Todo el mundo sabe que hay alimentos más sanos que otros. ¡Algunos incluso se consideran superalimentos! Aunque de primeras no lo parezca, el ajo es uno de ellos. Antes de convertirse en el mejor aliado de los cocineros, se usaba para todo menos para cocinar. A lo largo de miles de años, el ajo ha servido como antidepresivo, esteroide e incluso afrodisíaco. ¡Lo más curioso de todo es que la ciencia ha confirmado muchas de sus propiedades! Si te sobran dientes de ajo por casa y quieres redescubrir este increíble ingrediente, ¡sigue leyendo!
El ajo no necesita presentación: hace que todos los platos sean más sabrosos y aromáticos, por lo que es un ingrediente imprescindible en cualquier cocina del mundo.
A pesar de su uso culinario, el ajo tardó en utilizarse en la cocina. Durante mucho tiempo sirvió como remedio medicinal. De hecho, solo los pobres y desfavorecidos lo consumían para sobrevivir.
Como medicina, no obstante, el ajo no entiende de clases sociales y siempre se ha usado en una amplia variedad de remedios para tratar todo tipo de molestias y enfermedades, desde la indigestión hasta la peste negra.
Su versatilidad no pasó desapercibida a nuestros ancestros. Para cuando la escritura surgió en la antigua Sumeria en torno al 3400 a.C., el ajo ya se usaba como un remedio todopoderoso.
Los cuidados médicos de la antigua Grecia dependían enormemente del ajo. El propio Hipócrates solía usarlo para tratar los tumores abdominales y uterinos.
En Grecia, al igual que en otras culturas antiguas, se creía que el ajo poseía un efecto estimulante que aumentaba la energía, la fuerza y la velocidad. Los soldados lo consumían con frecuencia antes de ir a la batalla y los deportistas olímpicos también lo comían antes de competir.
El ajo era una de las ofrendas que se le hacían a Hécate, la diosa de los fantasmas, la luna nueva y los cruces. Los viajeros dejaban dientes de ajo en el medio de las interesecciones con la esperanza de que ella los protegiese.
Los antiguos egipcios lo usaban para muchas cosas. Por ejemplo, lo consideraban un suplemento esencial para la clase trabajadora, ya que se creía que ayudaba a sobrellevar las largas y extenuantes jornadas laborales.
En la tumba de Tutankamón también había dientes de ajo, pero los expertos no saben a ciencia cierta por qué se encontraban entre las posesiones eternas del faraón.
Aunque no sepamos por qué había dientes de ajo en la tumba de Tutankamón, no cabe duda de que este ingrediente tenía un gran valor en el antiguo Egipto. De hecho, durante la construcción de las legendarias pirámides, los trabajadores lo comían a todas horas para no desfallecer.
La mayoría de expertos coinciden en que el ajo ya era esencial en la medicina china en el 3000 a.C. Además, China fue una de las primeras culturas en incorporarlo a la dieta.
Se han descubiertos registros que apuntan a que el ajo incluso se recetaba para tratar algo similar a la depresión clínica. Su uso como remedio para la tristeza y los problemas emocionales sugiere que pudo haber sido el primer antidepresivo de la historia.
En la antigua China también se usaba para conservar otros alimentos, sobre todo la carne cruda.
Las pruebas recabadas en el Talmud apuntan a que en los tiempos bíblicos las parejas a veces usaban ajo como afrodisíaco para solucionar sus problemas matrimoniales. Hoy en día, sin embargo, no está muy bien visto comer mucho ajo antes de tener una cita...
El médico del ejército de Nerón, el infame emperador romano, siguió los pasos de los griegos y mantuvo a los soldados en un régimen estricto a base de ajo.
El famoso médico y naturalista romano Plinio el Viejo también era un gran defensor del ajo y sus virtudes. ¡En su obra Historica Naturalis enumera nada más y nada menos que 23 usos! Para él, el ajo servía como tratamiento antitoxinas e incluso como protector contra el fallo hepático.
El ajo siempre ha sido esencial en la práctica medicinal de la India. El Charaka Samhita, un antiquísimo texto ayurveda, describe la eficacia del ajo para tratar la artritis y las enfermedades cardiovasculares.
Otro documento posterior en sánscrito conocido como el manuscrito de Bower ahondó aún más en las propiedades medicinales del ajo, llegando a decir que podía usarse para combatir infecciones y casos graves de lombrices.
Los europeos medievales, ya fuesen aristócratas, plebeyos o miembros del clero, usaban el ajo para todo tipo de cosas.
Incluso se creía que servía para luchar contra la peste negra del siglo XIV. Las famosas máscaras picudas de los galenos solían estar llenas de ajo, por ejemplo.
¡Hasta los criminales recurrían a esta estrategia de filtrar el aire con ajo! En una ocasión, durante un brote de peste en la Francia del siglo XVIII, un grupo de ladrones allanó las casas de los muertos y moribundos para llevarse sus pertenencias. Para evitar contagiarse, se taparon la cara con una tela empapada en ajo y vinagre.
Se dice que al rey Enrique IV de Francia lo bautizaron en agua de ajo con la esperanza de protegerlo contra las enfermedades y espíritus malignos.
Se trata de uno de los usos más frecuentes y antiguos del ajo. Desde que el mundo es mundo, los humanos lo hemos utilizado para librarnos de las picaduras de estos insectos tan molestos.
¡Los vampiros no son las únicas criaturas mitológicas que odian el ajo! Según varias leyendas europeas, los fantasmas y los hombres lobo también son vulnerables a él.
En la península coreana, la creación del mito del antiguo reino de Gojoseon habla de un peculiar personaje llamado Ungnyeo. Este, tras alimentarse exclusivamente a base de ajo y artemisa durante 100 días, logra pasar de ser un oso a una mujer humana.
El ajo también juega un papel esencial en el Nouruz, el año nuevo persa. Los dientes de ajo nunca escasean en los arreglos Haft-Sin de las mesas.
El jugo de ajo fresco tiene un secreto muy bien guardado: sirve como adhesivo para el cristal o la porcelana fina.
Muchas de las propiedades medicinales que se le atribuyeron al ajo en la Antigüedad han quedado confirmadas tras el escrutinio científico actual. De hecho, muchas personas siguen tomando suplementos de ajo para tratar la inflamación o la indigestión, entre otras cosas.
Fuentes: (The Journal of Nutrition) (The New York Academy of Medicine Library Blog) (American Family Physician)
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El sorprendente papel del ajo en la construcción de las pirámides
Descubre la fascinante historia de este ingrediente
COMIDA Historia de la comida
Todo el mundo sabe que hay alimentos más sanos que otros. ¡Algunos incluso se consideran superalimentos! Aunque de primeras no lo parezca, el ajo es uno de ellos. Antes de convertirse en el mejor aliado de los cocineros, se usaba para todo menos para cocinar. A lo largo de miles de años, el ajo ha servido como antidepresivo, esteroide e incluso afrodisíaco. ¡Lo más curioso de todo es que la ciencia ha confirmado muchas de sus propiedades! Si te sobran dientes de ajo por casa y quieres redescubrir este increíble ingrediente, ¡sigue leyendo!