Según los autores del estudio, el propio protagonista, el oso Pooh, muestra síntomas de más de un trastorno neurológico.
La mayoría de las veces, a Pooh se le olvidan las cosas y se distrae. A menudo pierde la noción del tiempo y su capacidad de atención es escasa. Todos estos síntomas apuntan a un trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
También tiene una malsana obsesión por la miel. Su tendencia a comer en exceso podría indicar un trastorno por atracón.
El siguiente es Piglet, el mejor amigo del oso Pooh. La angustia mental de Piglet es evidente incluso para el ojo más inexperto.
Está constantemente asustado, preocupado y tartamudeando. Los investigadores creen que Piglet sufre un trastorno de ansiedad generalizada.
Entre los investigadores existe la teoría de que la ansiedad de Piglet podría deberse al trauma emocional que sufrió mientras intentaba atrapar a Heffalump.
Aunque el diagnóstico está claro, los autores del estudio no pudieron determinar la causa fundamental de la depresión de Burro.
Al contrario que con Piglet, no existe una teoría sobre si la depresión de Burro es hereditaria o si se debe a un trauma concreto.
Luego está Tigger, que es un personaje divertido y adorable, pero que muestra patrones de comportamiento peligrosos, en el mejor de los casos.
Aunque el estudio original no incluía un diagnóstico para Tigger, sí hablaba de su excesiva impulsividad y su patrón de tomar decisiones sin considerar sus consecuencias.
Por ello, el autor, el Dr. Shea, ha hablado desde entonces sobre la posibilidad de que Tigger también padezca TDAH.
Más que un trastorno de salud mental, se cree que Búho tiene dislexia. Es excepcionalmente inteligente, pero le cuesta leer y escribir.
Búho también cumple algunos de los requisitos del trastorno narcisista de la personalidad: se tiene en gran estima y a veces es autocomplaciente.
Así que el jurado aún no ha decidido si Búho padece realmente un trastorno narcisista de la personalidad o si simplemente es demasiado engreído.
Por otra parte, los expertos coinciden en que Conejo padece un trastorno narcisista de la personalidad, como se aprecia en su comportamiento.
Sin embargo, su narcisismo se ve ensombrecido por su trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Es evidente que Conejo necesita que todo esté ordenado y perfectamente organizado.
Su necesidad obsesiva y compulsiva de tenerlo todo "exactamente así" es una clara señal de que Conejo padece TOC.
Para completar el análisis de los animales, analicemos a Cangu y a Roo. El estudio original no atribuye a estos dos ningún trastorno mental en particular.
Sin embargo, habla de la preocupación por el futuro de Roo: tiene malos modelos a su alrededor y su madre es sobreprotectora.
De hecho, Cangu es madre soltera y está constantemente preocupada, por lo que tiene una tendencia natural a ser sobreprotectora.
El único personaje humano de la historia es, por supuesto, Christopher Robin. De nuevo, el estudio no menciona que este personaje padezca un trastorno mental específico.
Sin embargo, menciona el hecho de que Christopher Robin pasa el tiempo sin la supervisión de sus padres y solo habla con los animales.
Por ello, hay quienes defienden la teoría de que Christopher Robin podría mostrar los primeros signos de esquizofrenia.
Aunque los personajes de "Winnie the Pooh" muestran síntomas de mala salud mental, no puede decirse que la intención de A.A. Milne fuera asociar a cada personaje con un trastorno de salud mental concreto.
De hecho, cuando A.A. Milne ideó el Bosque de los Cien Acres en 1926, estos trastornos mentales todavía se estaban empezando a investigar y apenas se comprendían.
Algunas fuentes sugieren que el autor se inspiró en su propio hijo, Christopher Robin Milne, y en sus peluches.
Según los autores del estudio, su propósito era recordar a la gente que cualquiera puede sufrir un trastorno de salud mental, y la importancia de tratarlo.
Fuentes: (MovieWeb) (Your Mental Health Pal)
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Quizá por eso, cuando en 2000 se publicó un estudio sobre la salud mental de cada uno de los personajes de Winnie the Pooh, se desató un acalorado debate. El estudio, titulado "Pathology in the Hundred Acre Wood: A neurodevelopmental perspective on A. A. Milne', lo escribió Sarah E. Shea, en colaboración con Kevin Gordon, Ann Hawkins, Janet Kawchuk y Donna Smith. Se publicó en el Canadian Medical Association Journal.
Polémicas aparte, ¿te pica la curiosidad? Si es así, echa un vistazo a esta galería para descubrir qué tenían que decir los autores sobre el estado mental de cada uno de nuestros queridos personajes de Winnie the Pooh. Haz clic en las fotos.
Análisis de las personalidades de los personajes de 'Winnie the Pooh'
Una perspectiva diferente de los clásicos infantiles
ESTILO DE VIDA Ficción
En cuanto a personajes de libros infantiles, Winnie the Pooh y el resto de la pandilla del Bosque de los Cien Acres se encuentran sin duda entre los más famosos. Pooh y sus amigos han sido los favoritos de las familias durante generaciones, y muchas personas los recuerdan con cariño.
Quizá por eso, cuando en 2000 se publicó un estudio sobre la salud mental de cada uno de los personajes de Winnie the Pooh, se desató un acalorado debate. El estudio, titulado "Pathology in the Hundred Acre Wood: A neurodevelopmental perspective on A. A. Milne', lo escribió Sarah E. Shea, en colaboración con Kevin Gordon, Ann Hawkins, Janet Kawchuk y Donna Smith. Se publicó en el Canadian Medical Association Journal.
Polémicas aparte, ¿te pica la curiosidad? Si es así, echa un vistazo a esta galería para descubrir qué tenían que decir los autores sobre el estado mental de cada uno de nuestros queridos personajes de Winnie the Pooh. Haz clic en las fotos.