La parte positiva es que revertir el daño es un proceso bastante sencillo. A continuación te presentamos varios factores internos y externos que pueden ayudarte a recuperar la luminosidad.
La piel se compone de varias capas y la barrera es la más externa. Su función consiste en retener la hidratación y evitar que los agentes irritantes penetren.
La barrera de la piel puede dañarse con facilidad, dando pie a la irritación y la deshidratación. Esto suele ocurrir cuando la privamos de sus aceites naturales al depilarnos con cera o al usar limpiadores agresivos, exfoliantes, productos caseros, etc.
Si notas la piel irritada con una textura escamada, picor e inflamación, entonces significa que la barrera ha sufrido daños. Otra señal es notar ardor y escozor al aplicar productos no activos como limpiadores o sérums hidratantes.
Una de las primeras cosas que puedes hacer para revertir el daño es mantener una rutina de cuidado facial supersencilla durante dos o tres semanas. Deja que la piel se renueve sola con vaselina y no uses maquillaje.
Durante este tiempo, no uses productos e ingredientes activos como los exfoliantes, el retinol e incluso la vitamina C, ya que pueden ser demasiado agresivos si la piel está irritada.
Céntrate en utilizar cremas reparadoras e hidratantes que alivien la piel para facilitar su recuperación.
La hidratación interna también es esencial para disfrutar de una piel sana y radiante. Ten siempre un vaso o una botella a mano para no olvidarte de beber. También puedes alternar con infusiones.
Asegúrate de ponerte los productos en el orden adecuado. Aunque no lo parezca, puede llegar a ser más importante que los productos en sí.
Invierte en un tónico facial para mantener la piel hidratada en todo momento, sobre todo durante los meses de calor. De esa forma mantendrás la barrera sana y feliz.
Para ayudar a reparar la barrera de la piel es esencial seguir una dieta equilibrada rica en nutrientes y vitaminas (p. ej. frutos rojos, salmón, verduras de hoja verde oscura, etc.).
Tras reparar correctamente la barrera de la piel, céntrate en reforzarla para evitar que vuelva a estropearse en un futuro. La clave para lograrlo es dejar de experimentar con químicos y saber qué es lo que te estás poniendo.
El ejercicio es una forma estupenda de mejorar la piel. Intenta dedicarle por lo menos 30 minutos al día, ya que las endorfinas harán su magia por la noche.
Si tu piel necesita hidratación, usa un sérum o una crema que contenga ácido hialurónico, una sustancia capaz de retener 100 veces su peso en agua. Esto significa que ayuda a que el agua penetre en todas las capas de la piel y a retenerla.
El alcohol hace que la piel pierda brillo, ya que interfiere en la absorción de vitamina A y favorece la deshidratación, lo que también provoca inflamación y genera arrugas.
Si tienes la piel demasiado seca, puede que el problema no sea la rutina de cuidado, sino la falta de humedad en el ambiente. Para remediarlo, puedes hacerte con un humificador (¡algunos incluso sirven de decoración!).
Tener la piel limpia es superimportante, por lo que te recomendamos que uses un limpiador sin jabón. Presta especial atención a que contenga ingredientes reparadores como las ceramidas, la glicerina y la centella.
Algunas rutinas de cuidado facial son tan excesivas que acaban siendo contraproducentes. Descubre qué problemas tiene tu piel para poder solucionarlos correctamente uno a uno y no todos a la vez.
Por lo general, el azúcar envejece la piel y provoca acné debido al aumento de insulina que se produce cuando lo consumimos.
Aunque una ducha caliente es todo lo que nos apetece cuando hace frío, en realidad es malísimo para la piel. El agua caliente no solo elimina los aceites naturales presentes en ella, sino que la quema. En respuesta, los vasos sanguíneos se dilatan para intentar enfriarla, lo que hace que se ponga roja.
Los paños de muselina son estupendos para exfoliar ligeramente la piel. Moja uno en agua tibia y pásatelo por la cara moviéndolo hacia fuera y hacia arriba para disfrutar de una piel suave y sedosa.
Si has comprado productos nuevos, ve probando uno de cada vez y presta especial atención a los ingredientes activos para no dañar la barrera de la piel innecesariamente.
Se sabe que los productos lácteos, sobre todo los pasteurizados, dañan la piel y fomentan la aparición de acné. Por lo tanto, harías bien en reducir su consumo.
Si quieres tener la piel limpia y libre de impurezas, evita tocártela. Si, por ejemplo, sueles tener granos en la zona de la mandíbula, puede que se deba a que tiendes a tocarte esa zona.
Intenta dormir entre 7 y 8 horas todos los días para facilitar la reparación cutánea y despertar con un cutis rejuvenecido. Las células de la piel se regeneran sobre todo por la noche, de ahí que sea importante dejar que cumplan su función.
El trigo parece ser un gran enemigo de la piel y del descanso. Por lo tanto, reducir su consumo puede que te ayude a disfrutar de un cutis más radiante.
Lávate la cara con un limpiador delicado antes de irte a dormir. Meterte en la cama con restos de suciedad y maquillaje no solo obstruye los poros, sino que seca la piel y favorece la aparición de acné.
Si quieres disfrutar de una piel radiante, debes cuidar de tu intestino. Si tienes una buena digestión, entonces absorberás mejor las vitaminas y los minerales esenciales para la reparación cutánea.
Puede que estés harto de oír esto, pero nunca está de más recordarlo: ponte crema solar. De esta forma evitarás que la piel se dañe y ayudarás a que permanezca sana y brillante durante más tiempo.
Fuentes: (Glamour) (Women's Health) (Best Health)
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SALUD Belleza
El interés por la salud cutánea ha ido en aumento y a muchas personas les preocupa la barrera de la piel en particular. Hay varios factores internos y externos que pueden dañarla, así que si quieres lucir una piel luminosa, es importante que aprendas a cuidar de ella. Si quieres saber cómo, ¡sigue leyendo!