Todos hemos pasado por ese momento angustiante de no recordar el nombre de alguien o tener la respuesta en la punta de la lengua.
No cabe duda de que olvidar cosas resulta molesto. No obstante, los estudios demuestran que puede llegar a ser una técnica de lo más valiosa.
Para entender cómo el olvido puede beneficiarnos, antes necesitamos comprender cómo funcionan los recuerdos. Lo primero que hay que saber es que no existen recuerdos débiles o intensos.
Más bien se componen de dos factores: la recuperación y el almacenamiento. El primero hace referencia a cómo de rápido podemos evocar un recuerdo.
El almacenamiento está relacionado con el arraigo de dicho recuerdo en tu cabeza. Veamos algunos ejemplos para poder entenderlo mejor.
Un recuerdo fácil de recuperar y almacenar es, por ejemplo, el nombre de tus padres o hermanos.
Por el contrario, te costará recuperar y almacenar un número de teléfono que has intentado memorizar hace cinco minutos.
El nombre de alguien a quien acabas de conocer en una fiesta puede que sea fácil de recuperar, pero no de almacenar. ¡Los nombres se olvidan muy rápido!
Por último, la letra de tu canción favorita está bien almacenada, pero no siempre es fácil de recuperar.
Utilizar el olvido como una ventaja se basa en encontrar el equilibrio entre una capacidad y la otra.
Los estudios demuestran que podemos aumentar nuestra capacidad de almacenamiento de recuerdos mediante lo que los expertos denominan "recuperación forzada".
Básicamente, significa que si aprendemos algo nuevo, lo olvidamos temporalmente y poco después hacemos un esfuerzo por acordarnos, estaremos aumentando nuestras probabilidades de recordarlo a largo plazo.
Imagina que estás en una fiesta y acaban de presentarte al amigo de un amigo.
Aunque te repitas a ti mismo su nombre durante cinco veces seguidas, lo más probable es que al día siguiente ya ni te acuerdes de él.
Sin embargo, si buscas a esa persona con la mirada una hora más tarde después de conocerla y haces un esfuerzo por acordarte de su nombre, aumentarás las probabilidades de recordarlo al día siguiente.
La recuperación forzada nos ayuda a aumentar el almacenamiento y recuperación de recuerdos, lo que hará que retener la información a largo plazo sea mucho más factible.
El olvido "programado" puede ser muy beneficioso para quienes estudian. Aunque al principio pueda resultar molesto, al final da sus frutos.
Espaciar las sesiones de estudio permite generar ese tipo de olvido que, en última instancia, ayuda a tener mejores recuerdos. Cambiar de una materia a otra también tiene el mismo efecto.
Dejar a un lado los apuntes y volver a ellos un tiempo después también puede ser beneficioso para aquellos estudiantes con una falsa sensación de control.
Esto se debe a que las cosas que fueron fáciles de recordar durante una sesión de estudio puede que no sean tan sencillas de recuperar unos días más tarde.
A pesar de los efectos beneficiosos de este enfoque, la mayoría de sistemas educativos no lo favorecen.
De hecho, las investigaciones demuestran que los estudiantes que se preparan para el examen la noche anterior suelen sacar mejores notas que quienes no lo dejan para el último minuto.
Solo semanas o meses después de los exámenes se puede apreciar que quienes estudiaron de forma gradual recuerdan mejor las cosas.
Pero, claro está, para entonces los procrastinadores ya se han llevado el premio.
En este sentido, podría decirse que los sistemas educativos actuales no incentivan las técnicas de aprendizaje que hacen que los alumnos retengan a largo plazo la información que reciben en clase.
Eso no quiere decir que esta técnica no se pueda poner en práctica en otras circunstancias. La próxima vez que quieras aprender algo nuevo, ¿por qué no la pruebas?
Si, por ejemplo, quieres aprender una serie de palabras en otro idioma, intenta repetirlas cinco veces y dejarlas a un lado. Vuelve a leer la lista unas horas más tarde y repite el ejercicio para ayudar a que la información empiece a hacerse un hueco en tu memoria.
El cerebro tiene una capacidad asombrosa para retener información, por lo que técnicas como esta pueden ayudarnos a sacarle el máximo provecho.
Fuentes: (BBC)
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ESTILO DE VIDA Memoria
Cuando somos incapaces de recordar algo por más que nos esforcemos, cuesta creer que la mala memoria sea algo positivo. Sin embargo, los estudios demuestran que si la utilizamos como es debido, nuestra capacidad para olvidar las cosas puede llegar a beneficiarnos. Si quieres saber cómo, ¡sigue leyendo!