Eros suele ir a la par de Ludus, dando pie entonces a un afecto juguetón que desemboca en mariposas en el estómago. Efectivamente, es el inicio de una relación.
Nombrado así en honor a la diosa griega de la fertilidad, Eros se acerca mucho al concepto del amor que tenemos hoy en día.
Se trata de un amor físico, poderoso e intenso que se guía por la lujuria, el placer y la obsesión. Esto significa que no suele ser demasiado profundo.
Los griegos temían a este tipo de amor, pues lo asociaban con el impulso instintivo del placer y la procreación y con la consiguiente pérdida de control propio.
Eros es una llama brillante que se quema deprisa a no ser que se nutra con otro amor menos superficial.
Reír, perseguir, ligar a todas horas... Esta es la carta de presentación de este amor. No obstante, también podemos sentirlo cuando reímos con nuestros amigos, bailamos con extraños o mandamos mensajes con intención de ligar.
Algunos estudios demuestran que cuando las personas experimentan este tipo de amor, el cerebro actúa como si se hubiese consumido estupefacientes, haciéndonos sentir jóvenes y eufóricos.
Los tiempos modernos han traído consigo una versión comercializada del amor propio, aunque para los griegos este era algo muy diferente. Philautia significa estar orgullosos de nuestro trabajo, cuidar de nosotros mismos y mantener un diálogo interior afectuoso.
No puedes darle a alguien algo que no tienes: las personas que no se aman a sí mismas no pueden experimentar el amor de forma completa. Antes de arreglar la relación deberán repararse ellos mismos.
No obstante, debemos tener cuidado y no sobrealimentar nuestra philautia. En el extremo opuesto de la falta de amor propio nos encontramos el narcisismo, la vanidad y el egoísmo.
Un eros desequilibrado y la falta de una philautia saludable podrán llevarnos a este amor loco, celoso y enfurecido. Mania puede hacer imposible la vida en pareja.
Los comportamientos tóxicos como fisgonear en el celular de la pareja, la codependencia, los celos paranoicos y la violencia son los signos más comunes de mania.
Aquellos que experimentan mania temen perder a la persona que aman, por lo que están dispuestos a romper todo tipo de límites para retenerlos.
Pragma es el opuesto de eros y trata sobre dar amor, en lugar de encontrarlo. Eros es una llama rápida y brillante, mientras que pragma es lenta y agradable.
No es fácil alcanzar este tipo de amor. Para llegar a pragma necesitamos recorrer un largo camino regado de paciencia, tolerancia, compromiso y mucho tiempo.
Este es el amor de sangre, el que fluye naturalmente entre padres e hijos.
En él se produce una relación de dependencia muy desequilibrada (hacia el lado de los peques) y es totalmente incondicional.
El amor de sangre es uno de los más poderosos y puede llegar incluso a crecer entre amigos... ¡y entre las mascotas y sus dueños!
Los griegos de la antigüedad valoraban la philia por encima de todos los demás tipos de amor, pues este se presenta entre personas que se consideran iguales.
Las características más destacadas de este vínculo son la lealtad, la comunicación de las buenas y malas emociones, el sacrificio y una buena voluntad en común.
A pesar de que este tipo de amor no tiene un componente pasional, la intimidad de este tipo de compañía puede transformar el poder físico y lujurioso de eros en un vínculo más espiritual.
Todos hemos oído hablar del "amor platónico", aquel tipo de afección en la que Platón se basaba para afirmar que el amor no necesita de atracción física. Pues bien, hablamos de philia.
Este amor es desinteresado, incondicional y podemos encontrarlo en todas las personas del mundo. Se trata de un amor indiscriminatorio hacia toda la humanidad.
Ofrecemos este amor de forma desinteresada a ciertas personas con las que nos cruzamos durante el día a día, sin ninguna expectación o juicio.
El doctor Gary Chapman nos ha ofrecido una interpretación más moderna sobre las diferentes formas de dar y recibir amor.
Nota: Galería basada en la información de Organic Authority.
Los antiguos griegos creían que este amor era radical, pues muy pocos eran capaces de sentirlos a largo plazo. Este es el tipo de afección que se atribuye a figuras como Jesucristo (mártires que se sacrifican por la felicidad de los demás).
Todos damos y recibimos amor de forma diferente, e incluso existen personas capaces de experimentar tipos de afecciones que otros jamás han conocido.
La empatía es la llave de agape, que está considerado a su vez el tipo de amor más potente de todos. Por desgracia, parece que cada vez nos cuesta más encontrar buenos ejemplos de agape en la sociedad.
Eres afortunado/a si has experimentado este tipo de amor: pragma es un entendimiento profundo entre las dos personas, un afecto duradero, saludable y a largo plazo.
El amor, en estos tiempos modernos, se reduce únicamente a la idea del romanticismo, cualidad más apreciada en una pareja que está comenzando.
No obstante, los griegos de la antigüedad entendían que existen más clases de amor, hasta un total de ocho, de las que podemos aprender para entendernos mejor y disfrutar al 100% de nuestras interacciones con los demás. Estos tipos de amor pueden combinarse entre sí y llevar nuestra relación al siguiente nivel.
El concepto del amor en la antigua Grecia: una perspectiva histórica
El amor romántico... ¿No es el más importante?
ESTILO DE VIDA Amor
El amor, en estos tiempos modernos, se reduce únicamente a la idea del romanticismo, cualidad más apreciada en una pareja que está comenzando.
No obstante, los griegos de la antigüedad entendían que existen más clases de amor, hasta un total de ocho, de las que podemos aprender para entendernos mejor y disfrutar al 100% de nuestras interacciones con los demás. Estos tipos de amor pueden combinarse entre sí y llevar nuestra relación al siguiente nivel.
¿Curioso/a? No nos extraña, al fin y al cabo vamos a contarte algo que te cambiará la vida. ¡Haz clic para descubrir los ocho tipos de amor según la Antigua Grecia!