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No te estás hidratando lo suficiente
- Se recomienda beber ocho vasos de agua al día. También es importante tener en cuenta varios factores externos, como el ejercicio, el clima y la ingesta de sodio y otros alimentos y bebidas deshidratantes.
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Te estás saltando comidas
- Saltarse comidas puede alterar el proceso metabólico y provocar resistencia a la insulina, un precursor de la diabetes conocido como prediabetes. Es mejor hacer comidas más pequeñas a lo largo del día en lugar de saltártelas.
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Te limpias las heridas con peróxido de hidrógeno
- Utilizar agua oxigenada o alcohol para limpiar cortes y rozaduras puede irritar la piel, retrasar la cicatrización y dañar el tejido. En lugar de eso, limpia la herida sumergiéndola en agua de tres a cinco minutos, para eliminar residuos y bacterias.
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Comes "alimentos sanos" con azúcares añadidos
- Si estás comiendo algo sano, como un yogur, pero con azúcar añadido, puedes acabar con déficit nutricional. En el caso del yogur, que tiene una gran fuente de probióticos, el azúcar añadido puede anular los beneficios de los probióticos.
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Asumes que los productos orgánicos y naturales son buenos para ti
- Aunque algo sea ecológico, no significa que sea sano. Por ejemplo, los alimentos procesados como los macarrones con queso o incluso los dulces pueden ser ecológicos, pero siguen siendo poco saludables.
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Ignoras la conexión entre la salud física y mental
- Cuando surjan problemas físicos, no olvides la conexión mente-cuerpo. Por ejemplo, la serotonina, también conocida como la sustancia química de la felicidad, es responsable de nuestro bienestar y también se encuentra en el intestino. Por eso no es de extrañar que, cuando mejoran los problemas de salud mental, los pacientes descubran a menudo que también mejoran sus problemas estomacales.
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No comes lo suficiente
- Si restringes las calorías, puedes reducir tu tasa metabólica y provocar una serie de efectos secundarios adversos, como que tu cuerpo almacene más grasa. Habla con un dietista si necesitas ayuda para perder peso de forma saludable y sostenible.
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Crees que vapear es menos dañino que fumar
- El vapeo puede producir formaldehído y otras sustancias químicas que pueden provocar cáncer, y algunos aromatizantes pueden producir sustancias químicas que dañan el tejido pulmonar.
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No te levantas lo suficiente
- Estar sentado todo el día en el escritorio o frente al televisor no solo estropea la postura, sino que también puede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Una forma de evitarlo es mantenerse activo durante el día, aunque solo sea dando un pequeño paseo durante la hora de comer o después del trabajo.
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No lavas tu botella de agua
- Incluso después de beber todo el agua, quedan pequeñas partículas en la botella. Si se dejan más de un par de días, las bacterias nocivas pueden empezar a multiplicarse y permanecer allí hasta la próxima vez que llenes la botella. Lava la botella entre cada uso.
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No te echas protector solar durante todo el año
- La protección solar facial es imprescindible durante todo el año. La exposición diaria a la radiación ultravioleta provoca el envejecimiento prematuro de la piel y aumenta el riesgo de sufrir cáncer de piel.
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Respiras por la boca
- Respirar por la boca es habitual en las personas alérgicas, pero no es lo ideal. Respirar por la nariz ayudará a eliminar los síntomas, aumentará los nutrientes esenciales en el organismo e incluso mantendrá más sano el revestimiento intestinal.
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Asumes que el trigo es una opción más saludable
- Los productos derivados del trigo suelen considerarse saludables por su alto contenido en fibra y vitaminas. No obstante, no todos los productos de trigo son integrales, así que presta atención antes de comprar.
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No conoces los síntomas de un ictus
- Si sufres un ictus, acudir al hospital lo antes posible puede salvarte la vida. Conoce los síntomas para buscar ayuda cuanto antes.
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Sigues una dieta no personalizada
- Cada persona es diferente y, por lo tanto, cualquier dieta que sigas debe personalizarse en función de tus necesidades bioquímicas. Consulta a un profesional sanitario para conseguir una salud óptima.
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Comes frutas con niveles demasiado altos en azúcar
- Comer fruta forma parte de una dieta sana, pero algunas frutas tienen más azúcar que otras. Las frutas con mayor índice glucémico, como las uvas, tienen un alto contenido en azúcar y deben consumirse con moderación. Consume más fruta rica en fibra, como cerezas, pomelos, manzanas y peras.
