De todos los productos que se consumen en el mundo, puede que los congelados sean los más menospreciados. Esto no deja de resultar curioso, teniendo en cuenta lo variados, deliciosos y prácticos que son. Puede que este desdén hacia ellos se deba a que han tenido un pasado complicado y un largo periodo de evolución científica. Además, existen muchas ideas preconcebidas acerca de la calidad y los efectos negativos de la comida congelada. Si quieres descubrir la verdad, aquí te dejamos todo lo que necesitas saber al respecto. ¡Haz clic para seguir leyendo!
No es necesario añadir conservantes a la comida congelada para que esta sea segura para el consumo, ya que los microbios no pueden proliferar en alimentos a menos de -17°C.
Esta es una verdad a medias. La comida congelada que se deja a temperatura ambiente durante más de dos horas no se debe volver a congelar. No obstante, si un alimento crudo o cocinado se descongela dentro del frigorífico, puede volver a guardarse en el congelador.
Los cambios de color en la comida congelada ocurren cuando el aire entra en contacto con el alimento, haciendo que el hielo pase a estado gaseoso sin antes derretirse. A este proceso se lo conoce como sublimación. A veces también pueden producirse cambios de color si el producto pasa mucho tiempo congelado o si el envase está defectuoso.
Aunque siga siendo comestible, el sabor y la calidad pueden deteriorarse con el tiempo. La carne y el pollo crudos son dos alimentos que no pierden el gusto aunque pasen mucho tiempo congelados.
Aunque esto solía ser así, hoy en día hay muchas opciones saludables en el supermercado con menos ingredientes.
Congelar la comida no hace que pierda nutrientes, así que ya sabes: ¡prepara fiambreras sin miedo!
El sodio está presente en la comida de forma natural, pero también se usa como conservante. Como la congelación ya ayuda a preservar los alimentos, no siempre es necesario añadir sodio para prolongar su tiempo de conservación. De hecho, la fruta y las verduras congeladas no suelen llevar sodio añadido.
La fecha de caducidad no indica hasta cuándo es seguro consumir un alimento, sino hasta cuándo deben tenerlo expuesto los minoristas. Por lo tanto, puedes congelar comida caducada y comerla en otro momento.
Lo único que hace es inactivar los microbios, las bacterias, los hongos y el moho presentes en la comida. Cuando descongeles los alimentos, las bacterias que estos ya tenían se reactivarán.
La comida congelada preservada continuamente a -17°C o menos puede estar en el congelador indefinidamente. Tan solo recuerda que esto puede acabar afectando al sabor y la textura.
Para garantizar que la comida congelada no se deteriore rápido, hay que evitar romper la cadena de frío. También hay que tener cuidado con los alimentos que presenten una superficie húmeda o escarchada, ya que pueden haber sufrido cambios térmicos.
Los envases originales no están pensados para ir al congelador. Por ejemplo, el de la carne suele ser permeable al aire, lo que puede dar paso a las bacterias y provocar cambios de color en el producto. Lo ideal es transferir todo a bolsas aptas para el congelador para restringir el contacto con el aire lo máximo posible.
El pescado congelado conserva las proteínas, pero los niveles de omega-3 disminuyen, sobre todo en el caso del salmón y el pescado azul. La carne siempre es mejor consumirla fresca para poder aprovechar al máximo los nutrientes, pero si la congelas lo antes posible y luego la descongelas como es debido, el sabor y la calidad no sufrirán grandes cambios.
La congelación ha sido una técnica de conservación de alimentos en las zonas de clima frío durante siglos. No obstante, se cree que la primera vez que se aplicó a la venta de comida industrial fue en el siglo XIX, cuando una empresa rusa envió pato y ganso congelados a Londres.
Carl Paul Gottfried Linde fue un ingeniero, científico y profesor de la Universidad Técnica de Múnich (Alemania) que ayudó a desarrollar la técnica de la congelación con fines industriales en el siglo XIX. Linde, uno de los creadores del conocido como ciclo de Linde-Hampson, se sirvió de sus hallazgos para diseñar una máquina de hielo y refrigeración.
El deseo de Linde de construir tal máquina se hizo realidad en 1892, cuando la cervecería Guinness le pidió que crease una planta de licuefacción de dióxido de carbono. Esto hizo que Linde indagase aún más en la refrigeración a baja temperatura y la licuefacción del aire.
Clarence Birdseye, además de fundar la empresa homónima de comida congelada Birds Eye, introdujo el concepto de la ultracongelación.
Birdseye desarrolló esta técnica tras ser testigo del proceso de congelación de alimentos en el Ártico. Se fijó en que el pescado congelado sabía mucho mejor si se refrigeraba nada más pescarlo.
Birdseye también ayudó a desarrollar los vagones refrigerados de transporte de alimentos y los congeladores que hoy en día se usan en los supermercados.
El 6 de marzo de 1930, los congelados de Birds Eye salieron a la venta en la tienda Davidson's Market de Springfield (Massachusetts, EE. UU.).
La primera comida totalmente congelada fue la de avión. En 1945, Maxson Food Systems, Inc. comenzó a preparar comidas exclusivamente para su consumo en aviones civiles y miliares.
Maxson cerró antes de que sus comidas congeladas pudiesen venderse en tierra, pero otras empresas recogieron su testigo. En la década de los 50, Swanson, considerada la verdadera creadora de los platos precocinados, se convirtió en la estrella de estas comidas compartimentadas.
En 1989, Conagra Foods presentó su línea Healthy Choice después de que su director, Charles Harper, sufriese un infarto a raíz de su mala alimentación.
Aún sigue siendo tema de debate cuál fue la primera empresa que trajo la pizza congelada a los supermercados. Lo más probable es que fuesen los hermanos Celentano, quienes regentaban su propia tienda de productos italianos en Nueva Jersey (EE. UU.) en la década de los 50. Se cree que sacaron a la venta la primera pizza congelada en 1957.
De hecho, en el caso de la comida congelada, el precio por ración suele ser menor. A la larga, te ayuda a ahorrar dinero.
Casi todos los alimentos se pueden congelar, a excepción de las conservas, las bebidas carbonatadas, el café y los huevos.
Otro aspecto positivo de la comida congelada es que ayuda a combatir el desperdicio. Puedes gastar lo que necesites y volver a congelar el resto.
Sigue siempre las instrucciones que aparecen en los envases en cuanto a manipulación, conservación y cocinado para consumir los alimentos congelados de forma segura.
Fuentes: (Allrecipes) (Mental Floss) (Cookist)
Ver también: Las conservas que no pueden faltar en tu despensa
Curiosidades sobre la comida congelada que te dejarán helado
¿Cuántas de ellas conocías?
FOOD Curiosidades
De todos los productos que se consumen en el mundo, puede que los congelados sean los más menospreciados. Esto no deja de resultar curioso, teniendo en cuenta lo variados, deliciosos y prácticos que son. Puede que este desdén hacia ellos se deba a que han tenido un pasado complicado y un largo periodo de evolución científica. Además, existen muchas ideas preconcebidas acerca de la calidad y los efectos negativos de la comida congelada. Si quieres descubrir la verdad, aquí te dejamos todo lo que necesitas saber al respecto. ¡Haz clic para seguir leyendo!