Los humanos han recurrido a las hierbas y plantas medicinales durante por lo menos 60.000 años, es decir, desde el Paleolítico. La herbología ha sido esencial para tratar las heridas y enfermedades durante prácticamente toda nuestra existencia. Incluso el mundo farmacéutico de hoy en día sigue recurriendo a remedios antiguos para elaborar sus medicamentos.
Durante miles de años, los herbolarios fueron los encargados de curar a las personas. También solían ser chamanes o líderes espirituales. Sabían cómo relacionarse con el mundo natural y sacarle provecho para el beneficio de las personas.
El antiguo Egipto fue una de las primeras civilizaciones en desarrollar un sistema médico documentado y calculado. En general, los egipcios creían que una combinación de remedios espirituales y medicinales era la clave para curar cualquier afección.
El papiro Ebers, escrito en torno al 1500 a.C., es uno de los textos médicos más antiguos e importantes que se conservan. A lo largo de sus 20 m de longitud se recogen más de 700 tratamientos herbarios y místicos.
Los griegos aprendieron mucho de los egipcios y exploraron muchas de sus ideas. Los griegos secularizaron la práctica de la medicina y se centraron en desarrollar tratamientos materiales en lugar de espirituales para así poder tratar afecciones tanto mentales como físicas.
Gran parte de la teoría médica de los griegos se basaba en la idea de que había cuatro "humores": la flema, la sangre, la bilis negra y la bilis amarilla. Cada humor se asociaba a un elemento, órgano, carácter y estación. Las hierbas que se usaban en los tratamientos también coincidían con estos humores y se administraban en consecuencia.
En los yacimientos arqueológicos que se remontan a los inicios de la dinastía Shang, alrededor del 1500 a.C., se encontraron pruebas de que ya por aquella época era habitual utilizar hierbas para tratar enfermedades. Se dice que uno de los primeros emperadores míticos de China, Shennong, escribió la primera farmacopea del país siglos ha. Sus conocimientos se transmitieron de forma oral hasta que por fin se pusieron por escrito en torno al 200 a.C.
Desde entonces, la medicina herbaria tradicional se ha seguido utilizando hasta la actualidad.
La increíble diversidad de plantas y materiales orgánicos que nos ofrece la Tierra ha servido para curar heridas y enfermedades desde tiempos inmemoriales. Tanto es así, que incluso muchas de las medicinas modernas desarrolladas en laboratorios derivan de remedios que los humanos llevaban utilizando miles de años.
El malvavisco era una de las plantas más útiles del mundo antiguo, sobre todo en Grecia. Se utilizaba para tratar todo tipo de afecciones, desde disentería hasta cálculos renales. Hoy en día aún se usa para tratar la gastritis y aliviar el dolor provocado por las quemaduras y los cortes superficiales.
La mandrágora, cuyas raíces guardan una extraña similitud con el cuerpo humano, era una planta temida y respetada en el mundo antiguo. Si no se cultivaba y utilizaba correctamente, esta podía provocar fuertes alucinaciones. Sin embargo, si la persona sabía manipularla, era increíblemente útil para aliviar los dolores.
Aunque a día de hoy ya se sabe que sus bulbos no son afrodisíacos, en Asia y el Mediterráneo se utilizaba el satiricón manchado para fabricar una bebida llamada salep que servía para tratar la tos leve y el dolor de estómago.
Las raíces de la elecampana tuvieron muchos usos en el mundo antiguo. Si se hervían y se mezclaban con miel, servían para tratar todo tipo de afecciones, desde espasmos musculares hasta problemas digestivos.
Las peonías eran unas flores muy valoradas en la antigua Grecia, donde se utilizaban para tratar todo tipo de problemas de salud. Se creía que eran especialmente útiles para tratar los terrores nocturnos y los episodios de epilepsia.
La raíz de bardana, la cual se sigue utilizando hoy en día, se creía que era un tratamiento efectivo para las picaduras y mordeduras venenosas de animales, las quemaduras y la congestión.
