Y sabemos que otras personas son felices cuando podemos verles los dientes.
Y realmente nos asustamos viendo esas cosas que sabemos que son completamente inventadas. Es más, pagamos dinero para disfrutarlo...
En general, pensamos que es un gesto dulce cortar una planta que tiene un brote de color al final porque es puramente un bonito regalo.
A veces no podemos evitarlo cuando oímos una colección de ondas sonoras que nos gusta: ¡empezamos a mover el cuerpo! También compramos entradas para ir a ver a nuestros humanos favoritos y bailar con otros humanos al ritmo de las mismas ondas sonoras.
Aplaudimos para hacer un ruido fuerte y lo hacemos en grandes grupos al mismo tiempo para demostrar a alguien que le apreciamos.
Aunque no somos anfibios y no podemos aguantar la respiración mucho tiempo, nos encanta reunirnos en piscinas artificiales para chapotear un poco. También contratamos a otros humanos para asegurarnos de que estamos a salvo en el agua.
Añadimos color y diseños a las uñas de manos y pies sin otra función que hacerlas más bonitas.
Cuando compramos un regalo para alguien, lo envolvemos justo para que haya suspense durante unos segundos antes de que el destinatario arranque el papel.
Pagamos dinero para que nos aten a atracciones que lanzan nuestros cuerpos de un lado a otro y nos revuelven el estómago porque creemos que eso es divertido.
Nos peinamos de diferentes maneras para ser más atractivos o para sentirnos bien con nosotros mismos. Lo mismo ocurre con los sombreros.
Decidimos cuidar a un animal de otra especie porque nos parece muy lindo y le enseñamos cosas como a dar la patita.
Inventamos una canción para cantársela a alguien y celebrar el día en el que nacieron, y se la cantamos a todo el mundo para demostrarles que ese día nos parecen muy especiales.
Ponemos trocitos limpios de tela de nuestras tallas específicas y eliminamos las arrugas con vapor o con una plancha para estar más presentables ante los demás humanos.
Cuando alguien pasa por un mal momento, le llevamos comida para ahorrarle el disgusto de tener que prepararla o perdirla por su cuenta.
Las perseguimos, las pateamos, las lanzamos, las hacemos rebotar y mucho más por un pequeño premio, y nos reunimos miles de personas para ver a otros humanos hacerlo.
Viajamos por el mundo para ver lo que hicieron las generaciones anteriores, ¡porque pensamos que lo que hicieron estuvo muy bien!
Cuando hablamos mientras comemos, a menudo nos tapamos la boca con la mano porque no queremos que nos vean masticar.
Cuando estamos cansados, respiramos hondo y soltamos ese enorme ruido mientras abrimos la boca de par en par. Y lo más gracioso es que nos entran ganas de bostezar cuando vemos bostezar a otra persona.
Tenemos pequeñas cajas o ranuras en la puerta para poder dejarnos pequeños mensajes. También tenemos botoncitos que pulsar para que otros humanos sepan que hemos llegado a su casa.
Cogemos de la mano a la gente que nos gusta. Incluso se nos pone la piel de gallina, y puede ser señal de que dos personas están juntas y se gustan.
Si chocamos con otro ser humano, sentimos la necesidad de pedirle perdón e incluso nos da un poco de vergüenza.
Guardamos golosinas en nuestros armarios para cuando necesitamos consuelo o un tentempié rápido. También tenemos pequeños paquetes de raciones de snacks individuales.
Y nos enfadamos con otras personas porque van demasiado despacio o están haciendo algo peligroso en sus propias cajitas con ruedas.
Nuestras mejillas y nuestra piel pueden cambiar de color, y nuestras axilas pueden humedecerse si nos sentimos avergonzados o nerviosos.
Tenemos nuestros propios niditos y compramos cosas que a veces no tienen ninguna utilidad, solo para ponerlas en nuestras casas y mirarlas. Cada uno tiene un gusto diferente.
Nos abrazamos en nombre del romanticismo, la celebración, el amor, la tristeza e incluso simplemente para saludar o despedirnos. De hecho, liberamos sustancias químicas de la felicidad en nuestro cerebro.
Creamos cojines gigantes y ponemos encima sábanas a medida y otras telas calentitas para poder acurrucarnos cada noche para dormir.
Cuando oímos algo que nos parece gracioso, no podemos evitar soltar un sonido repetitivo involuntario. A veces ni siquiera tenemos que oír algo, puede ser simplemente una mirada compartida con otro ser humano.
No solo pasamos horas a la semana viendo a otros seres humanos representar historias en la televisión y el cine, sino que también desarrollamos tecnología para poder ver a otros seres humanos en nuestras pantallas aunque estén muy lejos.
Fuentes: (Bored Panda) (BuzzFeed) (Reddit)
Vamos a sitios que venden específicamente bebidas que nos hacen hacer el tonto y nos dejan menos hábiles, y también servimos esas bebidas en bodas, conferencias de negocios y demás.
Si los extraterrestres vinieran a nuestro planeta, es probable que nuestra forma de expresarnos, de sobrevivir y socializar les llamen tanto la atención como a nosotros los hábitos de los pequeños trucos de los perros. Haz clic para tomar distancia y ver las cosas más adorables que hacen los humanos.
Información interesante que te hará sonreír
Se te pondrá una sonrisita al leer estos datos
ESTILO DE VIDA Divertido
Estamos tan acostumbrados a estudiar el comportamiento de los animales (desde las peculiaridades de nuestras propias mascotas hasta los fascinantes rituales y características de otras especies en los documentales sobre la vida salvaje) que a menudo olvidamos que nosotros también somos animales. Sin embargo, a diferencia de otros animales, tenemos muchos comportamientos que no se basan únicamente en la supervivencia y, de hecho, muchas cosas que hacemos son sencillamente bonitas si se miran desde la distancia adecuada.
Si los extraterrestres vinieran a nuestro planeta, es probable que nuestra forma de expresarnos, de sobrevivir y socializar les llamen tanto la atención como a nosotros los hábitos de los pequeños trucos de los perros. Haz clic para tomar distancia y ver las cosas más adorables que hacen los humanos.