Si sientes que no tienes vida social, es importante que entiendas a qué se debe y qué puedes hacer para remediarlo. Una vez sepas qué es lo que te está frenando, puedes trazar un plan para superar los obstáculos.
Identificar cuáles son las barreras más comunes es un gran primer paso para saber cuáles son tus propias limitaciones en lo que a tu vida social se refiere.
Cerca del 90% de las personas experimentan algo de ansiedad social, lo que les hace sentirse incómodas con ciertas interacciones sociales y preocuparse en exceso por el rechazo. Estos temores pueden hacer que la gente se lo piense dos veces antes de relacionarse.
Sacar tiempo para estar con los amigos puede ser difícil cuando estás hasta arriba de trabajo. Las amistades tardan en desarrollarse, pero también necesitan contacto regular para mantenerse en el tiempo, por lo que una agenda demasiado apretada puede limitar la vida social.
Las personas que se sienten incómodas al tener conversaciones superficiales o que tienen una cierta torpeza social pueden evitar relacionarse. Además, tener pocas habilidades sociales puede hacer que conocer a gente nueva parezca más una carga que algo divertido.
Sin un grupo íntimo de amigos, tener vida social puede ser bastante difícil. Quizá te has distanciado de los tuyos o has perdido el contacto con ellos por otras circunstancias.
Si trabajas desde casa o en una oficina pequeña o si vives en una localidad con pocos habitantes, tus opciones para socializar pueden verse limitadas.
Da igual lo que se interponga en tu camino: ¡casi siempre es posible mejorar tu vida social! Haz clic para descubrir unos consejos de lo más útiles.
Priorizar tu vida social implica reconocer su importancia y estar dispuesto a dedicar tiempo y energía a mejorarla.
Salir y probar actividades nuevas te ofrecerá la oportunidad de conocer a otras personas y trabar amistad con ellas. Descubre nuevas aficiones o ve a encuentros de gente interesada en los mismos temas que tú.
Sé el primero en entablar conversación con las personas, aunque solo sea para hablar de temas superficiales.
Sé amable y accesible para que la gente se sienta más cómoda a tu alrededor. De esa forma podréis hablar e incluso hacer planes.
Reconectar con viejas amistades a veces es más fácil que trabar otras nuevas, sobre todo cuando se es mayor. Llamar, mandar mensajes o interactuar por redes sociales son formas estupendas de retomar el contacto.
Aunque no te des cuenta, puede que tengas la costumbre de levantar un muro entre tú y las personas de tu alrededor por miedo al rechazo. Muéstrate más abierto y deja que los demás te conozcan. De esa forma, las relaciones casuales con los conocidos pueden convertirse en amistades.
Es más fácil tener relaciones estrechas cuando se tienen cosas en común, así que juntarte con gente con tus mismos intereses es una forma estupenda de darle un empujón a tu vida social. ¿Por qué no haces voluntariado o te apuntas a un nuevo deporte?
Si te cuesta hablar con desconocidos, puede que te convenga mejorar tus habilidades sociales. Los libros de autoayuda y los cursos online pueden ofrecerte grandes consejos. Aun así, ¡no hay nada como ponerlos en práctica!
Toma la iniciativa y ponte en contacto con tus amigos y conocidos para hacer o sugerir planes que te parezcan divertidos.
Mostrar interés es la mejor forma de lograr que los demás confíen en ti y decidan darte una oportunidad. Recordar detalles y hacer preguntas abiertas puede ayudarte a lograrlo.
Una gran parte de tener una buena vida social es apuntarse a los planes, aunque al principio no parezcan nada del otro mundo. No rechaces las invitaciones y déjate sorprender.
La ansiedad anticipatoria puede limitar tu vida social. Si este es tu caso, pon tus pensamientos por escrito. Espera 30 minutos y analízalos. Escribe otras posibles situaciones que pueden ocurrir.
El miedo al rechazo hace que muchas personas se aferren al dicho de "más vale malo conocido que bueno por conocer". Pero aunque ocurra lo peor y alguien decida no ser tu amigo, en realidad no pierdes nada.
Si alguien te invita a su casa, muéstrale lo mucho que aprecias su gesto y ofrécete a ayudar. Ser amable y servicial puede hacerte ganar puntos.
Si sientes que te cuesta relacionarte, habla con tus amigos o familiares y pídeles que te presenten a gente nueva. También puedes ir al psicólogo si crees que podría resultarte útil.
Decir las palabras adecuadas en el momento adecuado puede mejorar significativamente el día de alguien y dar pie a una nueva conversación.
Presta atención a las personas de tu vida con don de gentes. Fíjate en cómo entablan conversación, hazles preguntas e intenta seguir sus pasos.
Si te sientes nervioso o te invade la timidez cuando hablas con alguien, lo más probable es que tu mirada te delate. Sonríe y mantén el contacto visual. Si te sientes muy incómodo, ve poco a poco.
Las claves no verbales como el lenguaje corporal dicen mucho de cómo te sientes en las situaciones sociales. Mejora el tuyo corrigiendo tu postura y haciendo gestos con las manos.
La mayoría sabemos instintivamente si somos introvertidos, extrovertidos o ambivertidos. Lo importante es encontrar el equilibrio social que mejor encaje con nuestra personalidad.
¡No dejes que la falta de vida social te frene! Viaja y haz planes contigo mismo, pero no cierres la puerta a la oportunidad de conocer a gente nueva en tus aventuras.
Fuentes: (Healthline) (Bustle)
No te pierdas: Detalles que dejan al descubierto tu personalidad y no lo sabías
Si a tu vida social le hace falta un empujoncito, ¡esto te interesa!
¡Sigue estos sencillos consejos!
ESTILO DE VIDA Habilidades sociales
A medida que nos hacemos mayores, nos cuesta más hacer amigos, ya que no solemos movernos por entornos en los que sea tan fácil relacionarnos con nuevas personas. Si quieres mejorar tu vida social y ampliar tu círculo de amigos, has venido al sitio adecuado: a continuación te dejamos varios consejos que te serán de gran ayuda. ¡Toma nota!