© Shutterstock

Mala fama -

La grasa tiene una reputación terrible. Se nos enseña que tenemos que limitar su ingesta y mantener nuestro porcentaje de grasa corporal al mínimo.

© Shutterstock

Una escala de grises - Aunque la obesidad es mala para la salud, la cuestión de la grasa corporal es más compleja de lo que la gente cree. A continuación te presentamos varias curiosidades poco conocidas al respecto.

© Shutterstock

Dos tipos de grasa -

Tendemos a asumir que solo existe un tipo de grasa corporal, pero en realidad hay dos: la grasa blanca y la parda.

© Shutterstock

Dos tipos de grasa -

La grasa blanca es la más común y la encargada de almacenar energía. La parda, por el contrario, sirve para quemar la energía que consumimos.

© Shutterstock

Los beneficios de la grasa parda -

Además de consumir energía, la grasa parda sirve para otras muchas cosas, como mantener a raya la diabetes.

© Shutterstock

Los beneficios de la grasa parda -

Según un estudio, las personas con un mayor nivel de grasa parda experimentaban menos fluctuaciones de glucosa y, por lo tanto, eran menos propensas a desarrollar diabetes.

© Shutterstock

Niños vs. adultos -

Los estudios demuestran que los niños tienen un porcentaje de grasa parda superior al de los adultos. Sin embargo, lo vamos perdiendo con la edad.

© Shutterstock

Regulación de la temperatura corporal -

Es importante que los niños tengan un nivel elevado de grasa parda, ya que esta les ayuda a regular la temperatura corporal.

© Shutterstock

Cómo aumentar los niveles de grasa parda -

Aunque los niveles de grasa parda disminuyen a medida que nos hacemos mayores, hay ciertas cosas que podemos hacer para elevarlos. Por ejemplo, se ha demostrado que la exposición a temperaturas bajas ayuda.

© Shutterstock

Investigación -

Un estudio reciente demostró que los adultos que dormían en un dormitorio ligeramente frío (cerca de 19°C) aumentaron la cantidad y la actividad de su grasa parda en hasta un 40%.

© Shutterstock

Ácido ursólico -

También se ha demostrado que los alimentos ricos en ácido ursólico ayudan a aumentar la cantidad y la actividad de la grasa parda.

© Shutterstock

Alimentos ricos en ácido ursólico -

El alimento con una mayor cantidad de ácido ursólico es la manzana. Los arándanos rojos y azules, las ciruelas y las ciruelas pasas también cuentan con unos altos niveles de ácido ursólico.

© Shutterstock

La parte negativa de la grasa parda -

La grasa parda, no obstante, también tiene sus desventajas. Por ejemplo, el calor que desprende hace que sea difícil detectar actividad tumoral en los pacientes de cáncer durante los escaneos.

© Shutterstock

Grasa parda y radiología -

Por este motivo, los radiólogos suelen recomendar seguir una dieta que reduzca la activación de la grasa parda antes de los escaneos.

© Shutterstock

Grasa parda y radiología -

Algunos radiólogos incluso se aseguran de que haga calor en la sala de espera para evitar activar la grasa parda de los pacientes.

© Shutterstock

Las ventajas de la grasa blanca -

De la misma forma que la grasa parda tiene sus partes negativas, la blanca tiene algunas positivas. Aunque tendemos a demonizarla, lo cierto es que ofrece varios beneficios para la salud.

© Shutterstock

Beneficios para la salud -

Para empezar, protege los órganos vitales, nos ayuda a no pasar frío y almacena calorías para ir tirando de reservas en caso de que escasee la comida.

© Shutterstock

Grasa parda -

La grasa blanca a veces se convierte en parda, en cuyo caso se la denomina grasa beis.

© Shutterstock

Grasa parda y obesidad -

Al igual que ocurre con la parda, la grasa beis es capaz de quemar calorías y, por lo tanto, de combatir la obesidad.

© Shutterstock

Investigaciones actuales -

Los científicos siguen investigando por qué se produce esta transformación. Se cree que la responsable es una hormona llamada irisina, la cual segregamos cuando hacemos ejercicio.

© Shutterstock

Cómo librarse de la grasa -

Cuando queremos perder grasa, el ejercicio parece la solución más evidente. Sin embargo, la grasa es sensible al calor, por lo que existen otras alternativas.

© Shutterstock

Tratamientos con frío -

Los tratamientos como CoolSculpting consisten en congelar la grasa hasta hacerla desaparecer. Después, el cuerpo elimina las células de grasa muertas a lo largo de varios meses.

© Shutterstock

Tratamientos con calor -

También pueden utilizarse tratamientos con calor para eliminar células de grasa. Los estudios demuestran que estas acaban por desaparecer si se calientan a más de 40°C durante un periodo de tiempo prolongado.

© Shutterstock

La opción más popular -

Esta es la técnica que se suele utilizar en los tratamientos de lipólisis por láser y radiofrecuencia para adelgazar.

© Shutterstock

La parte negativa -

Estos tratamientos no necesariamente ofrecen una solución definitiva, ya que las células de grasa siempre pueden volver a aparecer.

© Shutterstock

La realidad -

Las células de grasa restantes también pueden expandirse tras este tipo de tratamientos, por lo que nunca deben utilizarse como sustitutos de una dieta saludable o una rutina deportiva.

© Shutterstock

El almacenamiento de la grasa corporal -

El color no es el único indicativo de si la grasa es dañina o beneficiosa. El lugar del cuerpo en el que esta se almacena también dice mucho al respecto.

© Shutterstock

El almacenamiento de la grasa corporal -

Por ejemplo, el exceso de grasa en la zona abdominal o alrededor de los órganos internos como el hígado es especialmente perjudicial, ya que puede fomentar la producción de químicos inflamatorios que aumentan el riesgo de padecer ciertas enfermedades

© Shutterstock

La grasa corporal y el cerebro -

Y, por último, la grasa corporal también guarda relación con la salud cerebral. Según un estudio neurológico, los participantes con un mayor IMC tenían menos materia gris en el cerebro que los que presentaban un IMC más bajo.

© Shutterstock

La grasa corporal y el cerebro -

No obstante, no te lo tomes como una verdad universal: los científicos aún no saben si tener una menor materia gris es la causa o el efecto de tener un mayor IMC.

Fuentes: (Reader's Digest)

Ver también: ¡Las peores mentiras sobre la grasa del abdomen!

© Shutterstock