El Sol es la estrella que se encuentra en el centro del Sistema Solar. Es la fuente de energía más importante para la Tierra y se encuentra a 150 millones de kilómetros de nosotros. Puede aportarnos muchos beneficios o causarnos muchos problemas.
La luz solar llega a la Tierra en forma de radiación ultravioleta y tiene efectos positivos y negativos en nuestra salud.
Los rayos ultravioletas son la principal fuente de vitamina D. Cuando nuestra piel está expuesta a la luz solar, fabrica vitamina D a partir del colesterol. Esta vitamina tiene muchas funciones en el cuerpo y es esencial para disfrutar de buena salud.
La vitamina D ayuda a regular la cantidad de calcio y de fosfatos. Estos factores son vitales para mantener la salud ósea y muscular. Además, nos protege de infecciones respiratorias, del deterioro cognitivo, de la demencia, etc.
Otro beneficio es la mejora del humor. Los rayos del Sol nos proporcionan calor y luz que mejoran nuestra sensación de bienestar general. También mejoran la circulación sanguínea y, como consecuencia, aumentan nuestra energía.
La Organización Mundial de la Salud afirma que entre 5 y 15 minutos de exposición casual de manos, cara y brazos al sol, dos o tres veces por semana durante los meses de verano es suficiente para mantener altos los niveles de vitamina D.
La exposición a los rayos ultravioleta no solo proporcionan vitamina D al cuerpo, sino que también es una importante fuente de óxido nítrico, que es imprescindible para regular procesos fisiológicos como la circulación sanguínea y el metabolismo. La exposición adecuada al óxido nítrico del Sol puede ayudar a acelerar nuestro metabolismo y a reducir los atracones.
La exposición regular al sol puede reducir el riesgo de sufrir un trastorno afectivo estacional (TAE).
Se trata de un trastorno del humor, una depresión estacional o depresión invernal cuyos síntomas suelen manifestarse durante los meses de otoño e invierno, o cuando hay menos luz solar.
Está relacionado con un desequilibrio bioquímico en el cerebro provocado por la falta de horas de luz solar. Los síntomas incluyen la escasez de energía y la ingesta excesiva, y pueden interferir con las actividades diarias. En verano, también se puede observar un aumento de la ansiedad.
Si eres mujer, es un 200 % más probable que desarrolles TAE, según algunos estudios. La edad media de desarrollo del TAE es entre los 18 y los 30. Como curiosidad, cabe señalar que el TAE no existe entre las personas de más de 60 años.
El tratamiento del TAE invernal incluye la terapia con luz (foto), que consiste en sentarse ante una lámpara de fototerapia, que emite una luz muy brillante (y filtra todos los rayos ultravioleta dañinos). Normalmente, se requieren 20 minutos de exposición por día o más, normalmente nada más levantarse, durante el invierno.
No existe un bronceado saludable, independientemente del grado de intensidad. Mientras están tomando el sol en la playa, tu piel produce un pigmento oscuro, la melanina, como escudo contra los daños que puede provocar la radiación ultravioleta. Sin embargo, no hay defensa contra los daños a largo plazo, como el cáncer de piel. Tal vez deseemos un bronceado por estética, pero de hecho, es un signo de que nuestra piel ha sufrido daños y se ha intentado proteger.
Las personas con piel oscura deben tener cuidado al exponerse al sol fuerte. Si este es tu caso, hay menos probabilidad de que padezcas melanoma u otro tipo de cáncer de piel. Tu piel tolera niveles de radiación ultravioleta relativamente altos sin quemarte. No obstante, independientemente del color de la piel, sigue habiendo riesgo de daño ocular o problemas inmunitarios, según la OMS.
Uno de los efectos más significativos de la exposición prolongada al Sol es la inmunosupresión, una respuesta inmunitaria deficiente que se debe a que los rayos afectan primero a la piel y después al resto del cuerpo.
