Cada pareja vive el amor y el matrimonio de una forma diferente y lo mismo ocurre con el desamor. ¿Pero cuál suele ser la gota que colma el vaso? Desde la incompatibilidad hasta el estilo de vida, pasando por las infidelidades, las parejas pueden decidir divorciarse por muchas razones. Sin embargo, las investigaciones han descubierto varios motivos de ruptura comunes a ciertas culturas y generaciones. Si quieres saber cuáles son, ¡haz clic para seguir leyendo!
No llegar a fin de mes o tener una pareja manirrota son problemas que pueden poner un matrimonio contra las cuerdas.
Si tu pareja siempre te pide dinero, ¿puede que le cueste ser responsable con sus finanzas?
La intimidad física y emocional juega un papel esencial en un matrimonio sano y feliz. Y aunque la fase de luna de miel no dura para siempre, eso no significa que la intimidad tenga que desaparecer.
Aparte del sexo, la intimidad también implica prestar atención a tu cónyuge. Y cuando estos pequeños gestos también desaparecen, la calidad de la relación puede venirse abajo.
Las aventuras extramatrimoniales son una razón de divorcio muy obvia. Sin embargo, sorprendentemente, muchas parejas casadas han lidiado con este problema y han logrado encontrar una forma de permanecer juntas.
Pero lo cierto es que la infidelidad afecta a la dinámica de pareja, ya que acaba con la confianza y crea una brecha en la comunicación que puede acabar derivando en un divorcio.
La violencia de género puede ser cualquier patrón de comportamiento abusivo que se utilice para mantener el poder o el control en una relación íntima.
La violencia de género no se limita al maltrato físico. Echarle la culpa sistemáticamente a la otra persona, intimidarla, manipularla y aislarla son otros actos que también cuentan como violencia de género.
Puede que los opuestos se atraigan, pero las similitudes son las que mantienen unidas a las personas. Si no tenéis intereses en común, puede que empecéis a pasar cada vez menos tiempo juntos para poder dedicaros a vuestros hobbies o pasiones o que acabéis renunciando a ellos en favor de los de la otra persona.
En última instancia, esto hará que os sintáis resentidos y que vuestro vínculo se debilite.
Distanciarse debido a los cambios físicos de la otra persona puede sonar infantil y superficial, pero por desgracia, es una razón por la que algunos matrimonios acaban.
Los cambios en el aspecto físico pueden afectar a la intimidad, a la autoestima y a muchos otros aspectos de la vida, como la salud.
La adicción, ya sea a las drogas, el juego o el alcohol, puede crear un ambiente familiar inestable.
También puede dar pie a otros problemas como los trastornos psicológicos, las discusiones acaloradas, las dificultades financieras y el maltrato físico, por ejemplo.
Los problemas de comunicación son uno de los principales motivos de divorcio. Las parejas que no hablan abiertamente de lo que sienten o les ocurre son incapaces de solucionar juntas sus problemas, lo que solo da pie a más malentendidos.
La falta de comunicación convierte las conversaciones en discusiones y los enfrentamientos verbales acaban por matar el amor, el respeto y la intimidad.
Uno de los principales motivos de divorcio es no estar preparado para casarse. Los índices son especialmente altos en las parejas que contraen matrimonio en la veintena y casi la mitad de los divorcios ocurren en los primeros diez años.
En algunos casos, las parejas jóvenes no han madurado lo suficiente y no saben cómo comunicarse como es debido. Sin experiencia en la que apoyarse, la falta de madurez puede primar más que la calma y la mesura a la hora de gestionar los problemas.
Algunas personas que se casan tienen expectativas irreales acerca del matrimonio, lo que hace que acaben profundamente decepcionadas al darse cuenta de que su cuento de hadas no se corresponde con la realidad.
Puede que no veáis los defectos del otro o que os dejéis cegar por su apariencia, dejando al lado cualquier otra imperfección. Sin embargo, la vida real no funciona así.
Algunos signos de desigualdad dentro del matrimonio son los dobles raseros o que solo uno de los cónyuges lleve la voz cantante.
Las parejas pueden perder rápidamente su identidad individual y las desigualdades pueden acentuarse si hay niños de por medio.
Tener opiniones diferentes es saludable, pero siempre debe haber un término medio para facilitar la comunicación. De lo contrario, las peleas y las discusiones se vuelven el pan de cada día.
Discutir continuamente y resolver los problemas de cualquier forma son dos problemas que pueden afectar a la relación y hacer que esta acabe en divorcio.
Tener expectativas irreales acerca de dónde viviréis, cómo gestionar la economía familiar o cómo os trataréis una vez estéis casados suele ser un motivo de divorcio.
Asumir que las cosas irán mejor una vez os caséis puede ser una señal de advertencia de que alguien no está cumpliendo las expectativas.
Tener opiniones diferentes sobre la religión, la cultura, la política, el género o la sexualidad es un problema que puede afectar a las relaciones mucho más de lo que se piensa.
Cuando los cónyuges tienen valores opuestos, es probable que el matrimonio entre en crisis.
Si tu familia no ve tu matrimonio o a tu pareja con buenos ojos, esto puede hacer que te sientas solo y aislado.
Puede que os cueste gestionar la presión y que acabéis valorando el divorcio para no tener que seguir lidiando con la falta de aprobación.
Fuentes: (Psych Central) (Psychology Today)
No te pierdas: ¿Cómo afecta a la salud una ruptura amorosa?
Análisis de los principales motivos que provocan el divorcio en las relaciones modernas
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ESTILO DE VIDA Relaciones
Cada pareja vive el amor y el matrimonio de una forma diferente y lo mismo ocurre con el desamor. ¿Pero cuál suele ser la gota que colma el vaso? Desde la incompatibilidad hasta el estilo de vida, pasando por las infidelidades, las parejas pueden decidir divorciarse por muchas razones. Sin embargo, las investigaciones han descubierto varios motivos de ruptura comunes a ciertas culturas y generaciones. Si quieres saber cuáles son, ¡haz clic para seguir leyendo!