La diabulimia es un trastorno alimenticio que afecta a las personas con diabetes tipo 1 (DM1). Quienes lo sufren reducen su dosis de insulina o dejan de usarla por completo para perder peso. Los primeros casos se registraron en la década de los 80 y, aunque se trata de un fenómeno relativamente reciente, puede afectar a personas desde los 13 hasta los 60 años. Las investigaciones demuestran que un tercio de las mujeres y un sexto de los hombres con DM1 restringen su uso de insulina para bajar de peso. Aproximadamente el 30% de los adolescentes con esta enfermedad presentan este comportamiento. ¿Pero qué hace que la diabulimia sea tan peligrosa? ¿Cuáles son los signos y síntomas? ¿Cómo se trata? En esta galería exploramos estas y muchas otras cuestiones. ¡Haz clic para saberlo todo!
La diabulimia es un trastorno alimenticio potencialmente mortal que surge cuando las personas con diabetes tipo 1 dejan de inyectarse insulina para perder peso. Quienes lo padecen también pueden presentar otros comportamientos asociados con los trastornos alimenticios como el vómito forzado.
La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica que hace que el sistema inmunitario ataque a las células productoras de insulina en el páncreas. Quienes la padecen necesitan inyectarse insulina sintética para controlar su nivel de glucosa en sangre.
No todas las personas con diabulimia se dan atracones, una característica típica de la bulimia. El término diabulimia hace referencia a la restricción de insulina para bajar de peso.
La insulina es una hormona que se produce en el páncreas. El cuerpo la necesita para ayudar a que la glucosa procedente de los alimentos entre en las células, donde se utiliza para generar energía.
Tanto el cuerpo como sus células necesitan energía para sobrevivir. La glucosa que no se usa para generarla se almacena en el hígado, los músculos y el tejido adiposo.
Si una persona con DM1 no tiene suficiente insulina, su cuerpo empieza a obtener energía de la grasa y los músculos. Como resultado, la glucosa se acumula en el torrente sanguíneo, disparando los niveles de azúcar en sangre. La incapacidad del cuerpo de obtener energía de la comida se traduce en una pérdida de peso.
Una falta constante de insulina puede provocar una deshidratación grave, lo que a su vez se traduciría en una bajada de peso por la falta de agua. Esta forma de adelgazar es muy peligrosa.
La insulina como tal no provoca una subida de peso. Antes de que la DM1 se diagnostique, el paciente suele perder peso rápidamente debido a que su cuerpo obtiene energía de la grasa y los músculos y no de la glucosa. Por lo tanto, una vez se le empieza a suministrar insulina, la persona recupera peso al usar la glucosa para generar energía o almacenarla como grasa.
Tener unos niveles de glucosa permanentemente altos puede dar pie a una deshidratación grave, por lo que una vez que los pacientes empiezan a recibir tratamiento para la DM1, también pueden subir de peso en agua.
La diabulimia solo afecta a personas con DM1. Alguien con esta enfermedad puede desarrollar este trastorno alimenticio en cualquier momento, si bien suele ser más habitual entre adolescentes y jóvenes adultos de sexo femenino.
Según las investigaciones, hasta el 40% de las personas de sexo femenino y el 10% de las de sexo masculino con DM1 de entre 16 y 30 años se inyectan menos insulina de la debida para bajar de peso.
Entre los indicios físicos de la diabulimia se incluyen la pérdida inexplicable de peso, una HbA1 de 9 o más, sed constante, micción frecuente y múltiples episodios de cetoacidosis diabética sin causa aparente.
El cansancio, las infecciones urinarias recurrentes, la pérdida de visión y la sequedad del pelo y la piel son otros síntomas habituales de la diabulimia.
Los indicios conductuales de la diabulimia incluyen la no administración de insulina al comer, la negligencia a la hora de lidiar con la diabetes, el secretismo en torno a su gestión y la inconstancia en las prescripciones de insulina.
Los signos y síntomas tanto emocionales como psicológicos incluyen el miedo a subir de peso debido a la insulina, la ansiedad en torno a la imagen corporal, el cansancio por lidiar con la diabetes y el interés obsesivo por la comida y las calorías.
Algunas personas con diabulimia también pueden tener miedo de presentar un nivel de azúcar en sangre bajo, ya que para tratarlo necesitan comer. Asimismo, hay quienes presentan un cuadro de ansiedad y depresión.
