La primera guerra, según la Biblia, se libró en el cielo. Era la guerra entre el bien y el mal, Satanás y Dios. Y no se menciona hasta el libro del Apocalipsis.
Apocalipsis 12:7-9 reza: "Se desató entonces una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron al dragón; este y sus ángeles, a su vez, les hicieron frente, pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo. Así fue expulsado el gran dragón, aquella serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y que engaña al mundo entero. Junto con sus ángeles, fue arrojado a la tierra".
La Biblia da un gran valor a la vida humana. A fin de cuentas, se creó a la imagen de Dios. Esto se dice en Génesis 1:26: "Y dijo Dios: 'Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza [...]'".
Pero hay tiempo para todo y la guerra no es excepción. Libro del Eclesiastés 3:8 afirma que hay "el momento de amar, y el momento de odiar; el momento de hacer la guerra, y el momento de hacer la paz".
Según Isaías 2:4, parece que sí. El pasaje dice: "Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra".
En el Antiguo Testamento hay numerosos relatos, bastante detallados, sobre la guerra. La raíz del problema parece ser común a todos ellos: el pecado. La guerra es el resultado del pecado en el mundo.
1 Samuel 4:3 dice: "Cuando el pueblo volvió al campamento, los ancianos de Israel dijeron: ¿Por qué nos ha derrotado hoy el Señor delante de los filisteos? Tomemos con nosotros, de Silo, el arca del pacto del Señor, para que vaya en medio de nosotros y nos libre del poder de nuestros enemigos".
Hay un ejemplo de cómo usa Dios la guerra en Jeremías 51:20-21. "Martillo me sois, y armas de guerra; y por medio de ti quebrantaré naciones, y por medio de ti destruiré reinos. Por tu medio quebrantaré caballos y a sus jinetes, y por medio de ti quebrantaré carros y a los que en ellos suben".
Deuteronomio 20:1-4 puede ser muy motivador para quienes están en el campo de batalla: "Cuando salgas a la batalla contra tus enemigos, y veas caballos y carros, y pueblo más numeroso que tú, no tengas temor de ellos; porque el Señor tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto está contigo".
Y sigue: Cuando se acerquen a la batalla, el sacerdote se llegará y hablará al pueblo, y les dirá: "Oye, Israel, hoy ustedes se acercan a la batalla contra sus enemigos; no desmaye su corazón; no teman ni se alarmen, ni se aterroricen delante de ellos, porque el Señor su Dios es el que va con ustedes, para pelear por ustedes contra sus enemigos, para salvarlos".
Hay menos relatos de guerra en el Nuevo Testamento, pues Jesús era un hombre de paz que evitaba las represalias.
Romanos 13:1-5 habla de la sumisión a las autoridades gubernamentales (que son las principales responsables de la guerra) y la necesidad de cumplir la ley.
Romanos 13:1-3 reza: "Sométase toda alma a las autoridades superiores, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios son ordenadas. Así que, el que se opone a la autoridad, a lo ordenado por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí".
Mateo 5:38-45 nos da una nueva perspectiva sobre el Dios del Viejo Testamento en lo que respeta a la guerra. Ustedes han oído que fue dicho: “Ojo por ojo, y diente por diente.” Pero yo les digo: No resistan al que es malo, sino que a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, preséntale también la otra; al que quiera provocarte a pleito para quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos".
Pablo el apóstol también difundió un mensaje similar: "No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres". (Romanos 12:17).
Continúa: "No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal".
Siempre ha ocurrido y siempre ocurrirá. El mismo Jesús habla de ello. Mateo 24:6 dice "Y oiréis de guerras y de rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es menester que todo esto acontezca; mas aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambres y terremotos en diferentes lugares".
Cuando arrestaron a Jesús, uno de sus seguidores lo quiso defender con una espada, pero Jesús dijo, "Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán" (Mateo 26:52-53).
Los pacifistas cristianos también basan su postura en la creencia de que el reino de Dios no está en la Tierra, según Juan 18:36, que dice: "Jesús dijo: 'Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, mis siervos lucharían para impedir que me arresten los dirigentes judíos. Pero ahora mi reino es de otro lugar'".
La teoría de la guerra justa es una filosofía que surgió hace muchos años. Sus principios se remontan a los filósofos clásicos griegos y romanos, pero teólogos cristianos como Agustín y Tomás de Aquino la ampliaron.
"Justo" no significa "bueno". La idea sigue condenando la guerra, pero la aborda desde el punto de vista del "mal menor". La teoría trata de conciliar las ideas de que matar gente es malo, pero que a veces el uso de la fuerza es inevitable. Proporciona directrices sobre cómo llevar a cabo la guerra de una manera más justa.
Fuentes: (Christian Bible Reference Site) (BBC) (Bible Resources) (Bible Reasons)
Y sigue: "Al que te pida, dale, y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. "Ustedes han oído que fue dicho: 'Amarás a tu prójimo, y odiarás a tu enemigo'. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los persiguen, para que sean ustedes hijos de su Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos".
La famosa Arca de la Alianza (que contiene las tablas de los Diez Mandamientos) fue llevada a la batalla como una especie de amuleto.
Se podría interpretar como profecía, pero lo cierto es que ha habido guerras desde el principio de los tiempos y las consecuencias suelen ser desastrosas. Mateo 24:7 rezó, "Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares".
El apóstol Pablo hace referencia a una guerra santa entre el bien y el mal en 2 Corintios 10:3-4: "Porque aunque vivimos en el mundo, no hacemos la guerra como el mundo. Las armas con las que luchamos no son las armas del mundo. Al contrario, tienen el poder divino de demoler las fortalezas".
La guerra ha estado presente en nuestras vidas desde el principio de los tiempos. La humanidad ha recurrido al uso de la fuerza en innumerables ocasiones. Sin embargo, ¿qué dice la Biblia al respecto? ¿Jesús trajo una nueva perspectiva del mensaje de Dios en el Viejo Testamento? ¿La guerra puede ser justa en algún caso?
Haz clic en la galería y descubre qué dice la Biblia sobre la guerra.
¿Justifica la Biblia la guerra?
Descúbrelo aquí
ESTILO DE VIDA Religión
La guerra ha estado presente en nuestras vidas desde el principio de los tiempos. La humanidad ha recurrido al uso de la fuerza en innumerables ocasiones. Sin embargo, ¿qué dice la Biblia al respecto? ¿Jesús trajo una nueva perspectiva del mensaje de Dios en el Viejo Testamento? ¿La guerra puede ser justa en algún caso?
Haz clic en la galería y descubre qué dice la Biblia sobre la guerra.