimenta la fatiga hasta niveles potencialmente peligrosos.
Los niños tienen una energía infinita, sí, ¿pero por qué? La razón radica en que cada objeto y cada experiencia es una nueva aventura para ellos. Podemos, por tanto, imitarles y probar cosas nuevas como pintar o cocinar para generar más energía.
El estrés es otro elemento que puede catapultarnos a la fatiga. De hecho, son las personas que suelen decir "sí" a todo las que suelen estar más cansadas siempre. El jefe, los amigos, la familia, etc. ¿Cuántas personas demandan tu tiempo al cabo del día?
Muchos estudios han demostrado que librarnos del exceso de peso puede aumentar nuestros niveles de energía, así como nuestra autoestima, humor y calidad de vida. ¡Ejercítate!
Si trabajas todo el día frente a la computadora es vital que te tomes algún descanso de vez en cuando. No ignores las señales de cansancio de tu cuerpo: camina o haz algo diferente para vencer la fatiga.
La fatiga puede llegar a requerir de atención médica si se presenta como un problema persistente. ¡No dudes en acudir al doctor!
Esta sorprendente forma de combatir la fatiga puede ayudarnos a generar energía. Masajéate los lóbulos de las orejas durante entre 10 y 30 segundos.
La pereza es esa sensación lenta que repiquetea en nuestra mente como un goteo constante, que nos arrebata una porción de nuestra felicidad y que añade unas gotas de insomnio al sueño para provocar varios efectos demoledores.
Todos sufrimos de este mal durante estas semanas de cuarentena y vemos cómo nos afecta en el juicio, la creatividad y la toma de decisiones. ¡Y no basta con mirar a otro lado! Ignorar los síntomas de la pereza o cansancio de no hacer nada y continuar alimentándolos provocará una situación de auténtico riesgo para nuestra salud física y mental.
¿Qué hacer cuando estamos tan saturados que no podemos ni dormir? ¿Cómo recuperar la productividad cuando nuestro cerebro está completamente nublado por el cansancio? ¡Haz clic para conocer las mejores técnicas para deshacernos de la fatiga de estar en casa!
¿Apalancado? Dile adiós a la pereza con estos sencillos pasos
Es hora de tomar las riendas de tu salud
SALUD Salud
La pereza es esa sensación lenta que repiquetea en nuestra mente como un goteo constante, que nos arrebata una porción de nuestra felicidad y que añade unas gotas de insomnio al sueño para provocar varios efectos demoledores.
Todos sufrimos de este mal durante estas semanas de cuarentena y vemos cómo nos afecta en el juicio, la creatividad y la toma de decisiones. ¡Y no basta con mirar a otro lado! Ignorar los síntomas de la pereza o cansancio de no hacer nada y continuar alimentándolos provocará una situación de auténtico riesgo para nuestra salud física y mental.
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