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Miedos de infancia
- Ya se trate de monstruos debajo de la cama o de ladrones que entran en casa, la mayoría de las personas, si no todas, experimentan ciertos miedos cuando son niños.
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Problema pasajero
- La mayoría de las veces, los miedos infantiles son pasajeros y los padres suelen comprobar que se les pasan solos.
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Más grave
- A veces, sin embargo, los miedos infantiles pueden convertirse en una fobia o un trastorno de ansiedad, un proceso que puede ser difícil de detectar.
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Difícil de detectar
- De hecho, precisamente porque los miedos infantiles son tan comunes, a los padres a veces les resulta difícil determinar si el nivel de miedo de su hijo es normal o si se trata de algo más grave.
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Cuándo se convierte en fobia
- Los miedos pueden clasificarse como fobias o trastornos de ansiedad cuando se vuelven debilitantes o impiden el funcionamiento diario.
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Estadísticas
- Solemos asociar las fobias y los trastornos de ansiedad a los adultos, pero en realidad también son frecuentes en los niños, ya que afectan a uno de cada tres.
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Miedos cambiantes
- Los tipos de miedos que experimentan los niños tienden a cambiar a medida que crecen y se adaptan a nuevos entornos.
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Bebés y niños pequeños
- Los bebés y los niños pequeños, por ejemplo, suelen tener miedo a los ruidos fuertes, a las personas extrañas y a separarse de sus padres.
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Preescolar
- Cuando llegan a la edad preescolar, los miedos tienden a ser más imaginativos. Pueden incluir fantasmas o monstruos, por ejemplo.
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Adolescentes
- Los miedos de los adolescentes suelen ser más parecidos a los de los adultos. A medida que los adultos jóvenes empiezan a tener más experiencias en el mundo real, no es raro que desarrollen ansiedades sociales.
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Factores claves que tener en cuenta
- Si dudas de si tu hijo está experimentando un miedo normal o si puede estar desarrollando un trastorno de ansiedad, hay tres factores principales que debes tener en cuenta.
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Frecuencia
- El primero es la frecuencia: ¿con qué frecuencia aparece el miedo? Si un miedo concreto solo aparece una vez al año, por ejemplo, probablemente no sea nada grave.
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Frecuencia
- Sin embargo, si tu hijo saca a relucir su miedo a diario y se está convirtiendo en una lucha, esto puede ser un indicio de que está surgiendo un trastorno de ansiedad.
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Intensidad
- Otro factor a tener en cuenta es la intensidad del miedo. ¿Cómo reacciona tu hijo cuando una determinada situación no se maneja como a él le hubiera gustado?
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Intensidad
- Intenta puntuar la reacción de su hijo entre 1 y 10 para ayudarte a comprender la gravedad de estos casos.
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Duración
- El último factor clave es la duración. Este es crucial a la hora de decidir si ha llegado el momento de buscar ayuda profesional.
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Duración
- Los expertos recomiendan dar tiempo al niño para ver si el miedo se calma por sí solo o si persiste y se convierte en un problema a largo plazo.
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17 / 31 Fotos
Seis meses
- Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5), los miedos deben persistir durante al menos seis meses antes de que puedan diagnosticarse como fobias o trastornos de ansiedad.
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18 / 31 Fotos
En práctica
- En la práctica, sin embargo, puede que no tenga sentido esperar seis meses antes de buscar consejo, sobre todo si los miedos de tu hijo le están dificultando mucho la vida diaria.
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Qué pueden hacer los padres
- A la hora de gestionar los miedos de tu hijo, puede resultar muy tentador intervenir y protegerle por completo de la angustia.
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Pensar a largo plazo
- Sin embargo, los expertos advierten contra este enfoque, ya que aunque puede proporcionar un alivio temporal, a largo plazo solo sirve para agravar el miedo del niño.
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Buscar el equilibrio
- En lugar de ello, los padres deben buscar un equilibrio entre reconocer los temores de sus hijos y hablar de las medidas de seguridad.
