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¿Qué es la comunicación efectiva? - La comunicación eficaz se produce cuando se intercambian ideas, pensamientos, conocimientos, etc., de forma que el mensaje se reciba con claridad. A continuación se indican varios pasos que te ayudarán a conseguirlo.

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Escucha activa -

Guarda los dispositivos electrónicos y presta toda tu atención al orador. Asegúrate de mantener el contacto visual y evita interrumpir.

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Mostrar empatía -

Dedicar tiempo a intentar comprender el punto de vista del interlocutor y validar sus sentimientos puede demostrarle que te importa y que te interesa la conversación.

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Utiliza preguntas abiertas -

Una simple frase como "Cuéntame más" puede abrir la conversación, ya que anima al interlocutor a explayarse y expresarse con plenitud.

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Presta atención al lenguaje no verbal - Prestar mucha atención al lenguaje corporal puede ayudar a crear un entorno seguro para que el orador se muestre vulnerable.

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Practica la escucha reflexiva -

Repite una versión abreviada de lo que acaba de decir el orador, para demostrar que lo has entendido y que estás realmente interesado.

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Usa el humor de forma apropiada -

Cuando se introduce adecuadamente en la conversación, el humor puede aligerar el ambiente y establecer una buena relación. Pero es importante asegurarte de que las risas no son a costa de los demás.

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Evita las distracciones -

Intenta minimizar las distracciones y presta atención al orador para demostrarle respeto y compromiso.

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Sé flexible -

La gente necesita y quiere cosas distintas cuando se comunica. Sé flexible y adapta tu estilo de comunicación para facilitar el entendimiento y la relación.

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Ofrece críticas constructivas - En primer lugar, pregunta si tu interlocutor está dispuesto a recibir comentarios. Si es así, coméntale tus ideas de forma comprensiva, centrándote en comportamientos y soluciones concretas.

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Sé conciso/a -

A veces, las historias o los comentarios llevan más tiempo del previsto. No obstante, procura no divagar ni salirte por la tangente, para garantizar la claridad.

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Evita las críticas y los juicios -

Crear un espacio seguro, sin prejuicios y acogedor para una comunicación abierta ayudará a que la conversación fluya mejor y a generar confianza entre las partes implicadas en la conversación.

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Ofrece validación -

Discrepar con alguien es inevitable. Sin embargo, lo que marca la diferencia es la forma de gestionar el desacuerdo. Reconoce los sentimientos de la otra persona, aunque no estés de acuerdo.

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Sé honesto y paciente -

A veces, las conversaciones pueden ser difíciles. Pero hablar abiertamente y con sinceridad, aunque el mensaje sea complejo, es clave.

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Sé consciente y comprensivo con las diferencias culturales -

El lugar de donde venimos puede influir mucho en nuestra forma de comunicarnos. Asegúrate de respetar las normas culturales y las diferencias en los estilos de comunicación para evitar malentendidos.

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Pregunta cuando tengas dudas -

Puede que algo de lo que se ha dicho no tenga sentido para ti. Pedir aclaraciones o que te repitan algo si no estás seguro puede ayudar a evitar malentendidos y garantizar una comunicación clara.

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Practica la asertividad -

Aunque es importante ser complaciente con el interlocutor, tus necesidades son igualmente importantes. Asegúrate de comunicar tus necesidades, preferencias y límites, respetando al mismo tiempo las necesidades de los demás.

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Habla desde el "yo" -

Cuando expreses tus pensamientos, sentimientos y opiniones, asegúrate de utilizar frases con "yo" que eviten culpar o acusar a la otra persona.

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Utiliza lenguaje positivo -

Para inspirar la cooperación, y posiblemente incluso  motivación, intenta siempre enmarcar sus mensajes de forma positiva y alentadora.

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Expresa aprecio -

Mostrar gratitud y aprecio por el tiempo, el esfuerzo y las contribuciones de la otra persona fomenta una comunicación positiva y abierta. Puede ser tan sencillo como decir: "Gracias".

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Ofrece apoyo -

Las conversaciones difíciles y desafiantes pueden ser duras. Para hacerlas un poco más fáciles, ofrece apoyo y ánimo a la otra persona, ya que le ayudará sentirse apoyada y escuchada.

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Haz un seguimiento -

Un aspecto que a menudo se pasa por alto en el éxito de una conversación es el seguimiento. Dedicar tiempo al seguimiento después de la conversación demuestra el compromiso de garantizar la claridad y que te importa.

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Evita estar a la defensiva -

Puede ser más fácil decirlo que hacerlo, pero haz todo lo posible por mantener una actitud abierta y evitar ponerte a la defensiva en las conversaciones difíciles o conflictivas.

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Practica la paciencia - Sé paciente y dale tiempo a la otra persona para que se exprese plenamente, sobre todo si le cuesta encontrar las palabras adecuadas.

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Conócete mejor -

Reflexiona sobre tu propio estilo y hábitos de comunicación, y estate abierto a recibir comentarios para mejorar continuamente.

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Estate dispuesto a oír "no" -

No siempre oirás la respuesta que esperas. A veces, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, la respuesta seguirá siendo "no". Aprende a aceptarlo.

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Sé responsable de tus sentimientos -

Es importante conocerse a uno mismo. Después de todo, ¿cómo puedes comunicarte eficazmente con los demás sin saber realmente de dónde vienes?

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Evita interrumpir o intentar redirigir la conversación -

Es importante no interrumpir cuando otra persona está hablando. Cuando interrumpimos, demostramos al orador que nos importan más nuestras ideas que lo que tiene que decir.

Fuentes: (Forbes) (Coursera) (Medium) (eLearning Industry) (DailyGood) (HelpGuide.org)

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