¿No sería estupendo que pudiéramos ser lo más productivos posible sin agotarnos? Pues es posible. Trabajando de forma más inteligente, no más dura, puedes mejorar tu productividad y rendimiento y, al mismo tiempo, aumentar tu satisfacción general en el trabajo y tu calidad de vida. Conocer algunas estrategias para trabajar de forma más inteligente significa encontrar formas de utilizar tu energía y tu tiempo en el trabajo de forma más eficiente, lo cual puede ayudarte a tener más éxito a lo largo de tu carrera profesional.
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Intenta empezar la mañana de la misma manera cada día. Esto puede significar prepararte con calma o dar un breve paseo para moverte antes de sentarte en tu escritorio.
Si planificas con antelación, podrás ocuparte directamente de los proyectos más urgentes, en lugar de perder tiempo intentando priorizarlo todo el mismo día.
Si tu lista de tareas es larga, te estás exponiendo a la decepción. Por tanto, hazla corta, concisa y realista.
Al contrario de lo que se cree, el multitasking no funciona. Tu corteza cerebral solo presta atención a una cosa a la vez. La multitarea pone a prueba tu corteza cerebral, ya que intenta concentrar tu energía y atención en demasiadas cosas diferentes.
Ya sea desde el teléfono o desde el ordenador, una sola notificación puede hacer descarrilar tu productividad durante varios minutos. Por lo tanto, silencia todas las notificaciones durante bloques de tiempo a lo largo del día para estar libre de distracciones.
Aunque pueda sonar contradictorio, programar pausas puede garantizar que seas más productivo. Experimenta con distintas técnicas de pausa hasta que encuentres la que mejor te funciona, como la técnica Pomodoro (25 minutos de trabajo seguidos de una pausa de 5 minutos).
También puedes intercalar los descansos con la realización de tareas por partes. Combinar estos dos consejos es una forma estupenda de asegurarte de que trabajas de forma más inteligente, no más dura.
En lugar de esperar al último momento para plantear tus dudas o buscar orientación, ponte manos a la obra lo antes posible. Te ayudará a identificar y resolver los problemas que puedas encontrarte más adelante.
El tiempo que se tarda en hacer una tarea no equivale a la calidad del producto final. En lugar de centrarte en acumular más horas, céntrate en los resultados finales.
Los softwares diseñados para la productividad y la automatización puede simplificar las tareas, agilizar el flujo de trabajo y facilitar la colaboración.
Si te comunicas con eficacia, tus tareas y proyectos fluirán mejor. Por ejemplo, cuando escribas un correo electrónico a un compañero, intenta que sea breve y con un mensaje directo.
Fijar plazos para tu trabajo puede ayudarte a concentrarte. Plantéate completar las tareas en periodos más cortos. Esto también puede aumentar tu eficiencia mientras trabajas en tus tareas.
Las reuniones son necesarias e inevitables, pero puedes hacerlas más eficientes en la mayoría de los casos. Empieza por acortar el tiempo de las reuniones y centrarte al máximo a la hora de decidir qué hay que discutir y qué puede ser simplemente un correo electrónico.
Siempre que sea posible, intenta adaptar las tareas del día a tu estado de ánimo. Por ejemplo, si te sientes decaído o cansado, puedes dedicarte a tareas más mundanas que no requieran tanto ancho de banda mental.
Además de ayudar a tu productividad, el control del estrés te ayudará a ser más resiliente en todos los ámbitos de tu vida. Algunas técnicas útiles son la meditación, la terapia y mover el cuerpo a lo largo del día.
Las habilidades de gestión del tiempo son vitales cuando se trata de trabajar de forma más inteligente. Por ejemplo, puedes programar tu jornada para favorecer la productividad y la eficiencia sin sentirte estresado.
Para trabajar con inteligencia, hay que aprender a aceptar los retos. Crecemos y aprendemos gracias a ellos.
Especifica en tu calendario las horas en las que quieres centrarte en el trabajo. Así tendrás tiempo para terminar tu trabajo y evitar distracciones imprevistas.
Establecer objetivos te permite centrarte en las tareas más importantes.
Intenta crear el hábito de responder a la gente de inmediato. Si abres un correo electrónico que requiere respuesta, hazlo de inmediato para eliminar esa tarea de tu lista.
Cuando te encuentres estancado en el trabajo, es útil buscar un cambio de aires. Durante la pausa para comer, prueba a caminar hasta el parque más cercano y respirar aire fresco.
Si tienes tareas de alta prioridad que quieres terminar y un compañero de trabajo te pide ayuda para un proyecto no relacionado con eso, explícale tu disponibilidad. Saber cuáles son tus prioridades y cuál es la mejor forma de llevarlas a cabo puede ayudarte a establecer límites y a centrarte.
Si actualizas constantemente tus habilidades y conocimientos, estarás bien preparado para trabajar de forma inteligente. Por ejemplo, podría tratarse de mejorar tus habilidades tecnológicas.
Aunque pueda parecer contradictorio, es esencial saber cuándo hay que apagar el ordenador. Entre las señales más comunes se encuentran la sensación de estancamiento, la distracción constante y la necesidad de releer la misma frase una y otra vez.
Dominar el arte de delegar es una habilidad esencial, que no es fácil si eres un maniático del control o un perfeccionista. Sin embargo, la clave está en comprender que la capacidad de delegar te hará más productivo.
Centrarse en lo negativo es una distorsión cognitiva muy habitual que puede resultar mentalmente agotador y provocar una disminución de la productividad y de la salud mental. Cuando celebras los logros, evitas esa distorsión y mantienes la motivación.
A menudo, perdemos más tiempo y recursos de los que nos damos cuenta. Por eso, hacer un seguimiento de tus progresos es esencial para entender en qué los gastamos.
Organiza el espacio de tu oficina deshaciéndote de papeles, basura y cualquier otro elemento innecesario. Es más, los softwares no esenciales de tu ordenador pueden considerarse desorden digital.
Al igual que tienes una rutina para empezar el día, intenta tener una para el final de la jornada, ya que puede ayudarte a empezar bien la mañana siguiente. Puede incluir hacer una lista de tareas para la mañana siguiente y elegir la ropa.
Fuentes: (Forbes) (Indeed) (Teamwork.com) (BetterUp)
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¿No sería estupendo que pudiéramos ser lo más productivos posible sin agotarnos? Pues es posible. Trabajando de forma más inteligente, no más dura, puedes mejorar tu productividad y rendimiento y, al mismo tiempo, aumentar tu satisfacción general en el trabajo y tu calidad de vida. Conocer algunas estrategias para trabajar de forma más inteligente significa encontrar formas de utilizar tu energía y tu tiempo en el trabajo de forma más eficiente, lo cual puede ayudarte a tener más éxito a lo largo de tu carrera profesional.¿Sientes curiosidad? Haz clic aquí para descubrir cómo trabajar de forma más inteligente, no más dura.