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El final de la fase de luna de miel es difícil, pero normal - Al igual que todas las fases que vienen y van, la de la luna de miel es natural e importante. Se trata de un momento de pura felicidad y comodidad en el que las parejas rara vez discutan y pasan mucho tiempo juntas. Durante este periodo el vínculo se vuelve más íntimo y pensamos que la otra persona es perfecta. Al ser tan ideal, cuesta dejar esta fase atrás.

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Cómo saber si estáis saliendo de ella -

Los expertos en relaciones suelen decir que esta fase termina al cabo de seis meses o dos años en función de la pareja. Hay que tener en cuenta que esto no implica que la intensidad o la intimidad lleguen a su fin, pero habrá una diferencia considerable.

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No os estreséis -

Si el hecho de que vuestra relación ya no sea como al principio os estresa, solo haréis que las cosas sean más difíciles. Que la dinámica cambie no quiere decir que la relación esté abocada al fracaso.

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Entended cuál es el precio de la prioridad -

Una de las principales razones por las que la fase de luna de miel acaba es porque en la vida a veces hay otras prioridades que hacen que la relación pase a un segundo plano. No obstante, existen muchas formas de seguir apostando por ella.

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Entended cuál es el precio de la prioridad -

Sacar tiempo para demostrar vuestro interés en la relación (p. ej. yendo de vacaciones o saliendo a cenar una vez por semana) os ayudará a demostraros mutuamente lo mucho que os importáis a pesar de la rutina.

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Dejad claro qué queréis y necesitáis -

Una vez pasa la fase de luna de miel, llegan las necesidades y las expectativas. Os podéis ahorrar muchas discusiones si dejáis claro desde el principio qué buscáis en el otro.

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Tened pequeños gestos de compromiso -

Dejar un cajón libre o un cepillo de dientes en la casa del otro son pequeños gestos que calan muy hondo.

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Preparaos para que los defectos salgan a flote -

Durante la fase de luna de miel, los defectos del otro pueden parecen encantadores y hasta adorables. Cuando esto cambia, es importante recordar que es algo que podría ocurrir con cualquier otra persona.

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Sed realistas con las críticas -

Aunque seáis conscientes de todos estos defectos, debéis tener en cuenta que es algo mutuo. Se trata de un proceso crucial para ver si sois capaces de aceptaros tal y como sois o no. Por lo tanto, ser realista y entender que tu pareja nunca va a ser perfecta puede hacer que el proceso sea más llevadero.

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Poned reglas para las discusiones -

Tras la fase de luna de miel, las discusiones puede parecer peores de lo que realmente son simplemente por tratarse de algo nuevo. Sin embargo, es la oportunidad perfecta para poner reglas que os ayuden a sobrellevar los desacuerdos, como usar un tono cariñoso, no interrumpir, abrazaros, etc.

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Practicad el perdón -

En la fase de luna de miel solemos "perdonar" los pequeños defectos porque nos centramos en otros aspectos, pero una vez pase es importante abordar la relación desde el perdón. De lo contrario, se os hará más difícil superar los problemas que puedan surgir.

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Esforzaos por seguir conociéndoos -

Una de las razones por las que la fase de luna de miel es tan maravillosa es porque es un constante descubrimiento. Intentad mantener esa energía y seguid conociéndoos por mucho tiempo que pase.

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Coquetead -

Que llevéis mucho tiempo juntos no quiere decir que tengáis que dejar de flirtear. De hecho, hacerlo os ayudará a mantener viva la pasión.

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Halagaos -

Solo porque os hayáis dicho un millón de veces lo bien que os veis no quiere decir que os canséis de escucharlo, ¿verdad? La clave está en que no dudéis de si aún seguís siendo atractivos a ojos del otro.

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Haced cambios en vuestro estilo de vida -

Puede que a uno le guste más salir que al otro. Intentad encontrar un equilibrio entre vuestros hábitos para hacer que la transición sea más llevadera y lograr una dinámica sostenible.

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No os paséis de la raya -

Aunque el primer impulso para contrarrestar el distanciamiento sea hacer más planes juntos, en realidad es buena idea que hagáis cosas por separado para no perder vuestra identidad y mantener viva la llama que hizo que os interesaseis al principio.

