A medida que nos vamos haciendo mayores, hay muchos aspectos de nuestros patrones de descanso que pueden cambiar. Desde la duración del sueño hasta nuestra capacidad para quedarnos dormidos, la mayoría de personas experimenta algún tipo de alteración en su descanso a medida que va cumpliendo años. Aunque notar ciertos cambios con la edad es algo completamente normal, es importante saber reconocer cuándo puede ser una señal de que algo no anda bien. ¡Haz clic para seguir leyendo!
No es ningún secreto que hay cosas que se vuelven más complicadas con la edad. Desde mantener la piel hidratada hasta cuidar de las articulaciones, hay muchos aspectos del envejecimiento que pueden ser difíciles de gestionar.
Aunque acostumbrarse a estos cambios requiere algún tiempo, no tienen por qué ser problemáticos.
Por ejemplo, mucha gente mayor tiene problemas para dormir.
Esto se debe a que la duración del sueño, la vigilia y la capacidad para quedarnos dormidos cambian de manera natural a medida que envejecemos.
En la mayoría de casos, estos cambios en los patrones de descanso son completamente normales. No obstante, es importante saber reconocer cuándo pueden ser un síntoma de algo más serio.
Según los expertos, la mayoría de personas experimenta varios cambios clave en sus patrones de descanso a medida que envejece. El primero de ellos es la disminución de las horas de sueño.
De media, las personas mayores duermen menos horas por la noche que sus amigos y familiares más jóvenes.
De hecho, los estudios estiman que perdemos entre 10 y 20 minutos de descanso por década entre los 20 y 60 años.
El siguiente cambio común es que el sueño se vuelve más fragmentado. Esto significa que nos desvelamos más por la noche.
En este sentido, las personas mayores tienen un patrón de descanso más parecido al de los bebés.
Los bebés y niños pequeños están programados biológicamente para despertarse varias veces por la noche, de ahí que necesiten echarse bastantes siestas durante el día.
Las personas mayores también tienden a experimentar cambios en las fases del sueño. La profunda se reduce y la ligera se alarga.
También es habitual experimentar una ligera reducción de la fase REM, lo que significa que los mayores pasan menos tiempo soñando.
El último cambio significativo es la alteración del ritmo circadiano. No obstante, esto es algo difícil de medir, ya que el ritmo circadiano varía de una persona a otra.
Por lo general, sin embargo, las personas mayores tienden a estar más somnolientas al inicio de la noche y se despiertan más temprano.
Muchas de estas alteraciones se pueden atribuir a cambios biológicos normales que el cuerpo experimenta a medida que envejece.
A veces también son el resultado de cambios en el estilo de vida. Por ejemplo, las personas jubiladas pueden volverse más sedentarias, algo que afecta directamente a su capacidad para dormir por las noches.
A veces, sin embargo, un cambio en los patrones de descanso puede ser un indicio de un trastorno o un problema médico.
Hay muchos problemas de salud que afectan a las personas de mediana edad, tales como la diabetes y la menopausia. Estos, a veces, pueden afectar al descanso.
También hay afecciones particulares como la apnea del sueño que pueden condicionar el descanso y que tienden a empeorar con la edad.
Si estás teniendo problemas para dormir, es buena idea que vayas al médico para descartar cualquier problema de salud subyacente.
Sin embargo, también hay ciertas cosas que puedes hacer por tu cuenta para descansar más a medida que pasan los años.
En primer lugar, es importante que te mantengas lo más activo posible durante el día aunque trabajes menos. Esto te ayudará a conciliar más fácilmente el sueño por la noche.
Si decides echarte una siesta durante el día, intenta hacerlo lo antes posible. De lo contrario, tu descanso nocturno podría verse comprometido.
También es importante hacer ejercicio a diario pero, al igual que las siestas, mejor por la mañana. Si haces deporte por la tarde corres el riesgo de que tu cerebro se estimule más de la cuenta.
Ir a la cama siempre a la misma hora también ayuda a dormir mejor por las noches. Sin embargo, es importante recordar que los tiempos de descanso naturales cambian con la edad.
Evita las pantallas al menos una hora antes de ir a la cama. Si te desvelas, no mires ni el reloj ni el celular.
Por último, si te desvelas y te cuesta volver a quedarte dormido, intenta ir a algún sitio oscuro y tranquilo.
Prueba a leer un libro durante un rato antes de volver a la cama cuando te entre nuevamente el sueño. Obligarte a dormir cuando te desvelas no suele funcionar.
Tener una buena higiene del sueño es importante a cualquier edad. Sin embargo, se vuelve particularmente relevante cuando te haces mayor, ya que los patrones son más difíciles de mantener.
Fuentes: (Verywell Mind)
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A medida que nos vamos haciendo mayores, hay muchos aspectos de nuestros patrones de descanso que pueden cambiar. Desde la duración del sueño hasta nuestra capacidad para quedarnos dormidos, la mayoría de personas experimenta algún tipo de alteración en su descanso a medida que va cumpliendo años. Aunque notar ciertos cambios con la edad es algo completamente normal, es importante saber reconocer cuándo puede ser una señal de que algo no anda bien. ¡Haz clic para seguir leyendo!