Durante mucho tiempo, la salud mental pasó desapercibida entre los médicos. No era algo que se entendiese bien y no se consideraba tan importante como la salud física.
Estos últimos años, sin embargo, esto ha empezado a cambiar y los médicos cada vez son más conscientes de la importancia de la salud mental.
De hecho, cuando la salud mental (que incluye el bienestar social, emocional y psicológico) se resiente, nuestra calidad de vida puede empeorar considerablemente.
Por desgracia, esto no es algo aislado. De hecho, según la CDC (la agencia nacional de salud pública de Estados Unidos), uno de cada cinco estadounidenses sufre una enfermedad mental.
La buena noticia es que los problemas de salud mental suelen ser tratables e incluso prevenibles. Sin embargo, no todo el mundo tiene acceso a los recursos necesarios.
Las personas de ciertas minorías étnicas y raciales tienen más dificultades que otras para recibir la atención psicológica necesaria.
El precio de las consultas y la falta de un seguro médico que las cubra son algunos de los obstáculos que pueden limitar su acceso a los tratamientos psicológicos.
Asimismo, no es fácil encontrar psicólogos y profesionales de la salud mental que pertenezcan a un grupo minoritario específico, lo que también puede ser una barrera a la hora de buscar ayuda.
El estigma y los prejuicios también pueden hacer que las personas no busquen ayuda a pesar de necesitarla.
A pesar de estos obstáculos, no hay ninguna razón para no aspirar a la igualdad en materia de salud mental.
Según la CDC, la igualdad en materia de salud mental es "un estado en el que todo el mundo tiene las mismas oportunidades para alcanzar el máximo nivel de salud mental y bienestar emocional".
Hay ciertas cosas que podemos hacer como individuos para fomentar la igualdad en materia de salud mental. Un buen punto de partida es informarnos al respecto.
Tanto si has tenido un problema de salud mental como si no, intenta aprender sobre formas saludables de lidiar con el estrés y la pérdida.
Educarte como es debido sobre estos asuntos te ayudará a gestionarlos y a hacer que otros también lo consigan. Al fin y al cabo, todos pasamos por situaciones complicadas tarde o temprano.
También es buena idea compartir información sobre salud mental y métodos de gestión adecuados con quienes te rodean.
No tengas miedo a compartir los recursos que encuentres con tus amigos, familiares, vecinos o compañeros de trabajo. Esto es especialmente importante si eres parte de una comunidad en la que existe un gran estigma en torno a la salud mental.
Aunque te cueste al principio, siempre es buena idea hablar de salud mental con un lenguaje que no perpetúe el estigma.
También conviene aprender sobre los sesgos implícitos, es decir, sobre las conductas, comportamientos y actos involuntarios que ayudan o perjudican a una persona o un grupo en particular.
Cuanto más sepamos al respecto, más capacitados estaremos para evitarlos.
Asimismo, harías bien en educarte sobre las microagresiones. Estas se definen como interacciones diarias, verbales o de otro tipo, que transmiten mensajes negativos a las personas por su pertenencia a un grupo marginalizado en particular.
Al igual que ocurre con los sesgos implícitos, cuanto más sepamos sobre las microagresiones, más preparados estaremos para hacerles frente en el día a día.
Sin embargo, esto no es responsabilidad exclusiva de las personas particulares. Los educadores, los sistemas sanitarios y los gobiernos también tienen que poner de su parte.
Por ejemplo, si eres un comunicador o educador sanitario, es importante que te asegures de que los materiales de aprendizaje que proporcionas sean cultural y lingüísticamente adecuados, así como inclusivos y respetuosos.
Los comunicadores y educadores sanitarios también deben ser proactivos a la hora de aumentar el alcance de la información sobre salud mental para que esta llegue a las minorías, así como garantizar que haya recursos baratos o gratuitos disponibles en varios canales.
Por su parte, los sistemas sanitarios tienen la responsabilidad de detectar los casos de depresión y otros problemas de salud mental.
También deben asegurarse de que todos los pacientes tengan acceso a recursos educativos (tanto físicos como virtuales) sobre salud mental durante las consultas y en las salas de espera.
Los sistemas sanitarios también deben esforzarse por contratar a profesionales que reflejen la raza y la etnicidad de la población a la que atienden.
Por último (pero no por ello menos importante), los gobiernos y comunidades tienen la responsabilidad de ampliar la oferta de servicios de atendimiento psicológico.
También deben reevaluar las políticas para ver si alguna perpetúa el estigma que rodea a la salud mental y eliminar o modificar todas aquellas que lo hagan.
Fuentes: (CDC)
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¿Hay igualdad en materia de salud mental?
Es importante que las personas, los educadores y los gobiernos colaboren entre sí
SALUD Salud mental
Cada vez somos más conscientes de la importancia de la salud mental, cuya estabilidad es imprescindible si queremos disfrutar de una buena calidad de vida. Por desgracia, el 20% de la población sufrirá algún problema o trastorno de esta índole tarde o temprano y, aunque la mayoría son tratables, no todo el mundo tiene el mismo acceso a los recursos necesarios. De hecho, quienes pertenecen a grupos minoritarios a menudo tienen dificultades para recibir atención psicológica. Por suerte, hay cosas que podemos hacer para cambiar esta realidad. Si quieres saber cómo podemos trabajar juntos para lograr la igualdad en materia de salud mental, ¡haz clic para seguir leyendo!