Cuando la línea de sucesión dicta que un familiar cercano debe morir para tú que puedas heredar el trono, la lealtad se vuelve un concepto ambiguo. Muchos líderes ávidos de poder llegaron a donde llegaron quitándose de en medio a muchos de sus parientes. Si quieres saber de quiénes hablamos, ¡haz clic para seguir leyendo!
Enrique VIII es famoso por haber matado a dos de sus mujeres por motivos cuestionables (principalmente por acusaciones no probadas de adulterio). Fue un rey paranoico que no confiaba en nadie, ni en sus esposas, ni en otros familiares.
Enrique tuvo varias mujeres porque estaba desesperado por tener un heredero varón. Llegó a separarse de la Iglesia católica y a fundar su propia versión de la cristiandad solo para poder divorciarse de una y casarse con otra. Por lo tanto, no es ninguna sorpresa que decidiese ejecutar a varios primos y parientes por miedo a que le arrebatasen el trono.
Wu Zetian fue la única mujer en gobernar China. Comenzó como concubina del emperador Taizong de la dinastía Tang. Tras su muerte, lo sucedió el emperador Gaozong, de quien también fue concubina y más tarde esposa. ¡Antes de ella, ninguna mujer había mantenido una relación con dos emperadores!
El emperador Gaozong sufrió una apoplejía y, por lo tanto, dejó de poder gobernar. Wu Zetian ocupó su posición como emperatriz de China y no tenía ninguna intención de que le arrebatasen el poder. Incluso llegó a asesinar a sus hijos por ser los herederos al trono. Gobernó durante 23 años hasta que al final la obligaron a abdicar a los 80.
Cleopatra se convirtió en la reina de Egipto después de que su padre, Ptolomeo XII, muriese. Lo que muchos no saben que este dejó por escrito en su testamento que quería que Cleopatra se casase con su hermano de 11 años para que ambos pudiesen reinar juntos. Por perturbador que parezca, se trataba de una práctica muy común por aquel entonces para salvaguardar el poder dentro de la familia.
Para desdicha de Ptolomeo, los hermanos se negaron a casarse y a repartirse el poder, lo que dio lugar a una guerra civil. Cleopatra ganó con la ayuda de Julio César y mató a su hermano. Sin embargo, César le obligó a contraer matrimonio con su otro hermano pequeño. A regañadientes, accedió a hacerlo, pero cuando César fue asesinado, mató a su marido y a sus otros hermanos traidores.
¿Sabías que Atila tenía un hermano llamado Bleda con quien dirigió el Imperio huno? Si no te suena, puede que se deba a que Bleda desapareció misteriosamente 10 años después de llegar al poder y nunca más se volvió a saber de él.
El tío de Atila y Bleda murió sin descendientes, por lo que ambos heredaron el trono por expreso deseo de este. Al principio gobernaron juntos, pero hubo un momento en el que Bleda desapareció de los registros históricos. Un historiador romano que actuó como enviado de los hunos escribió que la viuda de Bleda había acusado a Atila de haber asesinado a su propio hermano.
Catalina la Grande nació siendo princesa de Prusia. Se casó con su primo segundo, Pedro III, quien era el heredero al trono ruso. Por desgracia, este no gozaba de buena reputación y acabó siendo asesinado. Como resultado, Catalina se convirtió en emperatriz de Rusia.
Nunca admitió haber tenido algo que ver en el destino de Pedro, pero muchos creyeron que había conspirado para matarlo y hacerse con el poder. Por si esto fuera poco, su hijo Pablo también la acusó de conspirar contra él. Se sabe que Catalina no quería que Pablo heredase el trono e intentó encontrar otro sucesor, pero murió antes de poder lograr su objetivo.
Herodes el Grande fue rey de Judea y se le menciona varias veces en la Biblia. Llegó al trono con la ayuda de los romanos, lo que no contribuyó a su popularidad en Judea. Para ganarse el favor de la gente, se casó con Mariamna, la nieta de un sumo sacerdote judío.
Por desgracia, su plan no funcionó. Los judíos seguían en su contra y se cree que sus propios familiares también querían derrocarlo. Para cubrirse las espaldas, decidió ejecutar a su esposa y a sus dos hijos, así como a un tercer hijo que había tenido con una de sus nueve mujeres.
Isabel también mató a otro de sus primos por su asociación con María. Thomas Howard, III duque de Norfolk, estuvo involucrado en varios atentados contra Isabel, lo que hizo que esta lo ejecutase en 1554.
Sha Jahan del Imperio mogol tuvo cuatro hijos con su esposa, Mumtaz Mahal (su territorio abarcaba partes de lo que hoy en día es India y Afganistán). A medida que Sha envejecía, sus hijos comenzaron a pelearse por quién debía heredar el trono.
El segundo hermano más joven, Aurangzeb, convenció a su hermano pequeño, Murad, de que los dos mayores iban a ser unos líderes terribles. Por lo tanto, Aurangzeb y Murad conspiraron para matar a sus hermanos y poner a Murad en el trono. Lo que pasó, sin embargo, era que Aurangzeb quería el trono para sí, por lo que mató a Murad una vez lograron su objetivo. De esta forma, se convirtió en emperador.
