Los arquetipos son símbolos universales de personas, actitudes y personalidades que pueden influir en el comportamiento humano.
Carl Jung creía que heredamos estos arquetipos de la misma forma que heredamos patrones conductuales instintivos.
Jung creía que los arquetipos eran patrones e imágenes universales que forma parte del inconsciente colectivo. Según él, estos modelos son innatos, no aprendidos y hereditarios.
"Todas las ideas más poderosas de la historia se remontan a arquetipos", explicó Jung en su libro The Structure of the Psyche.
Jung creía que cada arquetipo jugaba un papel en la personalidad pero sentía que la mayoría de personas estaban dominadas por uno en particular.
La existencia de estos arquetipos no es algo que pueda observarse directamente. No obstante, pueden encontrarse si se presta atención a las imágenes dominantes en la religión, los sueños, el arte y la literatura.
Jung identificó cuatro arquetipos principales: la persona, la sombra, el ánima y el yo.
Jung creía que el número de arquetipos no tenía límite y que estos podían combinarse para dar pie a otros nuevos hasta el infinito.
Los cuatro arquetipos principales pueden, por lo tanto, fusionarse para generar las doce figuras o imágenes arquetípicas que presentamos a continuación.
El gobernante arquetípico demuestra orden y estabilidad. Son el rey, la reina, el jefe o el dictador en función de la expresión de su arquetipo.
El gobernante rebosa liderazgo y confianza en sí mismo. Su recompensa viene del esfuerzo; es realista y competente; su fuerza y su poder son lo que lo empujan a seguir caminando hacia delante. Es una eminencia en su ámbito, pero tiene tendencias perfeccionistas.
Como su propio nombre indica, los creadores dan vida a las cosas. Son pioneros, exploradores y pensadores con visión de futuro a los que se reconoce por su ingenuidad. Son artistas, científicos, inventores y músicos.
El creador tiene una gran imaginación. Es una persona adelantada a su tiempo. Atrevido y original, convierte ideas innovadoras en algo tangible.
El sabio es alguien que busca la verdad y el conocimiento. Se lo asocia con el lado espiritual de la humanidad, ya que su objetivo es alcanzar la iluminación. Busca trascender.
Cuando un héroe necesita consejo, acude a un sabio, ya que este ha acumulado un gran conocimiento a lo largo de su vida. Un profesor, un mentor o un abuelo pueden encarnar este arquetipo.
Puro y simple, el inocente aspira a alcanzar una felicidad e independencia libres de cualquier mal o corrupción. Los niños, con su ilusión y asombro constantes, encarnan muy bien este arquetipo.
El inocente representa la unidad y la aceptación. Le da miedo meter la pata y tiene una forma de hacer las cosas directa y digna de confianza.
El explorador es aventurero y busca descubrir nuevas ideas y experiencias. Es independiente y ansía la libertad y el autoconocimiento.
El explorador quiere sentirse inspirado y realizado. No le teme a lo desconocido. De hecho, lo busca. Valora la autenticidad y se muestra resiliente ante los obstáculos y los reveses de la vida.
Los rebeldes son los agentes del cambio. Le dan la vuelta a las reglas y cuestionan las normas de la sociedad. Un rebelde suele ser alguien menospreciado que va contra el statu quo.
El rebelde denuncia las injusticias y se niega a encajar en el molde. Impulsa las reformas al cuestionar lo que se considera normal. Es inconformista, íntegro y se rige por sus propias normas.
Un héroe es alguien que siempre trabaja en pos de un objetivo y que sirve de inspiración para los demás. Está listo para sacrificarse por un bien mayor, aceptando los trabajos que nadie quiere. Los otros admiran su determinación y fuerza de voluntad.
Los héroes son valientes y saben lo que hacen. Su historia se basa en superar las adversidades y salir airosos. Los atletas profesionales, los voluntarios de ONG y los sanitarios son algunos ejemplos que encarnan este arquetipo.
El mago es el arquetipo más poderoso en muchos aspectos, ya que tiene la capacidad de crear y posee un gran conocimiento.
El mago es una representación de la transformación, la creatividad y la resolución de problemas; encarna el poder; es un vidente y alquimista. El escritor Joseph Campbell se refirió a él como "el mentor con ayuda sobrenatural".
El bufón es juguetón y espontáneo. Aun así, que no te engañe su apariencia. Se trata de alguien sabio que ve lo absurdo de la vida y lo lleva con humor.
El bufón usa su inteligencia para sobrevivir sin perder la sonrisa y anima a los demás a apreciar el valor de la diversión.
El arquetipo del amante está motivado por la emoción, pero no necesariamente por el amor romántico. Puede ser el amor por la familia, la amistad o incluso los animales.
Al amante lo mueve el placer y la sensualidad. Quiere intimidad y desea expresarse por completo. El amante es radiante, eléctrico y magnético a más no poder.
Este arquetipo lo encarnan las personas trabajadoras a las que se les da bien escuchar. Siempre buscan hacer el bien sin necesidad de ser héroes.
Abordan la vida con tranquilidad y sin agobios. Son competentes, fuertes y dignas de confianza. También son sensatas y encuentran felicidad en las cosas sencillas.
El cuidador es sereno y digno de confianza. Su presencia es un bálsamo que cura a quienes están a su alrededor. Su aspiración en la vida es ser de utilidad, escuchar a los demás y velar por su bienestar.
El cuidador es una persona fuerte que mueve el mundo con su compasión y generosidad. Valora la estabilidad y busca proteger a los demás de cualquier cosa que pueda hacerles daño.
Las ideas de Jung no siempre recibieron buenas críticas de sus coetáneos como Sigmund Freud. Puede que esto se debiese a que su trabajo tendía a contemplar los aspectos místicos de la humanidad.
También se ha acusado a los arquetipos de Jung de ser reduccionistas, de apoyarse demasiado en los estereotipos y de tener un fuerte sesgo cultural.
Fuentes: (Verywell Mind) (Brilliantio) (Britopian) (Scribophile) (Map & Fire)
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ESTILO DE VIDA Psicología
Seamos conscientes de ello o no, hay elementos universales comunes a las historias que nos han llegado a lo largo del tiempo y las diferentes culturas. A estos elementos se los conoce como arquetipos y representan patrones que nos permiten conectar con los personajes que las protagonizan. Los temas recurrentes reflejan las experiencias humanas que nos unen a pesar de las fronteras. Los personajes de la mitología, el arte o la música encarnan elementos propios de un simbolismo arquetípico. El psiquiatra suizo Carl Jung identificó cuatro arquetipos principales que pueden combinarse ad infinitum para dar lugar a otros secundarios. Si quieres saber cuáles son y descubrir cuál encaja más contigo, ¡haz clic para seguir leyendo!