Todos tenemos días mejores y peores, pero si los cambios de humor de tus padres te hacían medir tus palabras por miedo a molestarles, entonces estabas sufriendo abuso emocional. ¿Te sentías nervioso por cómo podían reaccionar, incluso si al final no pasaba nada?
Los padres a veces se pasan de exigentes y se centran solo en lo malo. Si tienes una vocecita interior extremadamente crítica que se asemeja bastante a la de tu padre o madre, entonces quiere decir que solían pasarse de la raya.
Los niños tienden a internalizar este tipo de comentarios negativos, lo que les provoca inseguridad y problemas de autoestima. Los adultos que sufrieron abuso emocional en la infancia suelen ser muy duros consigo mismos.
Poder hablar de lo que sentimos es esencial en cualquier momento de la vida. Por eso resulta tan doloroso querer expresar nuestras emociones y que estas no se tengan en cuenta, sobre todo cuando eres pequeño.
Un ejemplo de esto es cuando los niños se enfadan o entristecen y los padres lo toman como una exageración. Una forma extrema de este comportamiento es considerar que las autolesiones son una manera de llamar la atención.
La pasivo agresividad consiste en enmascarar lo que de verdad sientes, a veces sin darte cuenta, y expresarlo mediante indirectas. Un padre pasivo-agresivo con sus hijos puede hacerles creer que está contento, pero en realidad no les transmite cariño y afecto.
Esta es una forma de abuso emocional más encubierta. Puede ser difícil y confuso para el niño, que no entenderá del todo la situación, pero aun así percibirá la falta de afecto por parte del progenitor.
Un padre al que le cuesta gestionar su propia ansiedad a menudo se la transmitirá a su hijo. A los niños les cuesta percibir la inestabilidad en sus cuidadores, especialmente cuando les piden ayuda directamente y estos no saben cómo ofrecerla.
Esta es una situación muy estresante para el infante, que acaba por desarrollar unos altos niveles de estrés. El aumento del cortisol puede tener efectos a largo plazo, lo que a su vez puede ocasionarle problemas de salud en el futuro.
Que tus padres no te dirijan la palabra es una experiencia horrible, además de una forma muy poco saludable de lidiar con los problemas. Si tus padres solían cerrarse en banda e ignorarte cuando se enfadaban contigo, entonces estaban siendo emocionalmente abusivos.
Esta actitud esquiva es lo que hoy en día se considera una "red flag" en las relaciones románticas, pero los niños también sufren por ello. Sienten que se quedan sin opciones, lo que les lleva a querer ganarse el favor de sus padres desesperadamente para que todo vuelva a la normalidad.
Un padre ausente es una cosa, pero un padre presente y emocionalmente inaccesible es otra muy distinta. Igual pasaba mucho tiempo al teléfono, en la oficina o incluso consumiendo drogas y alcohol, lo que resulta muy doloroso para el niño.
Luego está el extremo contrario. De la misma forma que duele que te ignoren, que te sobreprotejan puede ser igual de tóxico. Los niños necesitan su propio espacio y privacidad para poder establecer límites saludables.
Leer el diario de los hijos, controlar sus correos, fisgonear sus redes sociales, meterse en sus conversaciones... Todo esto son formas de abuso que no permiten que los niños tengan el espacio mental y emocional que necesitan.
Estas son varias formas de abuso emocional que puede que tus padres hayan utilizado en el pasado. Ahora, veamos cómo te han podido afectar en tu vida adulta.
Si de pequeño aprendiste que tenías que soportar el mal humor de los demás para sobrevivir, es probable que hayas trasladado esa mentalidad a tus relaciones actuales. Quienes han sufrido maltrato psicológico en la infancia tienden a culparse del mal comportamiento de los otros.
Las víctimas de maltrato psicológico a menudo exhiben tendencias autodestructivas, desde consumir drogas y alcohol hasta tener relaciones sexuales sin protección. Todas ellas son formas de lidiar con el dolor que sienten ante la falta de recursos que les permitan gestionar lo que sienten.
Es importante señalar que quienes tienen este tipo de comportamientos no necesariamente han sido víctimas de abuso en la infancia. No obstante, es una de las posibles causas.
¿Sientes una hostilidad inexplicable hacia tus padres? A veces las personas no consideran que hayan sido víctimas de abuso emocional por parte de sus progenitores, pero se sienten resentidos cuando piensan o hablan de ellos.
Si sientes miedo o ansiedad al pensar en cómo tus padres van a reaccionar ante tus decisiones, puede que se deba a las críticas exacerbadas que te hacían de pequeño.
Cuando tenemos una relación tóxica con nuestros padres, a menudo trasladamos ese bagaje emocional a nuestras relaciones románticas. Los hijos de padres a los que les costaba gestionar sus emociones a menudo adoptan el rol de cuidador y empiezan a responsabilizarse por los sentimientos de sus parejas.
Esto es algo que puede tener terribles consecuencias. Algunos de los signos más comunes incluyen sentirse culpable por cosas que no has hecho o pedir perdón cuando no lo sientes solo porque quieres acabar con el problema.
Por desgracia, el maltrato genera maltrato. Si creciste en un hogar donde el abuso estaba a la orden del día, es probable que te parezca algo normal en tus relaciones románticas y que tiendas a juntarte con personas que te recuerden a tus padres, para bien o para mal.
La familiaridad es un arma de doble filo, ya que si nos hemos acostumbrado al maltrato, es muy fácil que acabemos teniendo una relación tóxica.
Muchas personas no son conscientes de que han crecido en un ambiente abusivo hasta que se hacen mayores y se fijan en las dinámicas familiares de sus amigos y parejas. Es en ese momento cuando se dan cuenta de que lo que han vivido no era necesariamente "normal".
Si te ves reflejado en lo que has leído y crees que algunas de estas experiencias te están afectando en la actualidad, lo mejor que puedes hacer es buscar ayuda profesional. Abordar estos problemas te ayudará a mejorar tanto tu vida como tus relaciones.
Fuentes: (Counselling Directory) (Bustle) (Good Therapy)
Ver también: ¿Por qué la gente no va al psicólogo cuando lo necesita?
Este tipo de miedo hace que los niveles de estrés de los niños se disparen. Una sensación de estrés permanente a una edad muy temprana puede alterar el cuerpo y el cerebro de los infantes, llegando incluso a tener repercusiones en su salud a largo plazo.
Cómo identificar el impacto del abuso emocional en la infancia
La línea que separa una relación saludable de una tóxica es más fina de lo que crees
ESTILO DE VIDA Infancia
La perspectiva de los niños suele estar edulcorada por el amor incondicional y la aceptación inocente de lo que consideran "normal" en sus vidas. Esto puede hacer que no sepan reconocer las señales del abuso emocional hasta que ya son mayores. De pequeños somos tan impresionables que, inevitablemente, los defectos de nuestros padres nos dejan huella y pueden llegar a repercutir en nuestras relaciones personales cuando nos volvemos adultos. Si quieres saber cuáles son algunos de los comportamientos abusivos más habituales en la infancia y cómo estos te pueden haber afectado, ¡sigue leyendo!