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Lidiar con peligros del mundo real
- Si un niño expresa miedo ante una amenaza real, como un tiroteo en un colegio o una catástrofe natural, puede ser difícil saber cómo reaccionar.
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Hablar abiertamente
- En estos casos, el consejo general es fomentar un diálogo abierto que reduzca las preocupaciones o los sentimientos de aislamiento y/o vergüenza.
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Ser práctico - En algunos casos, puede ayudar explicar que la probabilidad de que ocurra un posible suceso es baja. A algunos padres también les tranquiliza elaborar un plan de contingencia.
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Cuándo debemos buscar ayuda profesional
- Si la ansiedad de tu hijo persiste durante más de seis meses, es importante que busques la ayuda de un profesional cualificado.
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26 / 31 Fotos
Opciones de terapia
- Con los trastornos de ansiedad en niños, la terapia cognitivo-conductual (TCC), y en particular la terapia de exposición, ha demostrado ser muy eficaz.
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Terapia de exposición
- La terapia de exposición consiste esencialmente en exponer a la persona a su miedo en un entorno controlado, comenzando por poco y aumentando con el tiempo.
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Cómo funciona
- Por ejemplo, si a tu hijo le dan miedo los perros, el terapeuta puede empezar enseñándole una foto de un perro.
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Poco a poco
- Cuando el niño se sienta cómodo con la imagen, el terapeuta puede pasar a observar a un perro a través de una ventana. Con el tiempo, puede traer un perro pequeño a la sesión para que su hijo interactúe con él. Fuentes: (CNN) No te pierdas:
Miedos irracionales que todos teníamos de pequeños
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Miedos de infancia
- Ya se trate de monstruos debajo de la cama o de ladrones que entran en casa, la mayoría de las personas, si no todas, experimentan ciertos miedos cuando son niños.
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Problema pasajero
- La mayoría de las veces, los miedos infantiles son pasajeros y los padres suelen comprobar que se les pasan solos.
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Más grave
- A veces, sin embargo, los miedos infantiles pueden convertirse en una fobia o un trastorno de ansiedad, un proceso que puede ser difícil de detectar.
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Difícil de detectar
- De hecho, precisamente porque los miedos infantiles son tan comunes, a los padres a veces les resulta difícil determinar si el nivel de miedo de su hijo es normal o si se trata de algo más grave.
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Cuándo se convierte en fobia
- Los miedos pueden clasificarse como fobias o trastornos de ansiedad cuando se vuelven debilitantes o impiden el funcionamiento diario.
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Estadísticas
- Solemos asociar las fobias y los trastornos de ansiedad a los adultos, pero en realidad también son frecuentes en los niños, ya que afectan a uno de cada tres.
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Miedos cambiantes
- Los tipos de miedos que experimentan los niños tienden a cambiar a medida que crecen y se adaptan a nuevos entornos.
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Bebés y niños pequeños
- Los bebés y los niños pequeños, por ejemplo, suelen tener miedo a los ruidos fuertes, a las personas extrañas y a separarse de sus padres.
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Preescolar
- Cuando llegan a la edad preescolar, los miedos tienden a ser más imaginativos. Pueden incluir fantasmas o monstruos, por ejemplo.
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Adolescentes
- Los miedos de los adolescentes suelen ser más parecidos a los de los adultos. A medida que los adultos jóvenes empiezan a tener más experiencias en el mundo real, no es raro que desarrollen ansiedades sociales.
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10 / 31 Fotos
Factores claves que tener en cuenta
- Si dudas de si tu hijo está experimentando un miedo normal o si puede estar desarrollando un trastorno de ansiedad, hay tres factores principales que debes tener en cuenta.
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11 / 31 Fotos
Frecuencia
- El primero es la frecuencia: ¿con qué frecuencia aparece el miedo? Si un miedo concreto solo aparece una vez al año, por ejemplo, probablemente no sea nada grave.
