Tu jefe siempre tiene la razón y se niega a escuchar otras opiniones. También asciende a las personas que validan sus opiniones y degradan a las personas que las desafían.
Rara vez obtendrás reconocimiento por tu trabajo o consejos útiles sobre cómo mejorar. Es posible que un jefe tóxico solo te haga comentarios cuando cometes un error.
Tienen un claro favorito al que trata de forma diferente y ofrecen ventajas, como el acceso a recursos o beneficios que no están disponibles para otros. Y esto no se basa en el rendimiento de cada uno.
No les interesa escuchar las opiniones de otras personas y te interrumpen cuando intentas hablar. Incluso podrían impedir que te unieses a reuniones multifuncionales.
Pasan mucho tiempo dirigiendo a sus empleados, pero no tienen tiempo ni interés en asesorarlos. Las conversaciones sobre el futuro o el desarrollo profesional rara vez se producen.
Los jefes tóxicos pueden atribuirse el mérito de tu trabajo en un proyecto importante que obtiene buenos resultados. Lo presentarán como propio y te dejarán fuera de la ecuación.
Pueden darse comentarios o gestos inapropiados, como poner los ojos en blanco cuando hablas. Los jefes tóxicos pueden incluso demostrar prejuicios de género o de otro tipo.
Si tu jefe te dice que hagas horas extras, corre. Están cruzando la línea e ignorando tu existencia como ser humano.
Un jefe tóxico puede enfrentar a un miembro del equipo contra el otro para crear una competencia poco saludable y destruir la sensación de trabajo en equipo.
Los líderes saludables son estables e interactúan profesionalmente con sus empleados, por lo que si su jefe es amigable un minuto y desagradable al siguiente, estás ante una gran señal de advertencia.
Un jefe tóxico te asignará un proyecto y vigilará cada uno de tus pasos. No te permitirá pensar por ti mismo ni hacer nada de forma independiente.
Presta atención si tu jefe es chismoso, porque lo más probable es que también estén difundiendo rumores sobre ti, lo cual es supertóxico en un entorno de trabajo.
Esto es lo opuesto al control excesivo. No tiene ni idea de en qué está trabajando y no le importa ningún esfuerzo realizado por usted y sus compañeros de trabajo.
Nunca asumen su responsabilidad por sus errores y se apresuran a culpar a los demás.
Si tu jefe te está haciendo sentir como si estuvieras loco al cambiar detalles sobre lo que dijo o lo que has logrado para controlarte, entonces te está poniendo nervioso. Esta es una situación extremadamente tóxica que puede tener un impacto negativo en tu salud mental y emocional.
Un jefe tóxico se guía por su propio interés. Rompen las reglas para su propio beneficio personal y no siguen los principios generales de trabajo que se esperan en un entorno profesional.
Los jefes tóxicos utilizarán cualquier medio para controlar a los demás. Conocen tus gatillos emocionales y los usarán en tu contra con comentarios desagradables y manipulación.
Si tu jefe te hace sentir que tu puesto de trabajo peligra o te hace dudar de tu capacidad para alcanzar metas, es posible que esté utilizando el miedo como mecanismo de control. Los líderes sanos usan la motivación, no el miedo.
Una gran señal de advertencia es si tu jefe te está haciendo sentir que tus habilidades y logros no son importantes. Es un mecanismo para mantenerte deprimido y controlar tu autoestima.
Estás en una situación tóxica si tu jefe siempre está haciendo bromas desagradables, incluso de una manera "agradable". Es una falta de respeto y profesionalidad hacia ti.
Un jefe que miente es, sin duda, poco fiable y tóxico. Es una base realmente mala para una relación profesional productiva y saludable.
Un jefe saludable sabe que diferentes tipos de personalidades pueden mejorar su equipo, pero uno a tóxico solo le gustarán las personas que son similares a él.
Un jefe tóxico puede no respetar que tus horas de trabajo hayan acabado o que te hayas tomado un largo fin de semana libre. Para lidiar con este tipo de comportamiento, debes establecer límites desde el principio.
Que tu jefe use continuamente "yo" al hablar del éxito es signo de toxicidad. A este tipo de personas les encanta ser el centro de atención.
Un signo revelador de un jefe tóxico es la agresividad pasiva. Es extremadamente desagradable y frustrante recibir comentarios hostiles de un superior.
Algunos jefes tóxicos nunca te dirán "no" a la cara. En cambio, escucharán tus ideas, pero las dejarán de lado o las implementarán de manera deficiente para provocar el fracaso.
Una señal tóxica es que un jefe repentinamente reasigne tu proyecto a otro colega sin ninguna explicación. Eso no está bien y mereces una explicación.
Si alguien le tiene miedo a su jefe, probablemente no hablará. Y cuando intente hacerlo, es posible que lo interrumpan, lo que crea un silencio frío cuando el jefe habla. Esto es una indicación de que no se escuchan las ideas de todos.
Fuentes: (Insider) (Forbes) (Metro)
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Señales inequívocas de que tienes un jefe tóxico
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ESTILO DE VIDA Trabajo
¿Tienes miedo de ir a trabajar porque tu jefe te hace la vida imposible? Entonces, probablemente, estés trabajando para un jefe tóxico. Puede ser una situación extremadamente estresante asociada a muchos problemas de salud, tanto mentales, como físicos. Puede ser que su falta de liderazgo se manifieste de manera sutil o que se haya normalizado su comportamiento. De cualquier manera, el primer paso para lidiar con esto es tomar nota de los rasgos tóxicos de tu jefe. Después, podrás tomar medidas para evitar, parar y/o hablar con alguien sobre el tema.
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