En lo que a la obesidad se refiere, Estados Unidos suele encabezar las listas. ¿Pero sabías que hay otros países cuyos índices de obesidad superan a los de esta nación norteamericana? Es un dato curioso que nos hace cuestionarnos las tendencias de salud globales que le solemos atribuir. Desde pequeñas naciones isleñas del Pacífico hasta regiones con unas dietas muy cambiantes, algunos países han sufrido un aumento de peso alarmante y puede que no sean los que te imaginas. Si quieres saber de cuáles hablamos, conocer los factores que influyen en este problema y abrir los ojos ante esta epidemia internacional, ¡haz clic para seguir leyendo!
La obesidad sigue siendo un gran problema para la salud a escala internacional, uno que no solo afecta a los países de renta alta, sino también a los de renta media y baja.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que una persona tiene sobrepeso si su índice de masa corporal (IMC) es igual o superior a 25 y que es obesa si su IMC es igual o superior a 30.
Es una medida empleada para analizar si una persona tiene un peso saludable con respecto a su altura. Se calcula dividiendo el peso en kilogramos por el cuadrado de su estatura en metros.
Aunque el IMC no calcula directamente la grasa corporal, se emplea junto con otras técnicas que sí contemplan su cantidad, ubicación y distribución, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés).
Esta es la razón por la que el IMC se utiliza para clasificar a las personas en los siguientes rangos de peso: bajo peso, normal, sobrepeso y obesidad.
Para 2035, se estima que el índice de sobrepeso y obesidad a escala internacional aumente hasta el 46%. En 2020 la proyección era del 42%.
El exceso de peso sobrecarga el cuerpo, aumentando el riesgo de desarrollo de diabetes, cardiopatías y ciertos tipos de cáncer.
Este peso extra también puede provocar inflamación, hipertensión y resistencia a la insulina, factores que contribuyen al desarrollo de otros problemas de salud.
Aunque la OMS dice que la obesidad es una epidemia global, se sigue asociando principalmente a países como Estados Unidos debido a los factores culturales, económicos y de estilo de vida como el sedentarismo y la dieta hipercalórica.
Sin embargo, al contrario de lo que se piensa, la obesidad es una crisis que traspasa las fronteras de los países industrializados.
De hecho, se estima que más de 115 millones de personas de países en desarrollo padecen problemas de salud derivados de la obesidad.
Aunque no hay una correlación directa entre el estatus económico de un país y su índice de obesidad, las naciones más ricas a menudo tienen más recursos para implementar programas, campañas e iniciativas que ayuden a educar y concienciar a la población acerca de sus hábitos de consumo.
Los expertos tienen varias teorías con las que explicar por qué ciertas regiones o países, tales como las islas del Pacífico, son especialmente vulnerables a la obesidad.
Entre ellas se encuentra la propagación de la comida rápida, el mayor uso de la fritura para cocinar y una posible predisposición genética a un IMC superior. Sin embargo, estas teorías no son definitivas y podrían no explicar del todo el aumento de los índices de obesidad.
Con base en datos de 2022 publicados por la OMS y el Observatorio Internacional de la Obesidad (GOO por sus siglas en inglés), World Population Review ha compilado los índices de obesidad por país. Haz clic para descubrir cuáles están por encima de Estados Unidos.
Con un índice de obesidad medio del 43%, Egipto supera por poco el 42,9% de Estados Unidos. Los factores políticos y económicos han agravado la crisis, sobre todo si se tiene en cuenta que la inflación alimentaria supera el 60%.
Como resultado, muchos egipcios prefieren sentirse llenos a estar bien alimentados, lo que les lleva a consumir comidas baratas e hipercalóricas. La dieta ha dejado de basarse en el arroz, la verdura y las legumbres a depender de la carne, los carbohidratos y los platos altamente azucarados.
Los expertos apuntan a varios factores tras el 43,8% de Catar, entre ellos un aumento de los trabajos de oficina y un mayor acceso a los alimentos baratos y poco saludables.
El aumento de la urbanización, la dependencia de los autos y el cambio a una dieta más occidental, así como las celebraciones culturales en las que no faltan las comidas copiosas e hipercalóricas, también parecen haber contribuido a la subida de este porcentaje. Asimismo, los servicios de lujo de Catar promueven la inactividad, al contrario que la infraestructura de otros países que fomenta un estilo de vida más activo.
Un estudio de 2014 descubrió que el 36% de los hombres y el 48% de las mujeres de Kuwait sufrían obesidad, mientras que el 74% de los hombres y el 77% de las mujeres tenían sobrepeso u obesidad. Una dieta rica en grasas, carbohidratos y alimentos procesados, unida a una falta de actividad física, parece ser el factor principal.
Los estudios indican que la urbanización, el crecimiento económico, los avances tecnológicos y los cambios culturales han contribuido a un declive de la actividad física y a un aumento del consumo de grasa, azúcar y alimentos procesados, factores clave tras el alto índice de obesidad de Micronesia (45,6%).
La inseguridad hídrica es un grave problema en Kiribati, donde los hogares dependen principalmente de aguas subterráneas no protegidas (40%) y aguas pluviales (28%) para beber. Una investigación publicada recientemente examina cómo el acceso limitado a agua potable está unido a un mayor consumo de bebidas azucaradas, uno de los principales factores de la obesidad en esta nación.
En San Cristóbal y Nieves, el consumo excesivo de bebidas azucaradas es un importante problema de salud pública y uno de los principales culpables del alto índice de enfermedades no transmisibles en el país, las cuales representan el 83% de las muertes. Un informe de 2019 señala que el 62% de los adolescentes de entre 12 y 17 años consume refrescos carbonatados con regularidad.
