Durante miles de años, las personas han escudriñado el cielo en busca de respuestas. Cuando en la Tierra ocurrían cosas sin sentido, los planetas y sus movimientos se volvían un consuelo para los humanos que deseaban conocer el significado que había por detrás de estos acontecimientos.
Los defensores de la astrología la han descrito como un lenguaje simbólico que incorpora el arte, la ciencia y un método adivinatorio.
Hay pruebas de que varias culturas recurrieron a la astrología desde por lo menos el segundo milenio antes de Cristo. Por aquel entonces se usaba para predecir cambios estacionales y algunos también la utilizaban para interpretar la comunicación divina.
Los mayas, los indios y los chinos usaban sus observaciones celestiales para desarrollar complejos sistemas de predicción que datan de entre el 1800 y el 1000 a.C.
Una de las formas más primitivas de arqueología se practicó en Mesopotamia durante el Imperio paleobabilónico. Sus habitantes interpretaban los acontecimientos celestiales como señales de lo que pasaba en la Tierra y no como causas.
Los registros del Primer imperio babilónico (1950-1651 a.C.) nos ofrecen la primera prueba indiscutible de que por aquel entonces ya se usaba un sistema integrado de conocimientos que podría interpretarse como astrología.
Los griegos estuvieron expuestos a las ideas de Siria, Babilonia, Persia y Asia Central tras las conquistas de Alejandro Magno.
Beroso el Caldeo, un sacerdote babilónico, llegó a Cos hacia el 280 a.C. Fue ahí donde empezó a enseñar astrología y cultura babilónica.
Para el siglo I a.C., ya habían surgido dos tipos de astrología en Grecia. La primera se basaba en el uso de horóscopos y se utilizaba para leer el pasado, el presente y el futuro.
La variante teúrgia se apoyaba en el aspecto divino y establecía una conexión con los cuerpos/entidades espirituales (es decir, los planetas).
El sistema astrológico chino se desarrolló durante la dinastía Zhou (1046-256 a.C.). Tiempo después, durante la dinastía Han (desde el siglo II a.C. hasta el II d.C.) surgieron otros conceptos como la filosofía del yin y el yang, la teoría de los cinco elementos, el cielo y la tierra y la moral confuciana. Cuando todos estos avances se unieron, sentaron las bases de los principios filosóficos de la adivinación, la astrología, la alquimia y la medicina china.
Cuando Alejandro Magno fundó Alejandría en Egipto, la astrología helenística se combinó con los decanos egipcios para crear la astrología horoscópica.
El astrólogo y astrónomo Claudio Ptolomeo, cuyo trabajo sentó las bases de la astrología occidental, vivió en Alejandría hacia el 100 d.C.
Claudio Ptolomeo fue un matemático, astrónomo, astrólogo, geógrafo y teórico musical. A lo largo de su vida escribió alrededor de una docena de tratados científicos.
El tercero, conocido como Tetrabiblos, fue un intento de adaptación de la astrología horoscópica a la filosofía natural de su época. Esta obra fue la Biblia de los escritores astrológicos durante unos mil años.
La perspectiva cristiana de la astrología entró en juego hacia el siglo VII, cuando Isidoro de Sevilla argumentó que esta tenía dos partes. La primera, una descripción científica de los movimientos del Sol, la Luna y las estrellas, era factual. La segunda, la cual versaba sobre la elaboración de las predicciones, era errónea.
El teólogo dominico santo Tomás de Aquino propuso la idea de que las estrellas gobernaban el cuerpo sublunar (es decir, la región del cosmos situada por debajo de la Luna que se componía de los cuatro elementos: tierra, agua, fuego y aire).
Dante Alighieri hace referencia a la astrología al final de la Divina comedia. Sin embargo, lo adaptó de forma que encajase con su punto de vista cristiano.
Para cuando había llegado la Ilustración, la tolerancia intelectual hacia la astrología ya estaba muy mermada. Lo que restaba era un interés popular entre quienes hacían almanaques.
En el siglo XIX, el espiritualismo experimentó un resurgir que reavivó las llamas de la astrología. Los periódicos empezaron a incluir horóscopos, lo que hizo que esta pasase a estar presente en los medios de comunicación.
El psiquiatra Carl Jung desarrolló algunos conceptos astrológicos que dieron lugar a la astrología psicológica. Esta variante se centra en los arquetipos que existen dentro de las astrología y que pueden analizarse.
La astrología occidental usa el nacimiento de las personas para construir un horóscopo con fines adivinatorios. Para calcular la carta astral se utilizan el Zodiaco tropical y los puntos puntos equinocciales de la Tierra. Los planetas, sus casas y cómo se relacionan entre sí son otros aspectos que también se tienen en cuenta.
La astrología occidental moderna se reduce al signo solar, el cual representa solo una doceava parte de la carta astral de alguien.
El tarot y la astrología son dos pilares esenciales para quienes practican la magia occidental como los hermetistas y los seguidores de creencias como la wicca.
La astrología china divide el cielo en tres recintos, veintiocho mansiones y doce ci. Para calcularla se utilizan ciclos de años, meses lunares y periodos de dos horas.
Los doce tipos de personalidades se representan a través de animales. La astrología china también solía tener un aspecto político, ya que se utilizaba para seleccionar días auspiciosos en los que celebrar acontecimientos y tomar decisiones.
La comunidad científica considera que la astrología no es más que una pseudociencia, ya que los estudios realizados no han arrojado pruebas que respalden que los movimientos de los planetas o las estrellas influyen en las personas.
Por lo tanto, la astrología carece de valor científico a día de hoy. Asimismo, no parece haber un consenso entre los astrólogos sobre qué puede o no predecir la astrología.
No obstante, la astrología parece que vuelve a estar de moda en la actualidad. Este renovado interés podría traducirse en un mayor acceso tecnológico a la información astrológica y en un aumento del espiritualismo.
Fuentes: (Britannica) (Time) (UNESCO) (Study.com) (Medieval Astrology Guide)
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La astrología nunca ha estado tan de moda como hoy en día. En la actualidad la vemos como una forma de entretenimiento e incluso como una herramienta psicológica que nos ayuda a lidiar con la inestabilidad e incertidumbre del mundo que nos rodea. No obstante, hubo una época en la que la astrología estuvo estrechamente relacionada con los primeros estudios astronómicos. Al igual que nosotros, nuestros antepasados recurrían a ella para explicar todas las circunstancias que escapaban a su control y para hacer un seguimiento de las estaciones y los ciclos de crecimiento, por lo que se la consideraba un campo de estudio igual de respetable que la meteorología, la alquimia y la medicina. Prácticamente todas las civilizaciones antiguas la utilizaron de una forma u otra. Si quieres saber más sobre sus orígenes, ¡haz clic para seguir leyendo!
¿De dónde viene exactamente la astrología?
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