El belcho aparece mencionado en el libro de Shennong, por lo que sabemos que ya desde la Antigüedad se utilizaba para tratar la bronquitis y los síntomas similares a los de la gripe. Hoy en día se ha ganado mala fama como suplemento para potenciar el rendimiento.
La dedalera se ha utilizado para tratar afecciones cardiovasculares en Asia durante miles de años. Varios estudios recientes han demostrado su efectividad. La dedalera contiene unos glucósidos muy potentes, lo que resulta esencial para garantizar el correcto funcionamiento del corazón.
El fanfeng ha jugado un papel crucial en la medicina tradicional china, ya que es un remedio que se utilizaba para aliviar los dolores de cabeza, el estreñimiento e incluso la psicosis.
El hongo reishi ha ido ganando popularidad de un tiempo a esta parte gracias a su gran efectividad para reforzar las defensas e incluso para tratar los síntomas de la depresión. En Asia se lo conocía como el "hongo de la inmortalidad" y era un bien de lo más preciado para cualquier herbolario.
El cadillo crece en todo el hemisferio norte y se ha utilizado como remedio durante miles de años. Aunque puede resultar venenoso si no se manipula adecuadamente, si se sabe utilizarlo, es muy útil para tratar el dolor articular, la artritis e incluso las enfermedades renales.
El árbol del ginkgo lleva en la Tierra desde el Jurásico Medio, es decir, desde hace unos 170 millones de años. Desde su llegada al continente, los habitantes de Asia han cultivado sus hojas y las han utilizado para tratar todo tipo de afecciones, desde la demencia y los problemas de vejiga hasta la esquizofrenia. Sin embargo, ninguno de estos usos cuenta con el respaldo de la ciencia moderna.
La bandera española, cuyo nombre científico es Gloriosa superba, crece en todo el continente africano, donde siempre se ha utilizado como remedio natural. En grandes dosis puede ser increíblemente venenosa, pero si se usa con cuidado, sirve para matar piojos y tratar tanto la viruela como el cáncer.
Las raíces de la Rauvolfia vomitoria se han utilizado durante miles de años en el África Occidental para tratar las mordeduras de serpiente, la ictericia y los cólicos, entre otras cosas.
Las semillas de cola amarga también han sido un remedio indispensable en la medicina tradicional africana durante miles de años para tratar la bronquitis, la inflamación y los problemas hepáticos.
La corteza de sauce se ha utilizado durante miles de años en todo el mundo como remedio para aliviar los dolores leves. Hoy en día, el ácido salicílico que esta contiene es uno de los principales ingredientes de la aspirina.
La mirra es más conocida por su uso como perfume, pero en el África Septentrional y en Eurasia se ha utilizado como remedio desde tiempos inmemoriales. La mirra actúa como un analgésico leve y su resina sirve para tratar la indigestión y los síntomas del resfriado común.
El ajenjo dulce siempre se ha utilizado en la medicina oriental para tratar afecciones leves como la fiebre y los dolores de cabeza, pero el extracto de esta increíble planta se está utilizando hoy en día como medicamento contra la malaria.
El Echinopsis pachanoi, más conocido como cactus de San Pedro, es famoso por sus propiedades altamente alucinógenas. Los pueblos indígenas de Sudamérica lo llevan utilizando desde hace unos 2000 años como catalizador para alcanzar la cura y el desarrollo espirituales.
En los primeros siglos del antiguo Egipto, muchas cosas se utilizaban por su similitud con la parte del cuerpo que se quería tratar. Por ejemplo, para curar las heridas craneales, los egipcios comían huevos de avestruz.
Fuentes: (IntechOpen) (Medical News Today) (Greece Is)
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Plantas medicinales de la Antigüedad: secretos de curación ancestral
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Desde que el mundo es mundo, los humanos han sabido aprovechar los regalos de la naturaleza para su beneficio y supervivencia. Mediante un proceso de prueba y error y el uso de la intuición, las gentes de antaño descubrieron los increíbles usos medicinales de un sinfín de plantas, hierbas, flores y árboles de todo el mundo. Si quieres saber cuáles son y el papel que desempeñaron en la Antigüedad, ¡sigue leyendo!