En las Islas Marshall el consumo de bebidas azucaradas también resulta alarmante y contribuye en gran medida al índice de obesidad del país. Una encuesta de 2018 reveló que el 89,2% de los adultos consumía al menos una bebida azucarada al día y más de la mitad (54,6%) se permitía dos o más raciones de comida al día.
Según la Federación Internacional de la Obesidad, a fecha de 2019, el 41% de las mujeres adultas y el 27,4% de los hombres adultos de las Bahamas entraban en la categoría de obesos, superando las medias regionales de 30,7% en el caso de las mujeres y del 22,8% en el de los hombres. El alto consumo de alimentos procesados, el sedentarismo y las influencias socioculturales están entre los factores que más influyen en este problema.
Tradicionalmente, los polinesios han pasado por periodos de abundancia durante la temporada de lluvias y, en ocasiones, por periodos de escasez, lo que ha dado forma a su relación cultural única con la comida. Estar "rellenito" siempre se ha visto como una señal de estatus social y es algo que se sigue valorando. Esta preferencia cultural se ha visto agudizada por el patrón de consumo estadounidense, sobre todo en Papeete, donde abunda la comida basura.
Un estudio realizado entre 1978 y 2013 descubrió que la obesidad en Samoa pasó del 27,7% al 53,1% en el caso de los hombres y del 44,4% al 76,7% en el de las mujeres. Las proyecciones estimaban que en 2020 el 59% de los hombres y el 81% de las mujeres estarían obesos, haciendo de la obesidad la principal causa de discapacidad en el país. En la actualidad, alrededor del 62% de la población se considera obesa.
Aproximadamente el 65% de los hombres y el 71% de las mujeres tienen sobrepeso, algo que se debe principalmente a los cambios dietéticos sufridos tras la Segunda Guerra Mundial, un periodo en el que los alimentos tradicionales se sustituyeron por otros procesados como el arroz, el azúcar y la carne en conserva. Asimismo, un estudio de 2024 puso de relieve que el consumo de alimentos importados, unido a una menor ingesta de alimentos vegetales y ricos en proteínas, es un factor modificable que contribuye a los altos índices de obesidad de Tuvalu.
Con un IMC medio de 32,4, aproximadamente un 67% de la población de Niue entra en la categoría de obesa, situando a esta nación isleña entre aquellas con un mayor índice de obesidad del mundo.
Aproximadamente el 70% de los adultos está obeso. Este país depende en un 82% de la importación de alimentos y la dieta tradicional se ha visto ampliamente sustituida por alimentos procesados, hipercalóricos y con un bajo valor nutricional. Como resultado, el 81% de las muertes en adultos ahora se atribuye a enfermedades no transmisibles como la diabetes y la cardiopatía.
Un informe de UNICEF señala que los problemas de salud relacionados con la obesidad en Tokelau se deben en su mayoría a la mala alimentación y a los cambios en los patrones dietéticos. Por ejemplo, un estudio de la OMS realizado en 2012 indica que los lugareños cada vez dependen más de la importación de alimentos procesados como la carne congelada o en conserva, las frutas, las verduras, las galletas y los dulces. Este estudio también pone de relieve una creciente preferencia por la fritura a la hora de cocinar.
Nauru tiene un índice de obesidad del 70%, el tercero más alto del mundo. En la década de 1990, la influencia occidental y la explotación de recursos provocaron un cambio en la dieta tradicional, lo que hizo que los locales pasasen de consumir marisco, tubérculos y fruta a alimentos procesados como la carne enlatada. Esto, unido a la falta de ejercicio, ha hecho de Nauru uno de los países más afectados por la epidemia de la obesidad.
Con un IMC medio de 32,2, se estima que más de la mitad de los niños y adolescentes de Tonga padece sobrepeso. En 2021, las enfermedades no transmisibles representaban el 83% de las muertes del país. En respuesta, el Gobierno ha puesto en marcha un plan de acción para aumentar la disponibilidad de alternativas saludables como el pescado, así como para reducir el consumo productos malos para la salud como las bebidas azucaradas mediante la introducción de impuestos relacionados con la dieta.
La Samoa Americana ha experimentado una rápida modernización a lo largo de estas últimas décadas, lo que ha hecho que el estilo de vida de los pueblos, donde la comida se cultiva y cocina en casa, pase a ser más sedentario y dependiente de alimentos poco nutritivos. Los factores ambientales y económicos, tales como el consumo de alimentos importados pobres en micronutrientes y el aumento del precio de los productos locales, también contribuyen a la obesidad en este país.
Fuentes: (World Population Review) (WHO) (UNICEF) (Harvard International Review) (National Library of Medicine) (Le Monde) (Australian Broadcasting Corporation)
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Países más obesos que Estados Unidos
La epidemia de la obesidad llega más allá de lo que piensas
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En lo que a la obesidad se refiere, Estados Unidos suele encabezar las listas. ¿Pero sabías que hay otros países cuyos índices de obesidad superan a los de esta nación norteamericana? Es un dato curioso que nos hace cuestionarnos las tendencias de salud globales que le solemos atribuir. Desde pequeñas naciones isleñas del Pacífico hasta regiones con unas dietas muy cambiantes, algunos países han sufrido un aumento de peso alarmante y puede que no sean los que te imaginas. Si quieres saber de cuáles hablamos, conocer los factores que influyen en este problema y abrir los ojos ante esta epidemia internacional, ¡haz clic para seguir leyendo!