¡Hay ciudades a las que puedes llegar andando desde el aeropuerto!
Desde el río Tajo en Lisboa hasta el Algarve, el soleado Alentejo es el lugar perfecto para relajarse. Algunas playas costeras como Comporta han empezado a recibir a una enorme multitud, pero las playas fluviales ofrecen mucho espacio. Esta, creada en 2019, cerca del pueblo de Amieira, tiene instalaciones para cambiarse y mucha sombra.
La playa fluvial de Franquia es perfecta para los amantes de las playas, tanto fluviales como oceánicas. Allí se encuentra el río Mira con el mar y ofrecerá un lugar resguardado y aguas tranquilas.
Los bañistas pueden ponerse morenos sin sufrir las consecuencias del viento del Atlántico y los nadadores pueden evitar las olas. Los surferos pueden optar por dar la vuelta a la esquina, donde se encuentra la playa oceánica.
El pueblo medieval de Belver es un lugar magnífico para observar la historia mientras nos damos un baño en el río. Desde la playa fluvial se puede ver el castillo Belver, construido en 1212.
Los visitantes de Belver pueden disfrutar de fantásticas vistas desde los paseos construidos junto al río.
La playa fluvial de Quinta do Alamal es una buena opción para los amantes de los deportes acuáticos y las pedaletas en verano.
Construido en 1905, el puente de hierro que cruza el río en Belver es el lugar perfecto para echar un vistazo a las pequeñas playas fluviales.
Las playas fluviales de Serra da Estrela, en el norte de Portugal, proporcionan alegría para el cuerpo y el alma. Esta región montañosa es la más alta de Portugal y suele nevar en invierno. El calor del verano derrite el hielo de los valles glaciares como este, en Loriga.
Serra da Estrela el destino favorito de los amantes de la naturaleza y cuenta con numerosas piscinas naturales y cascadas. Los pueblos tradicionales son la opción perfecta para descansar y recargar baterías con comida típica.
Entre las hermosas playas de Serra da Estrela, destaca la de Loriga, y no suele estar muy concurrida.
No obstante, Serra da Estrela no es solo montañas y senderos. El pueblo de Barroca, rodeado de bosques de pinos, es un bonito lugar en verano.
Las playas fluviales artesanales son una opción menos rústica, como esta de Castanheira de Pêra, en el centro de Portugal. Son geniales para familias y amantes de los deportes acuáticos, y suelen contar con socorristas desde julio hasta septiembre.
¿No te gusta la arena? Los visitantes de los pueblos cercanos al río Ceira, en Gois, pueden relajarse sobre la hierba antes de darse un chapuzón.
Disfruta de cataratas y aguas brillantes como estas en Poço Corga. También encontrarás piscinas naturales perfectas para los más pequeños de la casa.
Las cataratas son típicas de esta parte de Portugal, y también las piscinas naturales de agua cristalina.
Las piscinas de las rocas de São Simão, en Figueiró dos Vinhos, son un refugio para el calor del verano, perfecto para los senderistas. Muchas de las playas fluviales de esta zona están bastante aisladas, como esta.
En regiones como Arganil y Viseu, los nadadores pueden meterse en aguas templadas y nadar largas distancias. En verano, las libélulas planean sobre el agua y los pájaros proporcionan una linda banda sonora.
Cerca de la bonita ciudad universitaria de Coimbra, encontrarás pequeñísimos pueblos como Piódão, que albergan algunas de las playas fluviales más impresionantes del país.
La playa fluvial de Foz d'Égua, en Piódão, recibe agua de las montañas y suele ser el punto de descanso de los senderistas que recorren las rutas de esta preciosa parte del país.
Olvídate de las multitudes, el agua helada y la arena en la comida. Las playas fluviales de Portugal tienen agua cristalina. Darte un baño te abrirá el apetito y puedes hacer un pícnic sobre la hierba, al lado del agua.
La ruta de Aldeias do Xisto ayuda a los visitantes a llegar de una playa a otra. Además, puedes alojarte en pueblos pintorescos, como Piódão.
Es un lugar popular en verano, sobre todo, entre los nadadores más atrevidos y los amantes de los deportes acuáticos.
Visitar las playas fluviales de Portugal no tiene que significar altos niveles de tranquilidad. La región del Duero, en concreto, tiene muchos hoteles y bodegas donde es posible disfrutar de piscinas rodeadas por naturaleza.
Desde O Porto, puedes hacer un crucero a lo largo del río Duero y observar los islotes arenosos. Es el país del vino, así que vale la pena dejar el coche atrás.
Si recorres el río Tajo desde Lisboa hacia el norte, puedes visitar la ciudad histórica de Santarém. Es famosa por su arquitectura gótica, antigua residencia real, y ofrece la oportunidad de descansar mientras observas lindas vistas.
Los restaurantes y bares cercanos al río son el lugar perfecto para relajarse. Además, se dice que las pequeñas playas de la región están regadas de agua con propiedades curativas.
El río Seixe, que marca la frontera entre el Algarve y el Alentejo, ofrece aguas tranquilas y perfectas para practicar remo.
Las pequeñas playas fluviales son un lugar fantástico para socializar en los pequeños pueblos de Portugal. Aquí, las cristalinas aguas de Alte, en el Algarve, son el lugar fantástico para huir de la multitud de la playa.
El Algarve es famoso por sus playas oceánicas, pero también posee bahías fluviales. Desde las playas del río Guadiana, en el este del Algarve, podemos observar a la vecina España.
Fuentes: (Visit Portugal) (Aldeias do Xisto)
Situado junto al océano Atlántico, en la península Ibérica, Portugal es famoso por sus maravillosas playas costeras. Sin embargo, mientras los turistas abarrotan la arena junto al océano, muchos locales se encaminan a las fantásticas playas fluviales del interior. Allí se encuentran playas rodeadas de naturaleza salvaje y pueblos pintorescos donde es posible nadar a pierna tendida sin preocuparse por las olas o las mareas. Lo mejor es que solo unos pocos privilegiados conocen estos lugares.
Haz clic en la galería para descubrir algunas de las mejores playas fluviales de Portugal.
Las mejores playas fluviales de Portugal
Estos lindos lugares están repartidos por todo el país
VIAJES Europa
Situado junto al océano Atlántico, en la península Ibérica, Portugal es famoso por sus maravillosas playas costeras. Sin embargo, mientras los turistas abarrotan la arena junto al océano, muchos locales se encaminan a las fantásticas playas fluviales del interior. Allí se encuentran playas rodeadas de naturaleza salvaje y pueblos pintorescos donde es posible nadar a pierna tendida sin preocuparse por las olas o las mareas. Lo mejor es que solo unos pocos privilegiados conocen estos lugares.
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