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Responsabilizaos de vuestra propia felicidad -

Hay quienes vuelcan su felicidad en la otra persona y, una vez pasa la fase de luna de miel, culpan a la relación y deciden romperla. Por desgracia, ese suele ser un motivo de separación bastante habitual. Reconocer que tu pareja no es responsable de tu felicidad hará que afrontéis los problemas juntos en lugar de discutir y culparos el uno al otro.

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Practicad la intimidad -

Al contrario de lo que se cree, la intimidad es un músculo que requiere ejercicio para mantenerse en forma. Hay que saber escuchar y entender los sentimientos ajenos y propios. Asimismo, implica afrontar los conflictos con confianza y sin estar a la defensiva.

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Trabajad en vuestra comunicación -

La comunicación es uno de los problemas de pareja más habituales y también uno de los componentes que hacen que la fase de luna de miel sea tan maravillosa. No des por sentado que la otra persona sabe lo que piensas solo porque llevéis mucho tiempo juntos. Verbalizad vuestros pensamientos, aunque eso implique repetiros.

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Sed proactivos ante las amenazas externas -

Las redes sociales, el contacto con los ex y pasar mucho tiempo separados son algunas de las amenazas externas que debéis abordar si pretendéis tener una relación seria. Dejad claros vuestros límites y respetadlos.

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Aprended de las parejas que llevan mucho tiempo juntas -

A veces buscamos referentes en la ficción, pero la clave está en fijarse en las parejas reales de toda la vida y en cómo gestionan los problemas y las expectativas. Aunque no sea tan interesante, es una experiencia mucho más enriquecedora.

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Sed aventureros -

Una de las razones por las que la fase de luna de miel "acaba" es porque existe un elemento de previsibilidad que se afianza una vez conoces a la otra persona. Mantener un poco el misterio, ya sea en la cama o con pequeños regalos o temas de conversación, puede ayudar a mantener viva la curiosidad.

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No deis nada por sentado -

Dar las cosas por sentado arruina las conversaciones y da pie a los malentendidos. Haceos preguntas y prestad atención a las respuestas. ¡Siempre se puede aprender algo nuevo!

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Interesaos por vuestras vidas -

Aunque os veáis todos los días, preguntaos qué tal os va. ¡Nunca se sabe si la otra persona puede estar pasando por algún dilema! Y prestad atención a las respuestas, claro.

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Aprended a hacer que el otro se sienta querido - Todo el mundo tiene diferentes formas de dar (y recibir) amor. Descubrir cuál es la de tu pareja es la mejor manera de manteneros satisfechos y enamorados.

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Planead un viaje -

Si queréis salir de la rutina y hacer que las cosas sean más emocionantes, planead una escapada. No hace falta que os vayáis muy lejos, sino que simplemente cambiéis de ambiente y paséis tiempo de calidad en un sitio que os ofrezca privacidad.

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Construid vuestra relación sobre el mutuo aprecio -

A medida que pasa el tiempo, vamos dando cosas por sentado. Sin embargo, dedicar tiempo todos los días a expresar aprecio, gratitud y respeto por las pequeñas cosas es una forma hermosa de afecto que hará que la transición de una fase a otra sea más llevadera y que os ayudará a disfrutar de una relación sana y feliz.

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Vivid experiencias asombrosas juntos -

Los investigadores han descubierto que el asombro juega una parte muy importante en la fase de enamoramiento, por lo que hacer cosas juntos que os sorprendan puede ayudaros a reavivar la llama. Al fin y al cabo, nuestra percepción del mundo y de nuestro lugar en él cambia cuando conocemos a alguien especial, por lo que podéis hacer actividades que os evoquen esa sensación...

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Vivid experiencias asombrosas juntos -

Por ejemplo, pasear por la naturaleza, aprender cosas sobre el espacio o los dinosaurios, salir de vuestra zona de confort, contemplar las estrellas, etc. son experiencias que pueden hacer que os sintáis más humildes y en sintonía.

Fuentes: (Psychology Today) (Fairy God Boss) (Art of Wellbeing)

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