La reflexología es un tipo de masaje que se basa en la premisa de que las partes y los órganos del cuerpo están conectados con zonas reflejas de las manos, los pies y las orejas. Se considera un tipo de terapia complementaria, lo que significa que no sustituye al cuidado médico convencional. Aunque aún se necesitan más pruebas científicas que demuestren que puede prevenir o curar cualquier tipo de enfermedad, algunos estudios apuntan a que puede ayudar a aliviar ciertos síntomas como el dolor y la ansiedad. Si te pica la curiosidad y quieres saber más al respecto, ¡has venido al sitio adecuado! Haz clic para seguir leyendo.
Lo habitual es trabajar los pies, pero hay circunstancias en las que también se tratan las manos y las orejas.
Los reflexólogos usan mapas de las manos y los pies para ilustrar qué puntos se corresponden con las diferentes partes del cuerpo.
Durante las sesiones, estos puntos se presionan y estimulan para mejorar la circulación sanguínea y energética.
Estimular estos puntos ofrece una sensación de relajación. También mantiene la homeostasis, la capacidad del organismo de continuar estable a medida que se adapta a las condiciones cambiantes.
Los orígenes de esta terapia alternativa se remontan al 2500 a.C., a la época del antiguo Egipto. Los documentos históricos que se conservan sugieren que la reflexología pudo haberse practicado por aquel entonces, ya que contienen ilustraciones de médicos realizando tratamientos de pies y manos.
La razón exacta de por qué funciona la reflexología aún no está del todo clara. Sin embargo, hay varias teorías al respecto.
Esta teoría sugiere que la estimulación de ciertos puntos reflejos mejora la conexión del sistema nervioso con las partes del cuerpo que se corresponden con ellos. Esto respalda la idea de que los beneficios de la reflexología parten de la implicación del sistema nervioso central y autónomo.
La teoría hemodinámica propone que la estimulación que ofrece la reflexología mejora el flujo sanguíneo hacia el órgano o la zona del cuerpo correspondiente.
Estas teorías sugieren que las partes del cuerpo pueden comunicarse utilizando campos electromagnéticos que pueden bloquearse u obstruirse. La reflexología puede ayudar a desbloquearlos.
Otra teoría propone que la reflexología puede generar cambios en la fascia, la fina membrana que recubre y separa los órganos del cuerpo.
Aunque se necesitan más estudios para respaldar estas teorías, la reflexología puede recomendarse como tratamiento complementar a los cuidados médicos convencionales, pero nunca no debe sustituirlos.
El respaldo con el que cuenta la reflexología proviene de fuentes anecdóticas, es decir, de personas que la han probado y aseguran que les ha sido de ayuda. El hecho de que tanta gente diga haberse beneficiado de este tratamiento alternativo sin duda ayuda a legitimarlo.
Algunos estudios han descubierto un par de factores que pueden influir en la eficacia de la reflexología.
Los reflexólogos (es decir, quienes practican esta técnica) suelen poner música y luces relajantes, así como utilizar olores que favorecen la liberación del estrés.
Durante la sesión, la persona puede compartir sus preocupaciones con el reflexólogo. El apoyo psicológico puede fomentar la mejora del bienestar.
La reflexología consiste en acariciar y masajear los pies, las manos y/o las orejas, lo que está demostrado que resulta relajante y promueve la curación.
Hay quienes creen que esperar un resultado positivo puede ayudar a que este tenga lugar mediante el poder de la sugestión. Esto significa que los resultados positivos pueden no deberse a la reflexología per se.
Tanto si la reflexología es la responsable directa de los resultados como si no, merece la pena probarla.
Las sesiones de reflexoterapia suelen durar entre 30 y 60 minutos. Los clientes permanecen completamente vestidos a excepción de los pies y las pantorrillas. Tras desinfectar la zona que van a tratar, los reflexólogos activan los puntos reflejo de cada lado hasta tratar todo el cuerpo.
La reflexología tiene muchos potenciales beneficios, como el alivio del dolor, la relajación, la mejora del estado de ánimo y la reducción de la ansiedad.
Como el estrés y el dolor están vinculados a problemas de salud, aliviarlos mediante la reflexología puede dar pie a otros beneficios.
Asimismo, hay quienes aseguran que la reflexología les ha ayudado a tratar la sinusitis, aliviar el dolor de la artritis y mejorar la digestión.
Se cree que la reflexología puede tener algunos efectos secundarios como los mareos, la sensibilidad plantar, la respuesta emocional y la necesidad de miccionar más a menudo.
Si experimentas efectos secundarios negativos durante bastante tiempo, ve al médico o habla con el reflexólogo que te trató.
Ve al médico para saber si la reflexología es un tratamiento indicado para ti. Asimismo, informa al reflexólogo de cualquier problema de salud que tengas o de la medicación que estés tomando (si la hubiera).
La reflexología puede no ser el tratamiento más indicado para quienes tengan problemas de circulación en los pies, inflamación o coágulos en las venas de las piernas, hongos, gota o úlceras plantares.
Si estás embarazada, coméntaselo al reflexólogo antes de comenzar la sesión, ya que se cree que algunos puntos de los pies pueden inducir el parto.
La reflexología se considera segura para la mayoría de personas. Sin embargo, la mayor preocupación es que la gente recurra a ella en vez de buscar atención médica como tal. Por lo tanto, si crees tener algún problema de salud, siempre debes ir primero al médico.
Asegúrate de acudir a un reflexólogo que esté debidamente formado y cualificado. Si notas algo extraño o no te sientes cómodo por alguna razón, pídele que pare.
Fuentes: (Verywell Health) (Healthline)
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Te explicamos en qué consiste este tipo de medicina alternativa
SALUD Medicina alternativa
La reflexología es un tipo de masaje que se basa en la premisa de que las partes y los órganos del cuerpo están conectados con zonas reflejas de las manos, los pies y las orejas. Se considera un tipo de terapia complementaria, lo que significa que no sustituye al cuidado médico convencional. Aunque aún se necesitan más pruebas científicas que demuestren que puede prevenir o curar cualquier tipo de enfermedad, algunos estudios apuntan a que puede ayudar a aliviar ciertos síntomas como el dolor y la ansiedad. Si te pica la curiosidad y quieres saber más al respecto, ¡has venido al sitio adecuado! Haz clic para seguir leyendo.