La pandemia de gripe de 1918, también conocida como la "gripe española", trajo una enfermedad inesperada, mortal y de rápida propagación. En total, duró aproximadamente un año e infectó a aproximadamente 500 millones de personas, aproximadamente una cuarta parte de la población mundial en ese momento, y provocó unas 50 millones de muertes en todo el mundo. No obstante, pudimos usar esa experiencia a la hora de enfrentarnos a la pandemia del COVID-19. Haz clic para ver cómo fue vivir la gripe de 1918.
Hace algo más de un siglo, en marzo de 1918, se confirmó el primer caso. Aunque no existe consenso sobre el lugar de procedencia, se cree que se propagó gracias a los movimientos de las tropas durante la Primera Guerra Mundial.
Durante la Primera Guerra Mundial, se censuraron los primeros informes de la enfermedad en Alemania, el Reino Unido, Francia y los EE.UU. para mantener la moral alta, pero no en España, que se mantenía neutral ante el conflicto bélico. Por esa razón, dio la falsa impresión de que España se estaba viendo más afectada que los demás países.
Los conductores de transporte público de algunas ciudades podían prohibir la entrada a los clientes que no llevasen mascarilla.
El aumento exponencial de los casos llevó a los hospitales a los límites, así que las comunidades empezaron a levantar sus propios hospitales improvisados.
Muchos edificios públicos y residencias privadas también eran habilitados y para intentar combatir el virus.
Como protección contra el virus, los hombres hacían gárgaras con sal y agua, pensando que se trataba de una medida preventiva. Actualmente, todavía hay gente que lo cree, pero se ha demostrado que solo se trata de un mito.
Las mujeres del Departamento de Guerra daban paseos de 15 min para respirar aire puro todas las mañanas y todas las noches con la intención de mantener el virus a raya. Sin embargo, lo hacían en grandes grupos.
En San Francisco, los juicios se celebraban en un parque.
Al igual que durante la pandemia del COVID-19, algunos almacenes se habilitaron para dejar en cuarentena a los infectados y contener el virus.
Las camas de los pacientes se colocaban en sentidos invertidos para que ninguno respirase cerca del rostro del otro.
Como muchos doctores había sido reclutados para ir a la guerra, la ciudad reclutó a enfermeras voluntarias. Se dice que los más desesperados llegaron a secuestrar enfermeras y a obligarlas a cuidar de sus familiares.
Las mujeres se reunieron para inscribir a más enfermeras durante la pandemia e incluso actualmente parece haber escasez de profesionales en este campo.
Esta era una de las medidas tomadas, incluyendo el uso de un pañuelo para cubrir la boca y la nariz cuando se tosía o se estornudaba, evitar las multitudes, no compartir toalla y no hacer nada demasiado agotador.
JL Ackerson, matrona de Filadelfia, usó su propio auto para transportar a gente al Fleet Hospital durante el brote.
La mayoría de las personas no tenían la capacidad de trabajar desde casa como ahora, por lo que se vieron obligadas a ir a las oficinas, algunas de las cuales escalonaban las horas laborables para intentar aislar un poco a los trabajadores.
Al menos actualmente esto ya no es la norma en caso de pandemia, a diferencia de esta congregación de San Francisco que reza en los escalones de la Catedral de Santa María de la Asunción, donde se reunieron en gran número para escuchar la misa.
Tomar el aire fue una gran parte de los consejos que se dieron para combatir la influenza.
Al igual que en la actualidad, existían teorías de que las personas de color eran menos susceptibles a la gripe. Sin embargo, biológicamente el virus no discrimina.
Se supone que la gripe afecta más a los ancianos y los niños, pero la desnutrición de 1918, los hospitales superpoblados y la mala higiene promovieron la sobreinfección bacteriana, que mató a la mayoría de las víctimas.
En opinión de un funcionario de la Junta de Salud de Nueva York, es mejor [verse] ridículo que muerto".
Los voluntarios trabajaron incansablemente para fabricar máscaras a mano para los soldados.
Esta imagen dice: "Los expertos dicen en efecto: '¡No hables con nadie, no te acerques a nadie y estás a salvo!' Sin duda. ¿Pero no es un poco difícil?"
Un superviviente relató que la sociedad había cambiado después de la pandemia, ya que no había más reuniones en la escuela, la iglesia o la familia, y el miedo separaba a las personas y las hacía recelosas. Algunos dijeron que destruyó la intimidad de sus comunidades.
El horror y la tristeza de enfrentarse a tanta muerte de manera tan constante fue un gran golpe para el optimismo de la vida, especialmente después de ver que la perdían incluso las personas más sanas.
Desafortunadamente, seguimos aprendiendo.
Así se vivió la pandemia de la gripe española en 1918
El 28 de septiembre de 1918, miles de personas se expusieron a la gripe española en una marcha realizada en Filadelfia
ESTILO DE VIDA Historia
Durante la pandemia del COVID-19, muchos sentimos que estábamos viviendo un momento como ningún otro. Las variadas respuestas de los gobiernos del mundo a las crisis y los cambios radicales en nuestras vidas cotidianas parecen medidas sin precedentes, pero en realidad, el mundo ya había experimentado algo así hace aproximadamente un siglo.La pandemia de gripe de 1918, también conocida como la "gripe española", trajo una enfermedad inesperada, mortal y de rápida propagación. En total, duró aproximadamente un año e infectó a aproximadamente 500 millones de personas, aproximadamente una cuarta parte de la población mundial en ese momento, y provocó unas 50 millones de muertes en todo el mundo. No obstante, pudimos usar esa experiencia a la hora de enfrentarnos a la pandemia del COVID-19. Haz clic para ver cómo fue vivir la gripe de 1918.