Normalmente, las cataratas se deben al envejecimiento o a la exposición prolongada a la luz solar, entre otras causas. También pueden provocar el deterioro de las lentes oculares y la consecuente pérdida de visión. (Foto: Wikimedia/CC BY-SA 3.0)
Un pequeño porcentaje de la población tiene un problema cutáneo que los hace especialmente sensible a los rayos UV del Sol. Se llama fotosensibilidad. Una dosis mínima de radiación ultravioleta es suficiente para provocarles una reacción alérgica que deriva en una erupción o una quemadura solar grave.
El resultado más obvio de la sobreexposición es la quemadura. Los síntomas incluyen escozor o enrojecimiento de la piel, dolor, sensibilidad y picor. Las exposiciones más prolongadas pueden provocar hinchazón y caída de la piel. Los dolores de cabeza, la fiebre, las náuseas y la fatiga también pueden estar relacionados con las quemaduras severas.
Ponte protección solar y ropa protectora para evitar las quemaduras y algunos tipos de cáncer de piel. Los niños son especialmente susceptibles a las quemaduras, así que siempre debemos protegerles.
La falta de luz solar puede provocar un déficit de vitamina D, lo cual puede derivar en varios problemas de salud, como riesgo de osteoporosis, enfermedades cardiacas, cánceres, enfermedades infecciosas e incluso gripe, según el Harvard School of Public Health.
Las investigaciones sugieren que la falta de vitamina D en hombres causada por déficit de exposición a la luz solar los hace dos veces más propensos a sufrir problemas cardiacos.
Los niños que pasan más tiempo en el exterior tienen menos riesgo de padecer miopía. Esta dolencia surge en jóvenes cuando las lentes dejan de compensar por el crecimiento continuo del ojo. Las personas que han estado expuestas a mayores niveles de radiación ultravioleta cuando eran adolescentes y jóvenes tienen menos probabilidad de tener miopía a los 65 años.
Los registros climáticos de las Naciones Unidas indican que Tórshavn, la capital y mayor ciudad de las Islas Faroe, disfruta de media de 840 h horas de luz solar al año.
Según la Organización Meteorológica Mundial, Yuma (foto), en Arizona, es el lugar más soleado del planeta. Disfrutan de un total de 11 horas de luz solar en invierno y 13 en verano. Es decir, Yuma recibe luz solar durante unas 4.015 horas al año.
El 90 % de los casos de cáncer de piel surgen a raíz de la exposición a rayos violetas procedentes del Sol.
El tipo de cáncer de piel menos común, pero también más peligroso, es el melanoma. La principal causa del melanoma es una exposición excesiva a los rayos ultravioleta por parte de individuos con bajos niveles de melanina. Quienes tienen muchos lunares, parientes que lo sufrieron y un sistema inmunitario débil pertenecen al grupo de riesgo.
La vida en la Tierra depende de la luz del Sol. Además de mantener la temperatura, la exposición a la luz solar aporta muchos beneficios a nuestra salud. No obstante, aunque la radiación ultravioleta tiene muchos efectos positivos en nuestro bienestar, la exposición excesiva está relacionada con problemas de salud muy graves. De la misma forma, la falta de luz solar puede provocar múltiples complicaciones. Por tanto, ¿cuáles son los síntomas de exposición excesiva y cuáles son las consecuencias de pasar poco tiempo al sol?
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Vitamina D: así te afecta el exceso y el déficit de luz solar
La radiación ultravioleta del Sol tiene efectos positivos y negativos
SALUD Sol
La vida en la Tierra depende de la luz del Sol. Además de mantener la temperatura, la exposición a la luz solar aporta muchos beneficios a nuestra salud. No obstante, aunque la radiación ultravioleta tiene muchos efectos positivos en nuestro bienestar, la exposición excesiva está relacionada con problemas de salud muy graves. De la misma forma, la falta de luz solar puede provocar múltiples complicaciones. Por tanto, ¿cuáles son los síntomas de exposición excesiva y cuáles son las consecuencias de pasar poco tiempo al sol?
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