Al igual que con cualquier otro tipo de deporte, es importante empezar por calentar. Saltarte este paso puede hacer que acabes con muchas más agujetas o que incluso te lesiones.
Estira las piernas, los brazos, las manos y los pies antes de ponerte a ello. Lo ideal es que calientes entre 5 y 10 minutos antes de cada sesión.
Asimismo, al igual que con cualquier otra disciplina, lo mejor es practicarla con regularidad. Unas pocas horas a la semana a lo largo de varias sesiones de 30 minutos pueden hacer toda la diferencia.
Hacer ejercicio con moderación durante tan solo 30 minutos al día puede ayudar a reducir el colesterol y la presión arterial, así como prevenir la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Si puedes, es buena idea variar los movimientos que haces mientras cuidas del jardín. Dedícale un cierto tiempo a cada actividad y ve rotando.
Algunas actividades y movimientos (como agacharse y deshierbar) son más exigentes que otros, por lo que conviene ir alternándolos para evitar el sobreesfuerzo.
Para evitar el sobreesfuerzo o las lesiones deberás practicar el agacharte y levantar pesos de forma controlada. Cuando cargues con macetas, por ejemplo, dobla las piernas y no la espalda.
Asimismo, cuando necesites agacharte a por algo, hazlo de cuclillas y no doblándote. De esa forma mantendrás la curva natural de la espalda.
Es perfectamente posible practicar jardinería sin aumentar el ritmo cardiaco, ¡pero eso no cuenta como deporte!
Entre las actividades que aumentan el ritmo cardiaco se encuentran cavar, rastrillar, deshierbar, segar y remover el compost.
Si ya has cavado alguna vez, ya sea en un jardín o una playa, sabrás que puede ser una tarea de lo más exigente. Dedicarle unos pocos minutos a esta actividad es más que suficiente para aumentar las pulsaciones.
Si quieres aprovechar la jardinería para ponerte en forma, ¿por qué no te acercas al jardín comunitario más cercano y cavas tu propio huerto?
Rastrillar hojas tampoco es moco de pavo. De hecho, ¡muchas personas evitan hacerlo precisamente por eso!
Mantener el jardín libre de hojas durante los meses de otoño e invierno puede ser todo un reto, por lo que en realidad es la oportunidad perfecta para hacer ejercicio con regularidad.
Aunque sea la actividad menos glamurosa, deshierbar es otra manera muy efectiva de ponerse en forma.
Cualquiera que lo haya intentado alguna vez sabrá lo difícil que puede llegar a ser arrancar hierbajos. Así que ya sabes: ¡ponte manos a la obra!
Esto puede que sea más fácil para quienes tienen césped, pero segar es una manera estupenda de ponerse en forma. Si tienes un jardín grande, ¡aprovecha!
No obstante, si no tienes césped en tu jardín, ¡no temas! ¿Por qué no les preguntas a tus amigos y vecinos si necesitan ayuda con el suyo?
Para remover el compost se necesitan muchos músculos importantes, por lo que puede ser un ejercicio muy efectivo.
Cuanto mayor sea la pila, más exigente será la tarea. Si necesitas removerla varias veces por semana, ya tienes el deporte garantizado.
Ahora que ya hemos visto los beneficios que la jardinería tiene para el cuerpo, es momento de centrarnos en los que tiene para la mente.
La jardinería puede hacer que te sientas satisfecho y realizado. De hecho, está demostrado que nos ayuda a mejorar nuestra forma de ver la vida en general.
Incluso se ha llegado a decir que la jardinería ayuda a que nuestro cuerpo libere hormonas que fomentan la alegría y la felicidad.
La jardinería también viene de perlas para dejar la mente en blanco y desestresar. Muchas personas recurren a esta práctica para recuperarse del cansancio mental.
Al igual que el aspecto físico de la jardinería puede ayudar a reducir la presión arterial, el hecho de que disminuya el estrés también contribuye.
Es más, hay pruebas que apuntan a que el mero de hecho de contemplar plantas puede ayudar a reducir el enfado y la tensión muscular.
La jardinería no solo es buena para la salud mental, sino que también ayuda a cuidar del cerebro a largo plazo.
Está demostrado que la jardinería ayuda a prevenir la demencia en mayores gracias al hecho de que ejercita las áreas del cerebro responsables de la creatividad y el aprendizaje.
La jardinería puede incluso ayudar a quienes ya padecen demencia, ya que favorece su salud mental y reduce la agresividad.
En resumidas cuentas, la jardinería es una forma estupenda de mantenerte sano a nivel físico y mental. ¿A qué esperas para darle una oportunidad?
Fuentes: (WikiHow)
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Si quieres ponerte en forma pero no sabes por dónde empezar, ¿por qué no recurres a tu jardín? La jardinería no solo es un pasatiempo muy agradable, sino también una manera estupenda de cuidar de tu salud. Tan solo 30 minutos al día cavando, segando o deshierbando pueden hacer toda la diferencia. Y si no tienes jardín propio, ¡no temas! Existen varias opciones a las que también puedes recurrir, como jardines comunitarios, asociaciones, parcelas de amigos o vecinos, etc. Si quieres saber cómo sacarle el máximo partido al tiempo que pasas en compañía de las plantas, ¡sigue leyendo!
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ESTILO DE VIDA Jardinería
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