El matrimonio de Carlos y Diana no empezó bien. No es solo que su relación antes de casarse fuese tirante, sino que su noche de bodas fue una más de las muchas catastróficas desdichas por las que pasaron mientras estuvieron juntos.
Pero según la escritora, Carlos tampoco es que impresionase mucho a Diana. Al parecer, se quejó de que el por aquel entonces príncipe no se esforzaba lo más mínimo y de casi no se acostaron durante la luna de miel.
La noche de bodas de Catalina II y Pedro III fue de todo menos romántica. El emperador de Rusia solía estar borracho y ese día no fue ninguna excepción.
Al parecer, Catalina tuvo que esperar varias horas por él en la cama y cuando por fin llegó se echó a dormir. Encantador, ¿a que sí?
También parece ser que Pedro estaba más interesado en los soldados en miniatura que guardaba bajo la cama que en su mujer. Catalina llegó a decir que nunca consumaron su matrimonio, lo que ha llevado a muchos historiadores a creer que los hijos que tuvo fueron de otros hombres.
La noche de bodas del último emperador chino y su mujer, Gobulo Wan Ring, fue una verdadera pesadilla. Al parecer, la decoración roja de sus aposentos en el Palacio de la Pureza Celestial sobrecogió al joven Puyi.
El emperador entró en pánico y huyó, dejando a su mujer sola durante toda la noche.
"Miré a mi alrededor y vi que todo era rojo como una vela bermellón derretida. No sabía si quedarme de pie o sentarme", dijo el emperador.
Según la tradición, los recién casados tenían que ser vistos compartiendo lecho por los altos cargos de la corte antes de que corriesen las cortinas. Sin embargo, esto hizo que Luis de Francia se acordase de su difunta primera esposa, María Teresa Rafaela de España, y se echase a llorar.
Al final, no les quedó más remedio que consumar para no decepcionar a los invitados. A pesar del arranque de nostalgia del monarca, ambos disfrutaron de un matrimonio largo y fructífero.
Para poder casarse con ella, Enrique VIII dijo que su anterior cuñada, Catalina de Aragón, nunca había llegado a consumar su matrimonio con su hermano, Arturo Tudor.
Pero cuando el monarca quiso divorciarse, cambió la versión de la historia y dijo que Catalina y Arturo sí se habían llegado a acostar.
Aunque Catalina reconoció que ambos habían compartido lecho en siete ocasiones, ella permaneció tan "intacta e incorrupta como el día que salió del útero de su madre". Al parecer, Arturo era demasiado débil como para hacer otra cosa con ella que no fuese dormir.
Luis XVI y María Antonieta se conocieron a escasas horas de darse el sí quiero, por lo que su noche de bodas fue más bien incómoda.
Al parecer no llegaron a acostarse. Se cree que el monarca sufría de fimosis, un problema genital que puede hacer que las erecciones sean dolorosas.
Según Marie Antoinette: The Journey, de Antonia Fraser, no es que Luis tuviese un problema de salud, sino que simplemente no sabía qué tenía que hacer. Al parecer, ambos tardaron más de siete años en acostarse.
El matrimonio, concertado por el padre de él, empezó con mal pie. "Gracias a Dios ya ha pasado", le escribió Federico II a su hermana en una carta.
No estamos del todo seguros de qué fue lo que el monarca quiso decir exactamente, pero sí se sabe que él e Isabel Cristina no tenían buena relación. Incluso llegó a describir a su mujer como "una subespecie rancia e incorregible del sexo femenino". ¡Guau!
A pesar de todo, ambos llegaron a consumar su matrimonio. Nueve meses después nació su hija, Carlota Augusta de Gales.
Enrique VIII solo tenía un heredero cuando se casó con Ana de Cléveris, por lo que tener más hijos entraba en sus planes. El hermano de ella, Guillermo, era el líder de los protestantes en la Alemania occidental.
Enrique VIII accedió a casarse con ella tras ver un retrato suyo. Sin embargo, cuando la conoció en persona, consideró que no se parecía en nada a lo que había visto y no se sintió atraído por ella. Tanto fue así, que cuando llegó el momento de consumar el matrimonio, él la dejó "tal y como la había encontrado".
A pesar de los problemas de infidelidad de Alejandro, la pareja contrajo matrimonio en el 324 a.C. Ese mismo día, su fiel compañero Hefestión se casó con la hermana de Estatira, Dripetis.
Lo que ninguna de las novias sabía es que Alejandro y Hefestión tenían una relación romántica. Al parecer, ambos decidieron pasar su noche de bodas juntos antes que con sus respectivas esposas.
Guillermo III no solo se casó con su prima, sino que también se rumoreaba que era homosexual, por lo que la joven María se sentía cuanto menos aprensiva ante la idea de yacer con su marido.
Sobra decir que la noche de bodas no salió nada bien. Guillermo no mostró ningún interés por el rito conyugal e incluso se negó a desvestirse. Nunca tuvieron hijos.
Ildico pasó a formar parte del harén de Atila en el 453 d.C. La boda se celebró por todo lo alto y duró varias horas, por lo que Atila tuvo tiempo de sobra para embriagarse antes de ir en busca de su mujer.
Al día siguiente lo encontraron muerto. Al parecer, sufrió una hemorragia nasal mientras perseguía a su mujer por los aposentos. Probablemente se cayó o se dio un golpe contra algo, lo que hizo que acabase ahogándose en su propia sangre. ¡Puede que esta se lleve el premio a peor noche de bodas!
Fuentes: (Town & Country) (The Cut) (HistoryExtra) (Grunge) (Historic UK) (History Ireland) (ThoughtCo.)
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El alcohol también estropeó la noche de bodas de Jorge IV y Carolina de Brunswick-Wolfenbüttel. Al parecer, el monarca estuvo totalmente ebrio durante la ceremonia, llegando a perderse una parte y a llorar en el altar.
Según The Diana Chronicles (2007) de Tina Brown, Carlos le dijo a un amigo que la noche de bodas "no fue nada especial" porque aunque no estuvo del todo mal, Diana era "terriblemente inocente".
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ESTILO DE VIDA Realeza
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