Si te pasas la semana antes del evento pensando y preocupándote porque sabes que te sentirás incómodo, te estarás condicionando para mal. Intenta recordar por qué vas a ir. ¿Es el cumpleaños de un amigo? ¿Quieres conocer mejor a tus compañeros de trabajo?
Para algunas personas, tener conversaciones superficiales con la gente es motivo de ansiedad. Para mantenerla a raya, intenta ser racional y positivo. Pregúntate a ti mismo qué es lo peor que podría pasar y te darás cuenta de que no es para tanto.
Si van a ir otras personas a la que conozcas, intenta quedar con alguna de ellas antes para sentirte acompañado.
Cuanto más leas, más temas de conversación tendrás. Libros, revistas, internet... ¡Hay un montón de opciones!
Las personas con intereses y aficiones siempre parecen tener algo de lo que hablar. Inspírate en ellos y tendrás un gran punto de partida para entablar conversación con alguien.
Juega contigo mismo proponiéndote hablar con al menos cinco personas y aprender dos cosas sobre cada una de ellas como mínimo. Este cambio de mentalidad te ayudará a calmar la ansiedad y a disfrutar más de las conversaciones.
En lugar de anticipar lo que dirás, relájate y céntrate en lo que la otra persona te está diciendo. Al escuchar activamente y estar presente en la situación, la conversación fluirá con naturalidad.
Sé el primero en decir hola. Si siempre esperas que sean los demás quienes se acerquen a ti, solo te llevarás una decepción.
En lugar de pasarte todo el tiempo pegado a alguien que ya conoces, anímate a hacer nuevas amistades.
No tiene que ser nada complicado, sino algo que te ofrezca un punto de partida. "¿De qué conoces a X?" y "¿Qué te trae por aquí?" son solo algunas opciones.
Haz preguntas meditadas, escucha y después haz otras en base a las respuestas que obtengas. Una conversación superficial puede convertirse en algo profundo más deprisa de lo que crees.
Cuando conozcas a alguien nuevo, no le preguntes a qué se dedica. Aprovecha la oportunidad para saber en qué invierte su tiempo para poder abrir la puerta a conversaciones más interesantes.
Olvídate de las preguntas de sí o no y empieza con otras fáciles que resulten naturales. Simplemente asegúrate de prestar atención a los comentarios interesantes para ir tirando del hilo.
Escucha lo que la otra persona tiene que decir, tanto si está relacionado con el trabajo como si no, y ofrécele una respuesta meditada.
Si crees que has estropeado una conversación o desearías no haber dicho algo en particular, dedica unos minutos a reflexionar. Después, déjalo ir. Al fin y al cabo, errar es humano.
Todo el mundo tiene una historia que contar y, si les permites compartirla contigo gracias a tus preguntas, darás el primer paso hacia una relación nueva y significativa.
A nadie le gusta la gente falsa. Por lo tanto, si estás intentando ser más extrovertido, no finjas ser alguien que no eres.
Cuando te muestras vulnerable, tienes más probabilidades de disfrutar de conversaciones genuinas.
Encuentra algo por lo que puedas halagar a la otra persona y después hazle otra pregunta para evitar que el momento se vuelva incómodo.
Si alguna vez te quedas sin cosas que decir, haz un comentario sobre la arquitectura, los cuadros de la pared o los pájaros que hay fuera. La lista de opciones es interminable.
Si estás hablando con alguien y ves que otro invitado está un poco incómodo, preséntale y anímale a participar en la conversación.
Tu tema de conversación preferido no es universal, así que no asumas que los demás querrán hablar de ello. Identifica lo que les interesa y deja que la conversación fluya.
Descubre qué tienes en común con la otra persona y de esa forma te interesarás de forma genuina por la conversación. Toca varios palos: ciudades, deportes, mascotas... ¡Con algo darás!
Di algo simple como "Me ha encantado conocerte, espero que te lo pases genial de vacaciones" antes de despedirte y pasar a otra cosa.
No todos los encuentros tendrán por resultado una amistad, pero no pasa nada. Habrás cumplido el objetivo de salir de tu zona de confort y eso es más que suficiente.
¡Pero no te limites! Saluda a la próxima persona que se siente a tu lado en el avión o en una cafetería. Este hábito de decir hola y escuchar es algo que puedes ir desarrollando poco a poco todos los días.
Fuentes: (Forbes) (Success)
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No dudes en hacerle ver a la otra persona que entiendes perfectamente lo que te está contando. ¡Conectaréis al momento!
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Aprende a mantener conversaciones superfluas pero interesantes
ESTILO DE VIDA Comunicación
Todo el mundo detesta mantener conversaciones superficiales, ya sea en fiestas, bodas o en el trabajo. Aunque también son ocasiones estupendas para conocer gente nueva, estas situaciones a veces pueden provocar más ansiedad que otra cosa. Las personas tienen miedo de resultar aburridas o de quedarse sin temas de conversación, ¡pero no tiene por qué ser así! Aunque no lo parezca, hablar de cosas superficiales tiene sus beneficios, como un mayor bienestar y optimismo. Si quieres saber cómo mantener conversaciones superfluas sin sentirte incómodo, ¡atento a estos consejos!