Todos sabemos que el ejercicio es beneficioso para la salud en general y también te ayudará a controlar la presión sanguínea.
Entre 30 y 40 minutos, tres o cuatro veces por semana, será suficiente.
También es importante que mantengas un peso saludable, y no se trata solo del IMC. La acumulación de grasa en el abdomen puede acarrear problemas serios.
No caigas en la tentación de las dietas milagro. Opta por una alimentación saludable, implementando cambios de hábitos que puedas mantener en el tiempo.
Una forma muy sencilla de reducir la presión sanguínea consiste en reducir el exceso de azúcar de tu dieta. Tus dientes también lo agradecerán.
Nadie dice que debas eliminar los carbohidratos de tu alimentación, al contrario. Sin embargo, si reduces la cantidad de refinados y los sustituyes por integrales, tu presión sanguínea podría estabilizarse.
Los plátanos, el pescado, la leche, las batatas y los tomates son fantásticas fuentes de potasio, que ayuda a reducir la presión sanguínea.
Las dietas ricas en potasio pueden ser dañinas para personas con problemas en los riñones, así que consulta a tu médico.
Algunas personas consiguen bajar su presión sanguínea reduciendo la cantidad de sal que ingieren, pero no a todos nos funciona. Eso sí, comer con menos sal solo puede traer cosas buenas.
El alto contenido en sal y azúcar de los alimentos procesados es preocupante. En cambio, los alimentos naturales siempre serán más saludables y te ayudarán a reducir la presión sanguínea.
Sería genial que redujeses la ingesta de comida procesada, pero sería aún mejor si pudieses desterrarla por completo de tu dieta.
Respirar profundamente y tomarse un momento para relajarse es siempre una buena forma de reducir el estrés, que podría provocar presión sanguínea alta.
Muchos tenemos trabajos estresantes, pero podemos gestionar la tensión haciendo descansos de forma regular y asegurándonos de que no trabajamos demasiadas horas.
La meditación y el yoga pueden ser muy útiles para controlar este problema. Estas prácticas reducen el estrés y, como consecuencia, mejoran la presión sanguínea.
Si tomas medicación con receta, habla siempre con tu médico antes de tomar suplementos de hierbas. Eso sí, el té verde y el jugo de apio ayudan a reducir la presión sanguínea.
El jengibre aporta una gran variedad de beneficios a nuestra salud, como ayudar a reducir la presión sanguínea.
Si quieres normalizar tu presión sanguínea, debes dormir siempre entre siete y nueve horas. Dormir más o menos podría causarte problemas.
La ingesta de ajo, ya sea entero o en polvo, puede ayudarte también con esto.
Los alimentos ricos en proteínas, como el pescado, los huevos, la ternera, los frutos secos o los garbanzos pueden ser muy efectivos a la hora de reducir la presión sanguínea.
Algunos suplementos que se pueden usar a la hora de reducir la presión sanguínea son: Omega 3, citrulina, coenzima Q10 y proteína del suero.
¿Por qué no sustituir las bebidas alcohólicas por otras que no lo sean? Simplemente, ten cuidado con la cantidad de azúcar que llevan.
Reducir la ingesta de cafeína tomando menos café, Coca-cola o bebidas similares puede mejorar tus niveles de presión sanguínea. El exceso de cafeína también puede provocar insomnio.
Existe relación entre una dieta con niveles suficientes de calcio y los niveles normales de presión sanguínea.
Las verduras, los productos lácteos, las legumbres, el pollo y los granos integrales contienen magnesio, que puede ayudar a reducir la presión sanguínea.
Comiendo frutos del bosque puedes ayudar a controlar la presión sanguínea porque contienen polifenoles, que previenen las dolencias cardiovasculares.
Si nada de lo anterior te ayuda a reducir tu presión sanguínea, tal vez necesites que tu médico te recete alguna medicación. Consulta con él antes de implementar cualquier cambio en tu estilo de vida.
La tensión arterial alta puede aumentar la probabilidad de sufrir un ataque al corazón o un derrame. Por lo tanto, es clave mantenerla en niveles normales.
Si la tuya está demasiado alta, debes saber que existen ciertos cambios de estilo de vida que pueden ayudarte a controlarla. Echa un vistazo a la siguiente galería para descubrir cómo hacerlo. Por supuesto, ten en mente que lo primero que debes hacer es consultar a un médico.
No es necesario dejar por completo el alcohol (a menos que así lo desees), pero es importante reducirlo al mínimo para mantener la presión sanguínea en niveles normales.
Todos sabemos que el tabaco causa una amplia gama de enfermedades, y también está estrechamente relacionado con la presión sanguínea alta.
Si dejas el tabaco, invertirás algunos de los daños causados a tu sistema cardiovascular y, por lo tanto, ayudarías a reducir tu presión sanguínea.
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SALUD Estilo de vida
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