Antes de que existiesen los fotógrafos, los pintores eran los encargados de retratar a las familias reales. Al tratarse de obras artísticas, rara vez reflejaban la realidad, por lo que las imágenes que nos han llegado de algunos reyes y reinas están un poco distorsionadas, que digamos.
En esta galería te ofrecemos una selección de algunos de los retratos reales más desafortunados y desfavorecedores de la historia. ¡Lamentamos cualquier daño que estos te puedan ocasionar a la vista!
Jacobo V (1512–1542) fue el padre de María I de Escocia. Lo sentimos: ahora ya no podrás borrar esta imagen de tu cabeza.
Enrique V fue rey de Inglaterra entre 1413 y 1422, año en el que falleció. En retratos como este, el monarca aparece con una nariz y unas orejas cuanto menos prominentes. Sus facciones eran tan exageradas, que uno incluso se podría llegar a pensar que era una figura relativamente andrógina.
La protagonista de este retrato tan grotesco es Margarita de Tirol (1300-1366). La obra se atribuye al artista flamenco Quentin Matsys, quien la pintó en 1515. Lo más probable es que la condesa de Tirol fuese bastante más agraciada en persona, pero esta estampa tan caricaturesca no podía faltar en nuestra colección.
Dicen las malas lenguas que Catalina de Aragón, quien fue la primera esposa del rey Enrique VIII y, por lo tanto, reina de Inglaterra, tenía una cara bastante ovalada. Este retrato de alrededor de 1496, obra del pintor flamenco Juan de Flandes, lo deja bien claro. Lo cierto es que el parecido con un globo es innegable.
¿A dónde han ido a parar los brazos de Carlota, reina consorte del rey Jorge III del Reino Unido? ¿Alguien los ha visto? Igual en algún momento se quedó sin ellos de cargar con nada más y nada menos que 15 hijos...
En este otro retrato, la reina Carlota ha recuperado sus brazos, pero su torso parece apuntar en dirección contraria (como si su cabeza estuviese girada 180 grados). De los ojos, mejor ni hablamos. Quién sabe, quizá tuviese un ojo vago. O no.
No parece que Catalina de Médici, quien fue reina de Francia, esté de muy buen humor en este retrato, ¿no?
No es que Enrique VIII de Inglaterra fuese exactamente un rompecorazones... Pero este retrato de Peter Isselburg y Cornelis Metsys hace que parezca un huevo con un platillo volante en la cabeza.
Leopoldo I es un claro ejemplo del glamur y la exuberancia imperial en este retrato... Sus ojos, no tanto.
En este retrato de William Rogers, la reina de Inglaterra presenta un parecido más que sospechoso con un zombie.
Isabel I de Inglaterra fue reina durante 45 años, así que es normal que hacia el final de su reinado ya no estuviese muy en forma. Nada que un montón de polvo blanco por toda la cara no pueda solucionar...
Parece que Fernando II de Aragón no se encontraba demasiado bien cuando le hicieron este retrato. Los ojos rojos resultan bastante perturbadores, ¿no?
Si el objetivo del pintor italiano Ortolani Damon Gio Battista era retratar a un hombre lobo con ictericia, no hay duda de que lo consiguió.
Fernando VII de España bien podría haber sido el rey de las cejas peludas.
"¿Y tú qué miras?" Parece que el príncipe Eugenio de Saboya (1663-1736) no tenía un buen día cuando le hicieron este retrato. Quizá su postura arrogante se debiese a que quería dejar bien claro que era un comandante militar y no un cualquiera.
Parece que pasa algo raro con Jacobo II en este retrato... ¿Será la expresión? ¿Tú qué opinas?
Aquí tenemos a un jovencísimo rey Jacobo I de Inglaterra en todo su esplendor... Si por esplendor entendemos parecer un artista circense con corsé.
No nos queda del todo claro dónde acaba la cabeza del rey Jorge III y dónde empieza su torso...
¿Quién dijo que el tupé no estaba de moda allá por el siglo XVII?
Tenemos preguntas acerca del estilo de la reina consorte de Gran Bretaña en este retrato... Muchas preguntas.
Parece que este otro retrato de 1795 tampoco le hizo mucha justicia a la reina Carolina. Esas pupilas están sospechosamente dilatadas, ¿no?
¿Estaría el retratista intentando decirnos algo? Desde luego, la reina no parece estar demasiado contenta con el resultado...
Puede que Maximiliano I fuese emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, pero a juzgar por este retrato, su belleza no estaba a la altura de su poder...
La archiduquesa de Austria cuenta con otros retratos más favorecedores. Este, por desgracia, es más bien oscuro... En todos los sentidos.
En este retrato pintado por Antoine-François Callet en 1788, el rey francés parece más bien un globo colorado recién salido de la cama.
Federico VII fue rey de Dinamarca entre 1848 y 1863. No obstante, el pelo, la barbilla y el bigote hacen que parezca una caricatura más que un miembro de la realeza.
La Casa de Habsburgo (también conocida como Casa de Austria) era famosa por sus matrimonios endogámicos. Como resultado, algunos de sus miembros, entre los que se incluye Felipe IV, se caracterizaban por sufrir prognatismo, es decir, por tener una mandíbula prominente.
Carlos II de España fue otro miembro de la Casa de Austria, que también sufrió numerosas enfermedades derivadas de la endogamia.
Llegamos al final de nuestra selección con otro retrato muy poco favorecedor de Carlos II y una curiosidad sobre él: su madre, Mariana de Austria, también era sobrina de su padre, Felipe IV de España.
Fuentes: (History Collection) (Ranker)
Ver también: Estos miembros de la realeza que se casaron con familiares
Retratos menos conocidos de figuras reales y sus historias
Está claro que no les sacaron el lado bueno
ESTILO DE VIDA Realeza
Antes de que existiesen los fotógrafos, los pintores eran los encargados de retratar a las familias reales. Al tratarse de obras artísticas, rara vez reflejaban la realidad, por lo que las imágenes que nos han llegado de algunos reyes y reinas están un poco distorsionadas, que digamos.
En esta galería te ofrecemos una selección de algunos de los retratos reales más desafortunados y desfavorecedores de la historia. ¡Lamentamos cualquier daño que estos te puedan ocasionar a la vista!