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Haces ejercicio en el interior
- Cualquier cantidad de ejercicio es beneficiosa para la salud, pero hacerlo al aire libre es aún mejor. Respirar aire fresco aumenta los niveles de oxígeno y nutrientes, mientras que exponer la piel al sol ayuda a sintetizar la vitamina D.
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Te suplementas con calcio en exceso
- Un gran error que cometen las mujeres es suplementarse en exceso con calcio sin equilibrarlo con magnesio. Esto supone un estrés para el organismo, ya que el exceso de calcio no se utiliza correctamente y puede resultar tóxico. El magnesio es esencial para la absorción y el metabolismo del calcio.
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Te haces duchas vaginales
- Las duchas vaginales son un ritual practicado desde hace mucho tiempo que carece totalmente de sentido. La vagina es un órgano autolimpiable que se mantiene sano gracias a sus secreciones, a un pH equilibrado y a las bacterias beneficiosas. Las duchas vaginales pueden alterar este delicado ecosistema y hacerte más propensa a las infecciones por hongos y a la vaginosis bacteriana.
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No usas hilo dental
- Saltarte tu higiene bucal puede tener un impacto negativo a largo plazo en tu salud. Cepillarte los dientes y usar hilo dental, al menos dos veces al día, es importante para reducir la inflamación crónica de las encías y sostener las estructuras de los dientes.
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No duermes lo suficiente
- Dormir lo suficiente es crucial, ya que puede afectar seriamente a tu salud física y mental en general. La falta de sueño afecta a los niveles de energía, concentración y funcionamiento cognitivo.
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Te limpias los oídos con bastoncillos
- Introducir un bastoncillo de algodón en el oído puede hacer que la cera se acumule más profundamente, provocando una obstrucción que puede reducir la audición y causar dolor.
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Solo te lavas las manos cuando las tienes sucias
- Las manos acumulan gérmenes a lo largo del día, y algunos de esos gérmenes pueden hacernos enfermar. Lávate siempre las manos con agua y jabón antes de comer y después de ir al baño.
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No practicas cuidados preventivos para la espalda
- La mayoría de la gente espera a que empiece el dolor para tomar medidas. Sin embargo, el cuidado preventivo del dolor de espalda puede ayudar a evitar la artritis degenerativa. Prueba los cuidados quiroprácticos, la terapia de masajes y los estiramientos regulares para proteger músculos y tendones.
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Pides antibióticos para infecciones virales
- Los antibióticos solo actúan contra las bacterias y son inútiles contra los virus. Tomar antibióticos cuando se tiene una infección vírica puede provocar efectos secundarios desagradables, como diarrea, y generar resistencia bacteriana.
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No haces preguntas sobre tu medicación
- Cuando diferentes médicos prescriben medicamentos, es importante consultar al farmacéutico para asegurarse de que no son incompatibles entre sí.
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Evitas ponerte la vacuna de la gripe
- Mucha gente cree que la vacuna de la gripe provoca realmente la gripe. Esto es falso porque las vacunas están hechas con una forma inactiva del virus que no puede causar infección. Ten mucho cuidado de dónde obtienes la información sobre tu salud.
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No bebes suficiente agua antes de comer
- A menudo confundimos el hambre con la sed. Beber agua antes de comer puede reducir la ingesta de exceso de comida y el picoteo, lo que ayuda a perder peso. Así que cuando te apetezca picar algo, hidrátate primero.
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Le has quitado las pilas a tu detector de monóxido de carbono
- El pitido de un detector de monóxido de carbono es muy molesto, pero puede indicar que necesita pilas nuevas o niveles altos de monóxido de carbono. El monóxido de carbono es inodoro, pero los niveles altos pueden ser mortales. Así que prueba a cambiar las pilas.
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Aplicas calor a una lesión
- Aplicar calor a una lesión en realidad favorece el aumento de la inflamación. Es mejor aplicar hielo inmediatamente para evitar daños mayores. Fuentes: (Eat This, Not That!) (The Healthy) No te pierdas: Salud intestinal: estrategias fáciles y efectivas para convertirla en una realidad
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No te estás hidratando lo suficiente
- Se recomienda beber ocho vasos de agua al día. También es importante tener en cuenta varios factores externos, como el ejercicio, el clima y la ingesta de sodio y otros alimentos y bebidas deshidratantes.
