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La realidad de guardar secretos
- Aunque guardar secretos es algo muy habitual, los estudios apuntan a que es malo para nuestra salud física y mental.
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Consecuencias psicológicas negativas
- Callarse las cosas, ya sea un ascenso o la infidelidad de un familiar, tiene varios efectos negativos a nivel psicológico.
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Falta de sueño y trastornos mentales
- Está demostrado que guardar secretos aumenta la producción de hormonas del estrés, lo que a su vez afecta a la tensión arterial, provoca insomnio y aumenta el riesgo de desarrollar ansiedad y depresión.
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Consumo de sustancias y dolor crónico
- Los estudios también demuestran que quienes guardan secretos son más propensos a sufrir toxicomanía y dolor crónico.
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¿Por qué ocurre?
- ¿Por qué guardar secretos nos trae tantos quebraderos de cabeza? Una investigación reciente apunta a que el problema no es la ocultación de información como tal.
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Obsesión
- Más bien suele deberse a que no paramos de darle vueltas a la información que no podemos revelar y eso nos genera estrés.
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Estudio
- Según un estudio reciente de la Universidad de Columbia (EE. UU.), las personas que no paran de darle vueltas a sus secretos tienden a experimentar síntomas físicos y emocionales más graves.
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Falta de energía
- Esto se debe a que obsesionarnos con un secreto nos deja sin energía física y mental; la culpa y la vergüenza también pueden hacer que sintamos un profundo temor a que la información salga a la luz.
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Depende de la situación
- No obstante, el peso del secreto depende de su gravedad. No desvelarle a un amigo que le habéis preparado una fiesta sorpresa por su cumpleaños es una cosa...
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Secretos más serios
- Pero ocultar que alguien ha hecho trampa en un examen es otra. Los secretos que tienen que ver con comportamientos malsanos son los que más remordimientos suelen causar.
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10 / 31 Fotos
Ponerse en lo peor
- Estos secretos "más serios" tienden a generar un miedo que a su vez provoca un sentimiento de vergüenza. Cuando nos imaginamos qué pasaría si la gente se enterase, solemos ponernos en lo peor.
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Culpa vs. vergüenza
- Los expertos suelen distinguir la culpa de la vergüenza al hablar de los efectos psicológicos de guardar secretos.
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Culpa vs. vergüenza
- Estos términos a veces se utilizan como si fuesen intercambiables, pero en realidad hay algo que los distingue.
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Definiendo la culpa
- La culpa se describe como un remordimiento relacionado con una situación en particular. Solemos sentirla cuando sabemos que hemos hecho algo mal.
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Definiendo la vergüenza
- La vergüenza, por otro lado, nos lleva a dudar de nuestra identidad o a hacernos creer que no estamos sabiendo cumplir con las expectativas que han depositado en nosotros.
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Definiendo la vergüenza
- La vergüenza es algo que se puede sentir independientemente de si se ha hecho algo malo o no. Nos hace preguntarnos si tenemos algún problema en lugar de si hemos hecho algo cuestionable.
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La diferencia
- Cuando hablamos de secretos, la culpa y la vergüenza generan reacciones diferentes en las personas que los guardan. Los secretos que nos hacen sentirnos culpables pueden llevarnos a desear haber hecho las cosas de otra manera.
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La culpa no siempre es mala
- Por ejemplo, si te sientes culpable por ayudar a un compañero a hacer trampa en un examen, puedes aprovechar ese sentimiento para comportarte de forma diferente la próxima vez.
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La vergüenza siempre es negativa
- Los secretos que provocan vergüenza, sin embargo, son más angustiantes. Esto se debe a que pueden despojarnos de nuestra autoestima y hacer que nos sintamos abatidos.
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Cómo pasar página
- Por muy duros que puedan ser, los secretos suelen formar parte de la vida. Por lo tanto, ¿cómo evitamos que afecten a nuestra salud?
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Perspectiva
- Si llevas mucho tiempo guardando un secreto, pregúntate a ti mismo cómo de importante es esa información para la persona que eres hoy en día.
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Replanteamiento
- Si consideras que el secreto ya no afecta a tu identidad actual, vincularlo a tus elecciones o comportamientos pasados hará que sea más llevadero.
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Evasión
- También es buena idea evitar las situaciones en las que puedes tener que acabar ocultándole información perjudicial a tus seres queridos.
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La realidad
- Esto no siempre es fácil, sobre todo si sueles ser el confidente de otras personas.
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Poniendo límites
- Si esto te suena, puede que sea momento de poner límites a las personas cuyos secretos te están haciendo sentir incómodo.
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Poniendo límites - Recuerda que no hay nada de malo en decirle a la gente que hay ciertos temas que prefieres no tocar. Nunca deberías sentirte obligado a guardar un secreto que te hace sentir mal.
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26 / 31 Fotos
Buscar ayuda
- Pero si no puedes huir de los secretos y ves que están afectando a tu salud mental, busca ayuda profesional.
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27 / 31 Fotos
Buscar ayuda - Un psicólogo podrá darte las herramientas necesarias para ayudarte a procesar mejor la información.
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28 / 31 Fotos
Escribir
- Por último, prueba a escribir sobre cómo te sientes. A veces, dejar las cosas por escrito nos ayuda a quitarnos un peso de encima.
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29 / 31 Fotos
Escribir
- Escribir un diario es una gran alternativa a compartir el secreto con una persona de confianza, lo que también es otra opción, pero una con la que no todo el mundo cuenta. Fuentes: (Well+Good) (Caron Treatment Centers)
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La realidad de guardar secretos
- Aunque guardar secretos es algo muy habitual, los estudios apuntan a que es malo para nuestra salud física y mental.
