Una escultura azul de un perro en forma de globo de Jeff Koons acabó hecha añicos después de que un visitante chocase contra ella durante el cóctel de inauguración de la feria de arte contemporáneo Art Wynwood (Miami, EE. UU.). La obra estaba valorada en 42.000 dólares.
La escultura de mármol de 200 años de antigüedad de Antonio Casanova fue víctima de un turista de austríaco en 2020. El señor se encontraba en el museo Gipsoteca de Italia cuando decidió sentarse encima de la escultura para sacarse una foto. Como resultado, la versión en mármol de Paulina Bonaparte perdió tres dedos del pie.
Hace un tiempo se puso de moda posar desnudo en las ruinas de Machu Picchu. Atónitas, las autoridades peruanas declararon que la desnudez era una "amenaza" para esta antigua ciudad inca e incluso valoraron la posibilidad de prohibir las visitas sin guía y limitar el número de turistas.
Por desgracia, la desnudez no fue el único problema. En 2020, seis turistas fueron detenidos tras haber dejado restos fecales en el Templo del Sol.
En 2015, dos turistas destrozaron una estatua de enorme valor en Cremona (Italia) tras encaramarse a ella para sacarse un selfi. Como resultado, hicieron que parte de la corona se desprendiese y cayese al suelo.
En noviembre de 2016, un turista chocó y tiró al suelo una estatua de principios del siglo XVIII en el Museo Nacional de Arte Antiguo de Lisboa (Portugal). Según CN Traveller, los encargados declararon que el daño era irreparable.
A principios de 2016, un turista de 24 años se subió a la fachada de la estación de Rossio (Lisboa, Portugal) para sacarse un selfi con la estatua de Dom Sebastião, el rey portugués del siglo XVI. Como era de esperar, las cosas no salieron bien y la estatua cayó al suelo. El causante intentó huir, pero la policía lo atrapó a tiempo.
En 2015, unos 7000 ultras de los Países Bajos viajaron a Roma para ver el partido entre el equipo local y el Feyenoord de Róterdam. Por alguna razón, decidieron emborracharse e invadir dos de las plazas más famosas de la ciudad, destrozándolo todo a su paso y sembrando el caos. El primer día, se hicieron con el mercado central conocido como Campo de' Fiori y lo dejaron todo lleno de basura, según informó la NPR. Pero eso no fue todo...
Al día siguiente tomaron la Fuente de la Barcaza, situada en la plaza de España. La fuente, construida en 1627, había sido recientemente restaurada cuando los ultras decidieron vandalizarla tirándole botellas de cerveza llenas de orina. Un oficial aseguró que los daños eran irreversibles. Como resultado, 23 neerlandeses fueron detenidos y castigados con multas de 50.000 dólares o, en su defecto, una pena de cárcel de seis meses. En total, los daños causados en ambas plazas ascendieron a unos 3,2 millones de dólares. El partido acabó en empate.
En 2013, un adolescente chino de 15 años vandalizó este monumento egipcio al escribir "Ding Jinhao estuvo aquí" en él. Según la NPR, lo hizo con tiza.
Una estatua de la Virgen María del siglo XV atribuida al escultor italiano Giovanni d'Ambrogio estaba tranquilamente en el Museo dell'Opera del Duomo (Florencia, Italia) cuando un turista estadounidense decidió chocar los cinco contra ella en 2013. Como resultado, la estatua perdió el dedo meñique.
Un hombre se encontraba en el museo Fitzwilliam de Cambridge (Inglaterra) cuando tropezó con los cordones de sus zapatos, cayó por las escaleras y aterrizó contra una vasija china de la dinastía Qing. Por si esto fuera poco, el impacto provocó un efecto dominó que derribó otras dos vasijas. El daño ascendía a unos 120.300 dólares en total. Para ser justos, las escaleras no tenían pasamanos, pero al turista se le expulsó de todas formas. El museo contrató a un restaurador que tuvo que volver a pegar los más de 400 fragmentos, datados de los últimos años del reinado del emperador Kangxi (1662-1722).
Todas las parejas que creían que habían sellado para siempre su amor al colocar un candado en el Puente de las Artes de París (Francia) se llevaron una gran decepción cuando parte de la estructura se vino abajo en 2014, teniendo que ser sustituida por paneles de madera. Poco después, las autoridades procedieron a retirar todos los candados. ¡Quién sabe cómo habrán acabado esas relaciones!
El parque nacional de Goblin Valley (Estados Unidos) debe su nombre a la peculiar forma de sus rocas, que se remontan al Jurásico. Las rocas en sí tienen unos 170 millones de años y tardaron cerca de 25 millones de años en adquirir su aspecto actual. En 2014, dos exlíderes de los Boy Scouts, Glenn Tuck Taylor y David Benjamin Hall, decidieron grabarse a sí mismos derribando una de las formaciones rocosas y colgaron el vídeo en Youtube. Como consecuencia, fueron condenados a un año de libertad condicional, 925 dólares de costes judiciales, 1500 dólares por el coste de la investigación y una cantidad indeterminada para colocar carteles contra el vandalismo alrededor del parque.
En 2010, una mujer se encontraba en el MoMA de Nueva York (Estados Unidos) cuando se cayó sobre el cuadro "El actor" de Picasso, por aquel entonces valorado en más de 100 millones de dólares. Por suerte, los restauradores consiguieron reparar el desgarro de 15 cm que le provocó.
