Heredamos dos conjuntos de genes: uno de nuestra madre y otro de nuestro padre. La distribución está bastante equilibrada, pero hay una diferencia muy pequeña entre hombres y mujeres.
Las mujeres heredan el 50% de su ADN de la madre y el otro 50% del padre.
En cambio, los varones heredan alrededor del 51% de sus madres y el 49% de sus padres.
Veamos ahora algunos de los rasgos que tanto los hombres como las mujeres pueden heredar de cada uno de sus progenitores, empezando por mamá.
Estos trastornos hereditarios crónicos se transmiten a los hijos cuando el ADN mitocondrial es defectuoso o presenta mutaciones. Aunque muchos de estos trastornos aparecen al nacer, también pueden desarrollarse en etapas posteriores de la vida y afectar prácticamente a cualquier parte del cuerpo humano.
Se calcula que aproximadamente 1 de cada 5.000 personas padece un trastorno mitocondrial hereditario. Algunos ejemplos son el síndrome de Leigh y el síndrome de encefalopatía mitocondrial, acidosis láctica y episodios similares a un ictus (MELAS).
Tanto la estructura del ojo como la vista se heredan de la madre. La miopía patológica es una de las afecciones oculares comunes que pueden transmitirse a través de los genes.
El daltonismo también es un rasgo heredado de la madre. Los varones son los más afectados.
Hay algunos rasgos físicos que puedes agradecer (o reprochar) a tu madre. Por ejemplo, el color y la textura del pelo, así como las entradas.
Además del pelo, la piel e incluso las varices también pueden heredarse de la madre.
Las mujeres pueden heredar de sus madres el momento en que empiezan a menstruar y en que entran en la menopausia.
Aunque la posición socioeconómica y la educación influyen en el cociente intelectual, los estudios realizados por la Medical Research Council Social and Public Health Sciences Unit de Glasgow revelaron que el mejor indicador de la inteligencia de una persona era el cociente intelectual de su madre.
Las investigaciones han descubierto que las madres transmiten sus patrones de sueño a sus hijos. Los hijos de madres que padecen insomnio tienden a tardar más en dormirse.
Aunque faltan investigaciones en humanos que confirmen esta teoría, los estudios en animales sugieren que el ADN de las mitocondrias (que solo puede heredarse de las madres) puede influir en el ritmo de envejecimiento.
Sin embargo, un estudio descubrió que factores ambientales como la exposición al sol, el tabaco, etc., pueden causar daños en el ADN mitocondrial, que luego hereda el niño y pueden influir en rasgos como las arrugas y las canas.
Nuestra capacidad para ganar o perder peso puede heredarse de nuestras madres. Por supuesto, la genética desempeña un pequeño papel en comparación con las elecciones de estilo de vida.
Los hijos de madres con bajos niveles de serotonina son más propensos a desarrollar un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en etapas posteriores de su vida. Esto se debe a que se transmiten genes que regulan la producción de serotonina, y estos parecen tener un impacto en la capacidad de concentración.
El sistema corticolímbico (que incluye la amígdala, el hipocampo, el córtex cingulado anterior y el córtex prefrontal ventromedial) es responsable de regular las emociones e influye en trastornos como la depresión. Es más probable que la estructura del sistema corticolímbico de la madre se transmita a las hijas que a los hijos.
Las madres también pueden transmitir los genes que influyen en el temperamento del niño. Un estudio alemán concluyó: "Los individuos portadores de un tipo específico de alteración, o forma alternativa de un gen, son mucho más propensos a enfadarse que los que carecen de esa alteración".
Sí, los genes deportivos existen. El genoma mitocondrial lo heredamos de nuestras madres. El ADN mitocondrial interviene en la forma en que el cuerpo utiliza las células de oxígeno durante la práctica de ejercicio.
Un estudio de 2005 descubrió que "la capacidad de ejercicio de la madre por sí sola puede predecir mejor la capacidad del niño que si se tiene en cuenta al padre".
Veamos ahora algunos ejemplos de rasgos que transmiten los padres.
Los genes de la estatura de ambos progenitores se transmiten al niño, pero los genes IGF del padre tienen una mayor influencia en la estimulación del crecimiento y, por tanto, de la estatura.
Los genes de tu padre pueden ser la causa de que tengas desde dientes torcidos hasta caries. Esto suele ocurrir cuando el padre tiene mala salud dental.
Los padres determinan esencialmente el sexo del niño, que viene definido por los cromosomas X e Y, es decir, XX para las niñas y XY para los niños.
Cada óvulo tiene un cromosoma X y, en función del cromosoma del espermatozoide del padre (X o Y), el embrión se convertirá en varón o mujer.
Los varones reciben el cromosoma sexual Y de sus padres, lo que significa que los trastornos ligados al cromosoma Y se heredan de los padres. Entre ellos se encuentran los dedos de los pies palmeados y la hipertricosis de las orejas (orejas peludas).
Tenemos dos tipos de grasa en el cuerpo: la parda y la blanca. La grasa parda suele utilizarse para descomponer la glucosa, y se hereda de las madres.
En cambio, la acumulación de grasa blanca se hereda principalmente de nuestros padres. Este tipo de grasa se utiliza como fuente de energía, pero puede acumularse y causar problemas de salud como cardiopatías y obesidad.
Fuentes: (MedicineNet) (FamilyEducation) (Reader's Digest) (Biologyonline)
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Rasgos genéticos que heredas exclusivamente de tu madre o padre
Todo está en los genes
SALUD Adn
Seguro que alguna vez te han dicho que ciertos rasgos se heredan del padre o de la madre. Pero, ¿es realmente así? Puede que haya algo de verdad en estas afirmaciones. Heredamos el ADN de ambos progenitores, y los rasgos que se transmiten a la descendencia difieren según el padre o la madre. El hecho es que obtenemos algunos de estos rasgos de nuestras madres, así como otros de nuestros padres. Pero, ¿cuáles proceden de cada uno?
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