En China existe una antigua tradición conocida como mínghūn. Se trata de un matrimonio fantasma (o espiritual) en el que uno o ambos cónyuges están muertos.
No se conoce el origen exacto de esta tradición. Algunas fuentes dicen que se remonta 3000 años atrás, pero otras aseguran que se practica desde el siglo XVII a.C.
Las razones varían en función de si se trata de un hombre o una mujer. Tener una hija soltera se considera algo vergonzoso para los padres.
En el caso de los hombres, el objetivo es perpetuar el linaje familiar. De esa forma, la mujer de un hombre fallecido podría adoptar un niño.
Otra razón es que de esta forma también se garantizaba que un hermano pequeño no se casase antes que uno mayor.
"La idea que hay por detrás de los matrimonios fantasma es que gracias a ellos el fallecido continúa con su vida desde el más allá", explica Huang Jingchun, director del departamento chino en la Universidad de Shanghái.
"Si una persona no contrajo matrimonio en vida, necesita hacerlo tras su muerte", añade Huang Jingchun.
Si una mujer estaba prometida y su futuro marido fallecía, esta participaba en el funeral, pasaba a ser célibe y se mudaba con la familia del fallecido. No hay constancia de que los hombres hiciesen lo mismo.
En el caso de que uno de los prometidos fallezca, se le representa con una efigie de bambú, papel o tela a la que se viste con el traje de boda tradicional, como si fuese de verdad.
Si ambos están muertos, se los representa con placas funerarias y sus cuerpos se entierran juntos.
Según Ping Yao, profesor de Historia en la Universidad Estatal de California, estos matrimonios son "el deber de los padres para con su hijo fallecido de conformidad con los valores confucianos sobre la lealtad a la familia".
Esta práctica se prohibió por primera vez en la China imperial y una segunda en 1949 durante el mandato del gobierno comunista chino.
Sin embargo, en algunas zonas rurales del país aún se celebra ilegalmente y algunas comunidades lo consideran algo normal.
Los matrimonios fantasma son todo un ritual en el que se recitan oraciones que pretenden comunicarle al espíritu del fallecido que le han encontrado un cónyuge y se le invita a participar en el banquete que le han preparado.
En China hay muchos más hombres que mujeres, por lo que no resulta fácil encontrar prometidas adecuadas para este tipo de matrimonio.
Y la búsqueda se vuelve aún más complicada para los hombres que viven en zonas rurales, ya que muchas mujeres se mudan a la ciudad a estudiar, trabajar y emprender una nueva vida.
En algunos lugares como las provincias de Shanxi y Shaanxi, donde se vive principalmente del carbón y casi no hay mujeres, los cuerpos femeninos son un bien muy codiciado.
Tanto es así, que cuando una joven muere, muchas familias con hijos fallecidos se apresuran a competir por el cuerpo.
"Muchas veces, cuando la subasta acaba y la familia de la joven se compromete a entregar el cuerpo a los compradores, la chica aún está viva" explica Wang Yong, quien trabaja en un hospital de Shanxi.
Según consta, hace unos 30 años, el cuerpo de una mujer podía costar alrededor de 5000 yuanes (unos 742 dólares estadounidenses), pero el aumento desorbitado de los precios ha dado pie a que muchos saqueen tumbas y cometan asesinatos.
El periódico South China Morning Post publicó un artículo en 2009 sobre un padre desesperado de Shaanxi que estaba dispuesto a pagar 33.000 yuanes (4896 dólares estadounidenses) a saqueadores de tumbas con tal de que estos le encontrasen una novia a su hijo, quien había fallecido en un accidente de tráfico.
En 2013, cuatro hombres fueron detenidos por robar 10 cuerpos de mujeres con la intención de venderlos en el mercado negro por unos 30.800 dólares en total.
En octubre de 2014, 11 personas fueron arrestadas en el este de China por exhumar los cuerpos de varias mujeres en un pueblo de la provincia de Shandong.
"Los cuerpos viejos no valen nada, pero los de quienes acaban de morir, como este, son muy valiosos", aseguró un hombre llamado Wang, el principal sospechoso del crimen.
En 2015, los cuerpos de 14 mujeres fueron robados en un pueblo de la provincia de Shanxi.
Según una investigación de la Universidad de Shangái, el precio del cuerpo de una mujer hace años podía costar entre 30.000 y 50.000 yuanes (es decir, entre 4451 y 7418 dólares estadounidenses). Hoy en día, se cree que podría alcanzar los 100.000 yuanes (12.837 dólares).
En 2016, un hombre llamado Ma Chonghua asesinó a dos mujeres y puso sus cuerpos a la venta por 40.000 yuanes (5934 dólares) cada uno.
Aunque la mayoría de matrimonios fantasma se celebran en zonas rurales del norte y el centro de China, se sabe que algunas comunidades chinas residentes en otros países de Asia, como Taiwán y Singapur, también llevan a cabo este ritual
Fuentes: (BBC 1 and 2) (The Guardian) (South China Morning Post 1 and 2) (Asian Journal of Criminology)
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En China se lleva practicando una tradición conocida como mínghūn o matrimonio fantasma durante siglos. Al contrario que los matrimonios convencionales, ¡este requiere que al menos uno de los cónyuges esté muerto! A pesar de llevar muchos años prohibido, este ritual aún se celebra en algunas partes de China y el mercado negro de cuerpos lo sigue fomentando. Si quieres saber más sobre esta tétrica tradición, ¡sigue leyendo!