Todos los trastornos alimenticios, incluida la diabulimia, son condiciones complejas sin una única causa. Las razones que empujan a alguien a la diabulimia pueden ser una combinación de problemas tanto físicos como sociales y mentales.
Las cosas que las personas con DM1 tienen que hacer (como leer las etiquetas detenidamente y controlar el nivel de glucosa en sangre, los resultados de la HbA1 y el peso) pueden jugar un papel en el desarrollo de la diabulimia y otros trastornos alimenticios.
Todo esto puede hacer que los pacientes se frustren y se cansen de tener que lidiar con todo lo que implica la diabetes, haciendo que cada vez controlen menos su nivel de azúcar en sangre y se inyecten cantidades aproximadas de insulina sin medirlas con precisión. Esto puede disparar sus niveles de azúcar en sangre y hacer que pierdan peso. Otras personas incluso pueden llegar a limitar sus dosis de insulina a propósito para adelgazar.
Algunas personas con DM1 pueden sentir que no tienen el control de su cuerpo y se preocupan por las complicaciones derivadas de la diabetes. Esto, a su vez, se traduce en un aumento de la ansiedad y de la necesidad de controlar otros aspectos de sus vidas, tales como el peso y los hábitos alimenticios.
Una imagen corporal distorsionada puede contribuir al desarrollo de trastornos alimenticios, incluida la diabulimia. El estigma y la desinformación en torno a la idea de que la grasa corporal genera diabetes puede empujar a algunas personas a obsesionarse con adelgazar.
Si una persona con DM1 quiere perder peso, puede que recurra a restringir las inyecciones insulina en vez de intentar adelgazar de manera saludable.
En el caso de los niños y adolescentes, el acoso, las burlas y la presión social por la apariencia física o por tener diabetes pueden contribuir al desarrollo de diabulimia.
Debido a la naturaleza sigilosa de los trastornos alimenticios, suelen ser bastante difíciles de diagnosticar. Muchas personas que los padecen no buscan tratamiento por sí solas y esto es especialmente patente en el caso de quienes sufren diabulimia, ya que temen que se las juzgue por no gestionar su diabetes como es debido.
Parte del tratamiento de la diabulimia implica una correcta administración de la insulina, así como una gestión adecuada del peso y los niveles de glucosa. Por último, los problemas psicológicos que hayan contribuido al desarrollo de este trastorno alimenticio también deben abordarse.
Las personas con diabulimia son más propensas a la ansiedad y la depresión. Estas condiciones pueden agravar aún más el trastorno alimenticio y la mala gestión de la diabetes, de ahí que sea tan importante buscar el tratamiento adecuado.
El tratamiento de la diabulimia suele combinar psicoterapia, medicación y evaluación médica. Dados los aspectos tanto físicos como mentales de este trastorno alimenticio, su tratamiento requiere la atención de varios especialistas.
La diabulimia puede ser mortal si no se trata. Un estudio descubrió que quienes la padecen mueren de media 13 años antes que quienes tan solo tienen diabetes tipo 1.
Aunque las complicaciones a largo plazo de la diabulimia son las mismas que las de la diabetes, las personas con este trastorno alimenticio pueden experimentarlas antes debido a sus niveles de azúcar constantemente elevados. Entre estas complicaciones se encuentran las enfermedades renales y hepáticas, así como la retinopatía y la posible ceguera.
Fuentes: (Cleveland Clinic) (BBC) (The Recovery Village)
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Diabulimia: el trastorno alimenticio que amenaza a las personas con diabetes
La diabulimia tiene una tasa de mortalidad del 34,8%
SALUD Diabulimia
La diabulimia es un trastorno alimenticio que afecta a las personas con diabetes tipo 1 (DM1). Quienes lo sufren reducen su dosis de insulina o dejan de usarla por completo para perder peso. Los primeros casos se registraron en la década de los 80 y, aunque se trata de un fenómeno relativamente reciente, puede afectar a personas desde los 13 hasta los 60 años. Las investigaciones demuestran que un tercio de las mujeres y un sexto de los hombres con DM1 restringen su uso de insulina para bajar de peso. Aproximadamente el 30% de los adolescentes con esta enfermedad presentan este comportamiento. ¿Pero qué hace que la diabulimia sea tan peligrosa? ¿Cuáles son los signos y síntomas? ¿Cómo se trata? En esta galería exploramos estas y muchas otras cuestiones. ¡Haz clic para saberlo todo!