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Te estás saltando comidas
- Saltarse comidas puede alterar el proceso metabólico y provocar resistencia a la insulina, un precursor de la diabetes conocido como prediabetes. Es mejor hacer comidas más pequeñas a lo largo del día en lugar de saltártelas.
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Te limpias las heridas con peróxido de hidrógeno
- Utilizar agua oxigenada o alcohol para limpiar cortes y rozaduras puede irritar la piel, retrasar la cicatrización y dañar el tejido. En lugar de eso, limpia la herida sumergiéndola en agua de tres a cinco minutos, para eliminar residuos y bacterias.
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Comes "alimentos sanos" con azúcares añadidos
- Si estás comiendo algo sano, como un yogur, pero con azúcar añadido, puedes acabar con déficit nutricional. En el caso del yogur, que tiene una gran fuente de probióticos, el azúcar añadido puede anular los beneficios de los probióticos.
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Asumes que los productos orgánicos y naturales son buenos para ti
- Aunque algo sea ecológico, no significa que sea sano. Por ejemplo, los alimentos procesados como los macarrones con queso o incluso los dulces pueden ser ecológicos, pero siguen siendo poco saludables.
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Ignoras la conexión entre la salud física y mental
- Cuando surjan problemas físicos, no olvides la conexión mente-cuerpo. Por ejemplo, la serotonina, también conocida como la sustancia química de la felicidad, es responsable de nuestro bienestar y también se encuentra en el intestino. Por eso no es de extrañar que, cuando mejoran los problemas de salud mental, los pacientes descubran a menudo que también mejoran sus problemas estomacales.
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No comes lo suficiente
- Si restringes las calorías, puedes reducir tu tasa metabólica y provocar una serie de efectos secundarios adversos, como que tu cuerpo almacene más grasa. Habla con un dietista si necesitas ayuda para perder peso de forma saludable y sostenible.
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Crees que vapear es menos dañino que fumar
- El vapeo puede producir formaldehído y otras sustancias químicas que pueden provocar cáncer, y algunos aromatizantes pueden producir sustancias químicas que dañan el tejido pulmonar.
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No te levantas lo suficiente
- Estar sentado todo el día en el escritorio o frente al televisor no solo estropea la postura, sino que también puede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Una forma de evitarlo es mantenerse activo durante el día, aunque solo sea dando un pequeño paseo durante la hora de comer o después del trabajo.
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No lavas tu botella de agua
- Incluso después de beber todo el agua, quedan pequeñas partículas en la botella. Si se dejan más de un par de días, las bacterias nocivas pueden empezar a multiplicarse y permanecer allí hasta la próxima vez que llenes la botella. Lava la botella entre cada uso.
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No te echas protector solar durante todo el año
- La protección solar facial es imprescindible durante todo el año. La exposición diaria a la radiación ultravioleta provoca el envejecimiento prematuro de la piel y aumenta el riesgo de sufrir cáncer de piel.
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Respiras por la boca
- Respirar por la boca es habitual en las personas alérgicas, pero no es lo ideal. Respirar por la nariz ayudará a eliminar los síntomas, aumentará los nutrientes esenciales en el organismo e incluso mantendrá más sano el revestimiento intestinal.
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Asumes que el trigo es una opción más saludable
- Los productos derivados del trigo suelen considerarse saludables por su alto contenido en fibra y vitaminas. No obstante, no todos los productos de trigo son integrales, así que presta atención antes de comprar.
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No conoces los síntomas de un ictus
- Si sufres un ictus, acudir al hospital lo antes posible puede salvarte la vida. Conoce los síntomas para buscar ayuda cuanto antes.
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Sigues una dieta no personalizada
- Cada persona es diferente y, por lo tanto, cualquier dieta que sigas debe personalizarse en función de tus necesidades bioquímicas. Consulta a un profesional sanitario para conseguir una salud óptima.
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Comes frutas con niveles demasiado altos en azúcar
- Comer fruta forma parte de una dieta sana, pero algunas frutas tienen más azúcar que otras. Las frutas con mayor índice glucémico, como las uvas, tienen un alto contenido en azúcar y deben consumirse con moderación. Consume más fruta rica en fibra, como cerezas, pomelos, manzanas y peras.
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Haces ejercicio en el interior
- Cualquier cantidad de ejercicio es beneficiosa para la salud, pero hacerlo al aire libre es aún mejor. Respirar aire fresco aumenta los niveles de oxígeno y nutrientes, mientras que exponer la piel al sol ayuda a sintetizar la vitamina D.
