Cuando nos quedamos dormidos o nos despertamos, el cerebro emite señales que relajan los músculos de los brazos y las piernas. El resultado, conocido como atonía muscular, nos ayuda a quedarnos quietos durante la fase REM. Sin embargo, cuando se produce una parálisis del sueño, recobramos la consciencia pero no la movilidad.
Durante un episodio de parálisis del sueño, eres consciente de lo que te rodea pero no puedes ni hablar ni moverte. Sin embargo, sí puedes mover los ojos y respirar. Muchas personas también ven y oyen cosas que no son reales, lo que quiere decir que tienen alucinaciones. Esto puede hacer que la experiencia sea aún más aterradora.
La parálisis del sueño que ocurre cuando te estás quedando dormido se conoce como parálisis hipnagógica o predormital del sueño. Si tiene lugar cuando te estás despertando, recibe el nombre de parálisis hipnopómpica o posdormital del sueño.
Los episodios pueden durar desde unos pocos segundos a unos pocos minutos.
Las parálisis del sueño aisladas u ocasionales pueden ocurrir a cualquier edad, pero suelen ser más frecuentes durante la adolescencia y entre la veintena y la treintena.
La parálisis del sueño también es más común cuando se produce una falta de descanso acompañada de cambios en la rutina, por lo que es algo que le podría ocurrir a un estudiante universitario o a un trabajador por turnos, por ejemplo. Las parálisis del sueño frecuentes suelen ser un síntoma de narcolepsia.
Durante la fase REM es habitual soñar, por lo que el cerebro evita que los músculos de las extremidades se muevan para prevenir lesiones. La parálisis del sueño ocurre cuando recuperas la consciencia al entrar o salir de la fase REM.
Como la narcolepsia se caracteriza por un sueño y una vigilia inestables, las personas que la padecen suelen sufrir episodios de consciencia que pueden estar asociados con la parálisis del sueño.
La parálisis del sueño tiene muchas causas, incluida la narcolepsia, los cambios de horario, la falta de descanso y la apnea obstructiva del sueño.
Los síntomas más comunes incluyen la parálisis de las extremidades, la incapacidad para hablar, las alucinaciones, la sensación de asfixia, el miedo y la opresión alrededor de la garganta.
Un solo episodio de parálisis del sueño ya es lo suficientemente perturbador. Si te da ansiedad la idea de irte a dormir, lo mejor que puedes hacer es hablar con un médico.
Este confirmará o descartará la parálisis del sueño tras una evaluación en la que puede que te haga varias preguntas.
También necesitará saber cuántas horas duermes por la noche y si te sientes cansado durante el día.
Asimismo, es importante que sepa si te medicas, fumas, bebes o consumes drogas.
El médico también querrá saber si tienes algún problema relacionado con tu salud mental, como la ansiedad, la depresión o el estrés postraumático. Asimismo, es probable que te pregunte si ya ha habido casos similares en tu familia.
Si sospecha que podrías sufrir parálisis del sueño, puede que te mande realizar algunas pruebas.
Esta prueba monitorea la respiración, las pulsaciones y la actividad cerebral por la noche. De esta forma, el médico podrá saber si experimentas episodios de parálisis u apnea del sueño.
Esta prueba mide cuánto tardas en quedarte dormido y qué tipo de descanso experimentas durante una siesta. También ayuda a detectar problemas como la narcolepsia.
Puede que los episodios sean intermitentes o que solo experimentes uno en toda tu vida. Es más probable que ocurran en los periodos de mucho estrés si además no duermes lo suficiente. Si te suelen faltar horas de sueño, ve al médico.
Es normal sentirse cansado, emotivo o asustado tras un episodio de parálisis del sueño. Es una experiencia que puede resultar aterradora, por lo que debes descansar más de lo habitual si lo necesitas. También puedes apoyarte en un ser querido o consultarlo con un médico.
No existen terapias probadas para detener un episodio de parálisis del sueño, pero la mayoría de personas que los sufren con frecuencia dicen que centrarse en hacer pequeños movimientos corporales les ayuda (p. ej. mover un dedo y después otro).
También es buena idea que intentes dormir lo suficiente todas las noches y que no consumas ni alcohol ni drogas recreativas.
No hay mucho que puedas hacer para prevenir un episodio de parálisis del sueño, pero hay ciertos pasos que puedes seguir para disminuir el riesgo de sufrirlos.
Una de las formas más eficaces de prevenir la parálisis del sueño es mejorar la calidad del descanso, algo que puede lograrse de varias maneras.
Tener una rutina de descanso marcada es muy importante. De esa forma te acostumbrarás a ir a la cama y a despertarte a las mismas horas, lo que mejorará la calidad del sueño.
El entorno también juega un papel crucial. Asegúrate de dormir en un lugar cómodo, oscuro y tranquilo.
Una gran forma de quedarse dormido y de disfrutar de un sueño reparador es relajarse antes de ir a la cama. Leer, darse un baño o escuchar música relajante son algunas de las cosas que puedes hacer para lograrlo.
Muchos estudios han establecido un vínculo entre el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir y un aumento de la latencia del sueño. Por lo tanto, asegúrate de desconectar el celular, la tableta y la computadora 30 minutos antes de irte a la cama.
Fuentes: (Cleveland Clinic) (NHS)
No te pierdas: La cena perfecta para dormir como un bebé
Explorando la parálisis del sueño: terror en la noche
¿Alguna vez te ha pasado?
SALUD Trastornos del sueño
Al quedarnos dormidos o despertarnos, el cerebro nos ayuda a relajar los músculos de los brazos y las piernas. Sin embargo, la parálisis del sueño hace que recuperemos la consciencia pero que no podamos movernos. Como te imaginarás, puede ser una experiencia de lo más aterradora y angustiante. Afortunadamente, se trata de algo temporal y no de un síntoma de un problema grave de salud. Aun así, merece la pena identificar la causa para evitar sufrir otros episodios en el futuro. En esta galería te contamos todo lo que debes saber sobre la parálisis del sueño y qué puedes hacer para disminuir el riesgo de padecerla. ¡Adelante!