Los gatos son criaturas misteriosas. Aunque nos parezcan adorables, también tienen carácter. Por este motivo, aunque intentes hacer feliz al tuyo con mimos, juguetes y golosinas, puede que algunos gestos, por bienintencionados que sean, no generen la respuesta que te esperabas de tu amigo gatuno. Y no solo eso, ¡sino que puede que reaccione muy mal! Si quieres saber qué es lo que saca de quicio a los felinos, ¡sigue leyendo!
Los gatos son criaturas de hábitos, por lo que no llevan bien los cambios, ya sea un nuevo arenero, una mudanza o cualquier otra cosa.
Sin embargo, pasarse día sí y día también en un entorno que no cambia lo más mínimo también puede ser muy aburrido para ellos. Regálale juguetes interactivos de vez en cuando para estimularle y hacer que se acostumbre más a los cambios.
Darle la bienvenida a un nuevo miembro de la familia puede ser estresante para los gatos, por lo que no esperes que reciba al bebé con las patas abiertas. No obstante, hay formas de prepararlo para su llegada, como ponerle sonidos de bebé de fondo antes de dar a luz.
La música alta, los gritos, el karaoke en el salón, las risas estridentes, los fuegos artificiales y los sonidos de las obras son una auténtica pesadilla para los sensibles oídos de los gatos.
Los gatos se limpian solos, pero de vez en cuando puede ser necesario darles un baño. Algo que detestan a más no poder, claro.
Por regla general, los gatos son muy sensibles en lo que a olores se refiere, sobre todo si proceden de productos perfumados como las colonias o los desodorantes.
Aunque a nosotros nos haga gracia, ponerle ropa o disfraces a los gatos es algo que los saca de quicio.
Al contrario que los perros, los gatos odian que les toquen la barriga. Así que hazle un favor al tuyo y deja esa zona tan vulnerable de su cuerpo en paz.
Presta atención a cómo reacciona tu gato cuando los desconocidos intentan acariciarlo. Si quiere relacionarse con ellos, se mostrará sociable tras olerles. De lo contrario, se irá y no querrá saber de ellos.
La mayoría de gatos detesta el papel de aluminio, el plástico duro y las superficies pegajosas. Por lo tanto, si quieres que el tuyo deje de pasearse por la encimera, ¡ya sabes cómo mantenerlo alejado!
A los niños pequeños les divierte mucho tirar a los gatos del rabo, pero ellos lo detestan. Si tienes hijos, ¡no dejes que se salgan con la suya!
Una de las reglas básicas de tener gato es dejar que sea él el que vaya a ti y no al revés.
Aunque tu gato no sea muy fan de las muestras exacerbadas de cariño, es perfectamente consciente de que tú eres su cuidador. ¡Eso quiere decir que se pone triste cuando pasas mucho tiempo fuera de casa!
Imagina ir al baño y que el inodoro esté sucio. Te daría asco, ¿verdad? ¡Lo mismo les pasa a los gatos con el arenero! Por lo tanto, asegúrate de limpiárselo todos los días o lo más frecuentemente posible.
Esto cae de cajón, pero los gatos odian la comida en mal estado. Como hemos mencionado antes, son muy sensibles a los olores, por lo que si algo no está bien, lo rechazarán. Asegúrate de que la comida no esté caducada antes de dársela.
No es ninguna sorpresa que los gatos odien ir en transportín. ¿Te imaginas que te metiesen en una especie de jaula y te llevasen de un sitio a otro?
Uno de los principales motivos por los que los gatos detestan ir en auto es porque se trata de un entorno alarmante y desconocido. Si tienes que llevártelo a menudo contigo, intenta dar vueltas cortas con él por el vecindario y recompensarle por su buen comportamiento. De esa forma le ayudarás a acostumbrarse.
Algunos dueños mecen a sus gatos como si fuesen bebés, pero esto es algo que puede ser muy estresantes para ellos, ya que se trata de una postura de la que no les resulta fácil escapar.
A nadie le gusta tomar medicamentos y lo mismo les ocurre a los gatos. Para que el proceso sea más sencillo, prueba a darle las pastillas envueltas en una loncha de pavo o algo que le guste. De esa forma te será más fácil engañarle.
Los niños y los gatos tienen algo en común: odian que los peinen. Si vas a cepillar a tu gato, hazlo en un momento en el que esté tranquilo.
Los gatos son muy escrupulosos con la comida, por lo que a veces cuesta dar con una marca que les guste. Una vez sepas cuál es la preferida del tuyo, intenta comprarle siempre la misma.
A pesar de estar cubiertos por una mata de pelo, a los gatos les gusta el calor. Por lo tanto, intenta que la casa siempre tenga una temperatura agradable para que se sienta a gusto.
Esto depende del gato que tengas. Algunos son muy escrupulosos con la arena y siempre quieren tenerla limpia. Por eso, a veces hace falta tener más de un arenero por casa, sobre todo tienes varios gatos.
Si decides traer otro felino a casa, ten por seguro que a tu gato no le hará mucha gracia. Intenta mantenerlos separados hasta que se acostumbren el uno al otro.
Si le sostienes la mirada a tu gato, lo más probable es que lo interprete como un gesto de agresión y dominancia, por lo que se sentirá intimidado. ¡Evita hacerlo!
Si vas a jugar con tu gato, asegúrate de que sea durante un buen rato. ¡Los gatos odian que les pongas la miel en los bigotes solo para quitársela al poco de empezar!
Despertar a un gato que está durmiendo nunca es buena idea. Recuerda que los felinos descansan entre 15 y 20 horas diarias, por lo que valoran cada segundo.
Los perros pueden ser muy intimidantes, por lo que si vas a traer alguno a casa, asegúrate de que tu gato tenga algún sitio donde esconderse si no quiere socializar con él.
Todos los gatos gestionan la atención de sus dueños de forma diferente, pero la mayoría no tolera los besos y los abrazos. Las caricias en la cabeza y la parte posterior del lomo están bien, pero solo si se muestran receptivos.
Fuentes: (Reader's Digest) (The Spruce Pets)
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Los gatos son criaturas misteriosas. Aunque nos parezcan adorables, también tienen carácter. Por este motivo, aunque intentes hacer feliz al tuyo con mimos, juguetes y golosinas, puede que algunos gestos, por bienintencionados que sean, no generen la respuesta que te esperabas de tu amigo gatuno. Y no solo eso, ¡sino que puede que reaccione muy mal! Si quieres saber qué es lo que saca de quicio a los felinos, ¡sigue leyendo!