Los polémicos Mármoles de Elgin son una colección de esculturas griegas extraídas del Partenón y la Acrópolis de Atenas (Grecia) que hoy en día se encuentran expuestas en el Museo Británico de Londres (Inglaterra). Al parecer, estas han sido víctimas de varios actos de vandalismo por parte de los visitantes a lo largo de los años. En 1961, dos niños tiraron parte de una pata de un centauro y en 1970 alguien decidió grabar una inscripción en el muslo de otra estatua.
En 2017, una familia estaba visitando el museo Prittlewell Priory, un monasterio histórico a las afueras de Londres (Inglaterra), cuando pensaron que sería una idea graciosísima colocar a su hijo en un féretro de 800 años de antigüedad. Como resultado, el sarcófago de arenisca cayó al suelo y se partió. La familia intentó huir de la escena del crimen sin informar de lo sucedido, pero las cámaras de seguridad del museo los delataron.
En 2016, un reloj escultural único en el mundo diseñado por el artista estadounidense James Borden fue víctima de un visitante del Museo Nacional de Relojería de Estados Unidos. A pesar del cartel "No tocar", el señor quiso poner en marcha el reloj. En el vídeo se ve cómo este se desprende de la pared tras la manipulación y cómo el visitante intenta volver a colgarlo sin éxito. Al final, se resigna y lo deja en el suelo.
Los turistas llevan años pintando grafitis en las paredes del Coliseo de Roma (Italia). Por si esto fuera poco, también tienen la costumbre de llevarse piedras y grabar sus iniciales en el monumento, según Fodor. A pesar de las multas de hasta 20.000 dólares, en 2015 dos turistas estadounidenses grabaron sus iniciales en el antiguo estadio con una moneda y se sacaron un selfi. Como era de esperar, la policía no tardó en arrestarlos.
En 2012, un hombre que estaba visitando el Tate Modern de Londres (Inglaterra) saltó la cuerda que lo separaba del cuadro "Black on Maroon" de Mark Rothko y lo roció con pintura. El criminal, llamado Wlodzimierz Umaniec, aseguró que lo estaba mejorando y reconoció ser parte del movimiento "Yellowism", el cual dice no ser arte o antiarte. Su acto de vandalismo hizo que acabase en la cárcel.
Por razones aún incomprensibles, unos visitantes decidieron pintar grafitis en los barracones donde los prisioneros solían dormir e incluso rompieron varias cosas del campo de concentración para llevárselas de recuerdo, informa Fodor.
Los "Infinity Mirrors" de Yayoi Kusama hicieron que la gente se volviese loca por conseguir la foto perfecta en 2017. Por desgracia, un visitante tropezó y rompió una de las calabazas expuestas en el museo Hirshhorn (EE. UU.). No se sabe a ciencia cierta a cuánto ascendían los daños, ya que la calabaza era parte de una instalación, pero según Arnet News, una pieza similar de Kusama se vendió individualmente por unos 800.000 dólares en una subasta celebrada en 2015.
A uno de los famosos moáis de la Isla de Pascua (Chile) le falta una parte de una oreja porque en 2008 un turista finlandés de 25 años decidió llevársela como souvenir. Fue arrestado y obligado a pagar una multa de 17.000 dólares por el daño causado a este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En 2014, un estudiante italiano dispuesto a sacarse el selfi perfecto tuvo la genial idea de subirse a esta estatua del siglo XIX. Las cámaras de seguridad de la Academia de Brera (Milán, Italia) capturaron el momento, por lo que podemos suponer que el estudiante no se fue de rositas...
El cuadro "La cuenca de Argenteuil con un velero" de Monet, valorado en unos 10 millones de dólares, se encontraba expuesto en la Galería Nacional de Irlanda cuando un hombre decidió pegarle un puñetazo en 2012. Esto provocó varios desgarros en la pintura que tardaron 18 meses en restaurarse. Al culpable, como es obvio, se le acusó de vandalismo.
Una mujer estaba intentando sacarse un selfi en una exposición en Lincoln Heights (Los Ángeles, EE. UU.) cuando provocó un efecto dominó que derribó toda una fila de obras de arte que formaban parte de una exhibición del artista Simon Birch y otros colaboradores internacionales. Tres de las doce esculturas en forma de corona sufrieron daños permanentes por valor de unos 200.000 dólares.
En 2015, un niño taiwanés de 12 años tropezó y le hizo un agujero sin querer a esta obra del siglo XVII. Por suerte, el cuadro de 350 años de antigüedad y un valor de 1,5 millones de dólares estaba asegurado, por lo que la familia no tuvo que asumir los gastos de la restauración.
En 2018, un grupo de mujeres estaba intentando sacarse un selfi en el Museo de Bellas Artes de Ecaterimburgo (Rusia) cuando, sin querer, derribó una estructura de la que colgaban un grabado de la serie "Los caprichos" de Goya y una reinterpretación de Dalí. Solo esta última obra sufrió daños.
Fuentes: (Grunge) (NPR) (Fodor's) (CNN) (CN Traveler) (Artnet News)
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Impacto del turismo en obras de arte y monumentos: Un análisis
¡Intenta no hacer lo mismo la próxima vez que vayas de viaje!
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Hay personas que son como el rey Midas, pero al revés: todo lo que tocan, lo destruyen. A veces es un accidente y otras, pura estupidez. Desde selfis y grafitis hasta otras gracietas, en esta galería hacemos un repaso de las numerosas ocasiones en las que los turistas han acabado arruinando obras de arte y monumentos que, hasta entonces, habían sobrevivido durante siglos. Si quieres saber cuáles son, ¡sigue leyendo!