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Te suplementas con calcio en exceso
- Un gran error que cometen las mujeres es suplementarse en exceso con calcio sin equilibrarlo con magnesio. Esto supone un estrés para el organismo, ya que el exceso de calcio no se utiliza correctamente y puede resultar tóxico. El magnesio es esencial para la absorción y el metabolismo del calcio.
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Te haces duchas vaginales
- Las duchas vaginales son un ritual practicado desde hace mucho tiempo que carece totalmente de sentido. La vagina es un órgano autolimpiable que se mantiene sano gracias a sus secreciones, a un pH equilibrado y a las bacterias beneficiosas. Las duchas vaginales pueden alterar este delicado ecosistema y hacerte más propensa a las infecciones por hongos y a la vaginosis bacteriana.
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19 / 31 Fotos
No usas hilo dental
- Saltarte tu higiene bucal puede tener un impacto negativo a largo plazo en tu salud. Cepillarte los dientes y usar hilo dental, al menos dos veces al día, es importante para reducir la inflamación crónica de las encías y sostener las estructuras de los dientes.
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20 / 31 Fotos
No duermes lo suficiente
- Dormir lo suficiente es crucial, ya que puede afectar seriamente a tu salud física y mental en general. La falta de sueño afecta a los niveles de energía, concentración y funcionamiento cognitivo.
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Te limpias los oídos con bastoncillos
- Introducir un bastoncillo de algodón en el oído puede hacer que la cera se acumule más profundamente, provocando una obstrucción que puede reducir la audición y causar dolor.
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Solo te lavas las manos cuando las tienes sucias
- Las manos acumulan gérmenes a lo largo del día, y algunos de esos gérmenes pueden hacernos enfermar. Lávate siempre las manos con agua y jabón antes de comer y después de ir al baño.
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23 / 31 Fotos
No practicas cuidados preventivos para la espalda
- La mayoría de la gente espera a que empiece el dolor para tomar medidas. Sin embargo, el cuidado preventivo del dolor de espalda puede ayudar a evitar la artritis degenerativa. Prueba los cuidados quiroprácticos, la terapia de masajes y los estiramientos regulares para proteger músculos y tendones.
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Pides antibióticos para infecciones virales
- Los antibióticos solo actúan contra las bacterias y son inútiles contra los virus. Tomar antibióticos cuando se tiene una infección vírica puede provocar efectos secundarios desagradables, como diarrea, y generar resistencia bacteriana.
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25 / 31 Fotos
No haces preguntas sobre tu medicación
- Cuando diferentes médicos prescriben medicamentos, es importante consultar al farmacéutico para asegurarse de que no son incompatibles entre sí.
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Evitas ponerte la vacuna de la gripe
- Mucha gente cree que la vacuna de la gripe provoca realmente la gripe. Esto es falso porque las vacunas están hechas con una forma inactiva del virus que no puede causar infección. Ten mucho cuidado de dónde obtienes la información sobre tu salud.
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No bebes suficiente agua antes de comer
- A menudo confundimos el hambre con la sed. Beber agua antes de comer puede reducir la ingesta de exceso de comida y el picoteo, lo que ayuda a perder peso. Así que cuando te apetezca picar algo, hidrátate primero.
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Le has quitado las pilas a tu detector de monóxido de carbono
- El pitido de un detector de monóxido de carbono es muy molesto, pero puede indicar que necesita pilas nuevas o niveles altos de monóxido de carbono. El monóxido de carbono es inodoro, pero los niveles altos pueden ser mortales. Así que prueba a cambiar las pilas.
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Aplicas calor a una lesión
- Aplicar calor a una lesión en realidad favorece el aumento de la inflamación. Es mejor aplicar hielo inmediatamente para evitar daños mayores. Fuentes: (Eat This, Not That!) (The Healthy) No te pierdas: Salud intestinal: estrategias fáciles y efectivas para convertirla en una realidad
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Para una vida más saludable: hábitos que debes abandonar
Conviértete en una persona más sana modificando estos hábitos
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Todo el mundo sabe que algunos hábitos y estilos de vida, como la comida rápida y el tabaco, son muy perjudiciales para la salud. Sin embargo, probablemente hay muchos hábitos en los que no piensas mucho, pero que a la larga repercuten en tu salud. La buena noticia es que no es demasiado tarde para cambiarlos. Descubre qué malos hábitos relacionados con salud podrías estar cometiendo, en la siguiente galería.
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