Eduardo IV y su hermano pequeño, Jorge, trabajaron codo con codo para derrocar al rey Enrique VI durante la guerra de las Dos Rosas. Tuvieron éxito y Eduardo heredó el trono. Sin embargo, su hermano no pareció alegrarse demasiado por él.
Jorge se unió a su tío, Ricardo Neville, cuando este le expresó su intención de derrocar a Eduardo y hacerse con el poder. El plan de Neville falló y Jorge decidió ponerse nuevamente del lado de su hermano, pero la jugada no le salió bien. Cuando Eduardo IV descubrió que Jorge había estado conspirando contra él, lo envió a la Torre de Londres y mandó que lo ejecutaran (según cuenta la leyenda, ahogándole en un barril lleno de su vino preferido).
Juan I de Borgoña, también conocido como Juan Sin Miedo, se enzarzó en una batalla mortal por el poder con su primo, el duque de Orleans. Cuando la salud mental del rey Carlos VI empezó a deteriorarse, los dos duques intentaron aprovecharse de la situación.
Ambos se enfrentaron por el control de Francia. A ninguno de ellos les iba el juego limpio, por lo que recurrieron a todo tipo de mentiras y secuestros, llegando incluso a ir a por sus respectivas esposas. Finalmente, Juan contrató a una banda que apaleó hasta la muerte al duque de Orleans en las calles de París. Después aseguró que lo había hecho porque este había estado intentando matar al rey con magia negra.
Ricardo III es uno de los monarcas más conocidos de Gran Bretaña por ser el héroe epónimo de una de las obras de Shakespeare. Al parecer, el dramaturgo lo tenía bien calado, ya que su personaje resultó ser tan despiadado y manipulador como el auténtico.
Ricardo III llegó al trono cuando su sobrino, el rey Eduardo V, fue apartado del poder debido a las acusaciones de bigamia que pesaban sobre él. Para cubrirse las espaldas, Ricardo decidió enviarlo a la Torre de Londres junto con su otro sobrino. Nunca más se supo de ellos, por lo que se presupone que Ricardo mandó que los ejecutasen.
Julia Agripina fue una noble romana que parecía no tener demasiada suerte con sus matrimonios, ya que sus esposos no paraban de morir envenenados... Con el primero tuvo un hijo llamado Nerón. Su tercer marido fue el emperador Claudio, quien también era su tío.
Agripina convenció a Claudio de que adoptase a Nerón para que este pudiese heredar el imperio. Poco después, Claudio murió envenenado y Nerón llegó al poder... Se cree que Agripina estuvo involucrada en el fallecimiento del emperador, pero nunca se llegó a demostrar.
No obstante, las cosas no acabaron bien para ella, ya que fracasó en sus intentos de controlar a su hijo. Este la condenó al exilio, donde empezó a conspirar contra él. Nerón, harto de los complots de su madre, acabó por ejecutarla.
En el Imperio otomano, era normal que el heredero al trono matase a sus hermanos para cubrirse las espaldas. Por lo tanto, si un sultán tenía muchos hijos, ¡las cosas se complicaban! Este fue el caso de Solimán, quien tuvo descendientes con su consorte, Mahidevran, y con varias de las concubinas de su harén.
Solimán tenía un vínculo especial con una de dichas concubinas y rompió la tradición al casarse con ella. Su nueva esposa, Roxelana, quería que fuese su hijo y no el de Mahidevran el que heredase el trono. Por lo tanto, convenció a Solimán de que su hijo legítimo estaba conspirando contra él y consiguió que lo ejecutasen. Al final, Roxelana se salió con la suya y uno de sus hijos se hizo con el poder del imperio (no sin antes matar al resto de sus hermanos, claro).
El caso más reciente de traición dentro de una familia real ocurrió en Nepal en 2001. Según consta, el príncipe Dipendra Bir Bikram Shah tuvo una fuerte discusión con su padre, el rey de Nepal, después de que este le negase su permiso para casarse con una aristócrata local.
Perturbado, el príncipe apareció una noche borracho a la hora de la cena y se peleó con su familia. Sus hermanos lo metieron en la cama, pero más tarde reapareció con un fusil de asalto. Abrió fuego y mató tanto a sus padres como a sus hermanos pequeños. En cuanto su padre murió, se convirtió en rey de Nepal. Sin embargo, su reinado fue breve, ya que después de la masacre se disparó sí mismo y entró en coma. Su tío asumió el poder después de que se declarase la muerte cerebral de Dipendra.
Fuentes: (Live Science) (Grunge) (ABC)
Ver también: Las muertes reales más indecorosas de la historia
Conflictos de sangre: crónicas de poder y traición
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Cuando la línea de sucesión dicta que un familiar cercano debe morir para tú que puedas heredar el trono, la lealtad se vuelve un concepto ambiguo. Muchos líderes ávidos de poder llegaron a donde llegaron quitándose de en medio a muchos de sus parientes. Si quieres saber de quiénes hablamos, ¡haz clic para seguir leyendo!