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12 / 31 Fotos
Frecuencia
- Sin embargo, si tu hijo saca a relucir su miedo a diario y se está convirtiendo en una lucha, esto puede ser un indicio de que está surgiendo un trastorno de ansiedad.
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Intensidad
- Otro factor a tener en cuenta es la intensidad del miedo. ¿Cómo reacciona tu hijo cuando una determinada situación no se maneja como a él le hubiera gustado?
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Intensidad
- Intenta puntuar la reacción de su hijo entre 1 y 10 para ayudarte a comprender la gravedad de estos casos.
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15 / 31 Fotos
Duración
- El último factor clave es la duración. Este es crucial a la hora de decidir si ha llegado el momento de buscar ayuda profesional.
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Duración
- Los expertos recomiendan dar tiempo al niño para ver si el miedo se calma por sí solo o si persiste y se convierte en un problema a largo plazo.
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Seis meses
- Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5), los miedos deben persistir durante al menos seis meses antes de que puedan diagnosticarse como fobias o trastornos de ansiedad.
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En práctica
- En la práctica, sin embargo, puede que no tenga sentido esperar seis meses antes de buscar consejo, sobre todo si los miedos de tu hijo le están dificultando mucho la vida diaria.
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Qué pueden hacer los padres
- A la hora de gestionar los miedos de tu hijo, puede resultar muy tentador intervenir y protegerle por completo de la angustia.
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Pensar a largo plazo
- Sin embargo, los expertos advierten contra este enfoque, ya que aunque puede proporcionar un alivio temporal, a largo plazo solo sirve para agravar el miedo del niño.
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Buscar el equilibrio
- En lugar de ello, los padres deben buscar un equilibrio entre reconocer los temores de sus hijos y hablar de las medidas de seguridad.
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22 / 31 Fotos
Lidiar con peligros del mundo real
- Si un niño expresa miedo ante una amenaza real, como un tiroteo en un colegio o una catástrofe natural, puede ser difícil saber cómo reaccionar.
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23 / 31 Fotos
Hablar abiertamente
- En estos casos, el consejo general es fomentar un diálogo abierto que reduzca las preocupaciones o los sentimientos de aislamiento y/o vergüenza.
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Ser práctico - En algunos casos, puede ayudar explicar que la probabilidad de que ocurra un posible suceso es baja. A algunos padres también les tranquiliza elaborar un plan de contingencia.
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25 / 31 Fotos
Cuándo debemos buscar ayuda profesional
- Si la ansiedad de tu hijo persiste durante más de seis meses, es importante que busques la ayuda de un profesional cualificado.
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26 / 31 Fotos
Opciones de terapia
- Con los trastornos de ansiedad en niños, la terapia cognitivo-conductual (TCC), y en particular la terapia de exposición, ha demostrado ser muy eficaz.
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27 / 31 Fotos
Terapia de exposición
- La terapia de exposición consiste esencialmente en exponer a la persona a su miedo en un entorno controlado, comenzando por poco y aumentando con el tiempo.
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28 / 31 Fotos
Cómo funciona
- Por ejemplo, si a tu hijo le dan miedo los perros, el terapeuta puede empezar enseñándole una foto de un perro.
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Poco a poco
- Cuando el niño se sienta cómodo con la imagen, el terapeuta puede pasar a observar a un perro a través de una ventana. Con el tiempo, puede traer un perro pequeño a la sesión para que su hijo interactúe con él. Fuentes: (CNN) No te pierdas:
Miedos irracionales que todos teníamos de pequeños
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Señales de que tu hijo puede padecer un trastorno de ansiedad
Cuando los miedos de la infancia se convierten en algo más serio
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A veces puede resultar difícil saber si el miedo de nuestro hijo es normal y acabará pasando o si puede estar desarrollando un trastorno de ansiedad. Según los expertos, hay tres factores clave a tener en cuenta a la hora de preguntarnos si nuestro hijo puede padecer un trastorno de ansiedad. Echa un vistazo a esta galería para descubrir cuáles son.
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