Cuando la mayoría de personas piensan en el acoso, lo primero que se les viene a la mente son los niños metiéndose los unos con los otros en el patio del colegio. Por desgracia, el acoso no es algo que se limite al entorno escolar, sino que también puede producirse entre adultos (p. ej. por parte de un jefe, una pareja, un compañero de trabajo, etc.). En esta galería ahondaremos en los diferentes tipos de abuso que pueden darse en la edad adulta y qué se puede hacer al respecto desde la postura de la víctima, del testigo o incluso del propio acosador. ¿Listo? ¡Adelante!
Los adultos que acosan a otros casi siempre lo hacen de forma no física. Sin embargo, hay casos en los que sí llegan a agredir a sus víctimas. En lo que al abuso entre adultos se refiere, quienes lo perpetran suelen dividirse en cinco categorías.
Un acosador adulto con tendencias narcisistas puede ser tan egocéntrico que simplemente ignora las necesidades de quienes están a su alrededor. Cuando escoge acosar a otras personas, suele hacerlo motivado por la falta de empatía o el miedo a las consecuencias de sus acciones. Suele tener problemas de autoestima que pueden llevarle a humillar a los demás de forma compulsiva.
Este tipo de abusador tiende a cometer un acoso esporádico e incontrolado. A veces se mete con otros adultos cuando está estresado o pasando por un mal momento (lo cual, obviamente, no es ninguna excusa).
El acosador físico suele golpear, patear, abofetear o agredir de cualquier otra manera a sus víctimas. También puede atosigarles, robarles o destruir sus pertenencias. Un acosador físico puede tener dificultad a la hora de gestionar sus enfados u otros problemas de naturaleza psicológica.
Los acosadores verbales suelen actuar de forma pasivo-agresiva. Algunos de ellos difunden rumores, cuchichean sobre otros o usan sus palabras para herir a las víctimas.
Los acosadores secundarios son aquellos que presencian las acciones de otros y deciden unirse para evitar ser las próximas víctimas. Por lo general, suelen tener miedo de confrontar estas actitudes.
Si estás siendo víctima de acoso, hay ciertas cosas que puedes hacer para protegerte. Recuerda que este comportamiento es inaceptable y que, por lo tanto, no tienes que tolerarlo.
Reforzar tu autoestima puede ayudarte a lidiar con el acosador. Escribir y meditar pueden ser algunas formas de trabajar en ello.
Si el acoso tiene lugar en el trabajo, habla con tu jefe o con RR. HH.
El contacto visual puede ser importante, ya que los acosadores tienen aún menos empatía cuando no pueden mirar a su víctima a la cara o a los ojos.
Escoger cómo reaccionar depende de la gravedad del comportamiento del acosador. Si no es excesivo o perjudicial, puede que con poner distancia de por medio sea suficiente. Por lo tanto, si la situación no es tan negativa, mide tus reacciones.
Asegúrate de tener una red de apoyo que empatice contigo, te proteja y pueda servir como testigo si es necesario.
Si trabajas en una oficina, pide cambiar de mesa para alejarte del acosador o para limitar el contacto con él lo máximo posible.
Puede que esto sea difícil, pero intenta no tomártelo como algo personal. Los acosadores no suelen tener solo una víctima.
Hay varias cosas que los testigos pueden hacer. Para empezar, utilizar el humor para reencauzar la conversación.
Cuestiona el comportamiento del acosador para redirigir la conversación. Pedirle a alguien que justifique su actitud puede ayudarle a ver lo mucho que se equivoca.
Los testigos pueden intervenir como grupo para mostrar su desaprobación hacia el comportamiento del acosador.
Camina junto a la víctima para disuadir al acosador.
Muchos acosadores tienen un trasfondo de violencia doméstica u otras formas de abuso que les hicieron pasar por una infancia traumática. Por lo tanto, si este es tu caso, plantéate ir a terapia.
Aunque no seas la víctima, las investigaciones demuestran que presenciar casos de acoso en el trabajo está asociado con un mayor riesgo de desarrollar depresión. En el caso de las víctimas, estas pueden acabar padeciendo insomnio, paranoia y una mayor ansiedad.
Fuentes: (Verywell Mind) (Psychology Today)
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Este problema no siempre se limita al entorno escolar
ESTILO DE VIDA Relaciones humanas
Cuando la mayoría de personas piensan en el acoso, lo primero que se les viene a la mente son los niños metiéndose los unos con los otros en el patio del colegio. Por desgracia, el acoso no es algo que se limite al entorno escolar, sino que también puede producirse entre adultos (p. ej. por parte de un jefe, una pareja, un compañero de trabajo, etc.). En esta galería ahondaremos en los diferentes tipos de abuso que pueden darse en la edad adulta y qué se puede hacer al respecto desde la postura de la víctima, del testigo o incluso del propio acosador. ¿Listo? ¡Adelante!