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Consecuencias psicológicas negativas
- Callarse las cosas, ya sea un ascenso o la infidelidad de un familiar, tiene varios efectos negativos a nivel psicológico.
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Falta de sueño y trastornos mentales
- Está demostrado que guardar secretos aumenta la producción de hormonas del estrés, lo que a su vez afecta a la tensión arterial, provoca insomnio y aumenta el riesgo de desarrollar ansiedad y depresión.
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Consumo de sustancias y dolor crónico
- Los estudios también demuestran que quienes guardan secretos son más propensos a sufrir toxicomanía y dolor crónico.
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¿Por qué ocurre?
- ¿Por qué guardar secretos nos trae tantos quebraderos de cabeza? Una investigación reciente apunta a que el problema no es la ocultación de información como tal.
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Obsesión
- Más bien suele deberse a que no paramos de darle vueltas a la información que no podemos revelar y eso nos genera estrés.
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Estudio
- Según un estudio reciente de la Universidad de Columbia (EE. UU.), las personas que no paran de darle vueltas a sus secretos tienden a experimentar síntomas físicos y emocionales más graves.
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Falta de energía
- Esto se debe a que obsesionarnos con un secreto nos deja sin energía física y mental; la culpa y la vergüenza también pueden hacer que sintamos un profundo temor a que la información salga a la luz.
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Depende de la situación
- No obstante, el peso del secreto depende de su gravedad. No desvelarle a un amigo que le habéis preparado una fiesta sorpresa por su cumpleaños es una cosa...
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Secretos más serios
- Pero ocultar que alguien ha hecho trampa en un examen es otra. Los secretos que tienen que ver con comportamientos malsanos son los que más remordimientos suelen causar.
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Ponerse en lo peor
- Estos secretos "más serios" tienden a generar un miedo que a su vez provoca un sentimiento de vergüenza. Cuando nos imaginamos qué pasaría si la gente se enterase, solemos ponernos en lo peor.
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Culpa vs. vergüenza
- Los expertos suelen distinguir la culpa de la vergüenza al hablar de los efectos psicológicos de guardar secretos.
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Culpa vs. vergüenza
- Estos términos a veces se utilizan como si fuesen intercambiables, pero en realidad hay algo que los distingue.
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Definiendo la culpa
- La culpa se describe como un remordimiento relacionado con una situación en particular. Solemos sentirla cuando sabemos que hemos hecho algo mal.
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Definiendo la vergüenza
- La vergüenza, por otro lado, nos lleva a dudar de nuestra identidad o a hacernos creer que no estamos sabiendo cumplir con las expectativas que han depositado en nosotros.
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Definiendo la vergüenza
- La vergüenza es algo que se puede sentir independientemente de si se ha hecho algo malo o no. Nos hace preguntarnos si tenemos algún problema en lugar de si hemos hecho algo cuestionable.
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La diferencia
- Cuando hablamos de secretos, la culpa y la vergüenza generan reacciones diferentes en las personas que los guardan. Los secretos que nos hacen sentirnos culpables pueden llevarnos a desear haber hecho las cosas de otra manera.
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La culpa no siempre es mala
- Por ejemplo, si te sientes culpable por ayudar a un compañero a hacer trampa en un examen, puedes aprovechar ese sentimiento para comportarte de forma diferente la próxima vez.
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La vergüenza siempre es negativa
- Los secretos que provocan vergüenza, sin embargo, son más angustiantes. Esto se debe a que pueden despojarnos de nuestra autoestima y hacer que nos sintamos abatidos.
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Cómo pasar página
- Por muy duros que puedan ser, los secretos suelen formar parte de la vida. Por lo tanto, ¿cómo evitamos que afecten a nuestra salud?
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Perspectiva
- Si llevas mucho tiempo guardando un secreto, pregúntate a ti mismo cómo de importante es esa información para la persona que eres hoy en día.
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Replanteamiento
- Si consideras que el secreto ya no afecta a tu identidad actual, vincularlo a tus elecciones o comportamientos pasados hará que sea más llevadero.
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Evasión
- También es buena idea evitar las situaciones en las que puedes tener que acabar ocultándole información perjudicial a tus seres queridos.
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La realidad
- Esto no siempre es fácil, sobre todo si sueles ser el confidente de otras personas.
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Poniendo límites
- Si esto te suena, puede que sea momento de poner límites a las personas cuyos secretos te están haciendo sentir incómodo.
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Poniendo límites - Recuerda que no hay nada de malo en decirle a la gente que hay ciertos temas que prefieres no tocar. Nunca deberías sentirte obligado a guardar un secreto que te hace sentir mal.
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Buscar ayuda
- Pero si no puedes huir de los secretos y ves que están afectando a tu salud mental, busca ayuda profesional.
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Buscar ayuda - Un psicólogo podrá darte las herramientas necesarias para ayudarte a procesar mejor la información.
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Escribir
- Por último, prueba a escribir sobre cómo te sientes. A veces, dejar las cosas por escrito nos ayuda a quitarnos un peso de encima.
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Escribir
- Escribir un diario es una gran alternativa a compartir el secreto con una persona de confianza, lo que también es otra opción, pero una con la que no todo el mundo cuenta. Fuentes: (Well+Good) (Caron Treatment Centers)
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Secretos: una carga psicológica difícil de soportar
La discreción también tiene sus consecuencias
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Si alguna vez has tenido que guardar un gran secreto, puede que estés familiarizado con el peso de esta carga y con su efecto en tu salud mental. La responsabilidad y la preocupación por irte de la lengua y acabar hiriendo a alguien pueden ser demasiado. Aun así, no todos los secretos son iguales y algunos son más perjudiciales para nuestra calidad de vida que otros. Si quieres saber cuáles son sus repercusiones psicológicas, ¡sigue leyendo!
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