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Sobre ruedas -

¿Listo para tu primer desplazamiento en bicicleta? ¡Asegúrate de escoger la adecuada!

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Selecciona la bicicleta adecuada -

Dejar a un lado el automóvil o el transporte público y empezar a ir al trabajo en bicicleta requiere algo de preparación. Necesitas conocer bien el terreno y la distancia que vas a recorrer.

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Bicicleta de carretera -

Si tienes que sortear automóviles, motos y otros tipos de transporte, entonces la bicicleta de carretera es la mejor opción para ti.

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Bicicleta de montaña -

Por el contrario, si vives en un entorno rural, entonces será mejor que apuestes por una bicicleta de montaña.

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Bicicleta urbana -

Las bicicletas urbanas se parecen a las estándar, pero son más robustas y cómodas para las largas distancias.

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Bicicleta plegable -

Si en algún momento necesitas ir en bus, metro o tren, apuesta por una bicicleta plegable. Son cómodas de manejar y ocupan poco espacio, por lo que te permiten disfrutar del pedaleo sin entorpecer tu desplazamiento.

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Bicicleta eléctrica -

Las bicicletas eléctricas vienen equipadas con un motor que te facilita el pedaleo. Es una opción estupenda si vives en un lugar con muchas cuestas o no estás demasiado en forma.

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Encuentra la mejor ruta -

Antes de lanzarte a la piscina, familiarízate con el recorrido. De esa forma, te ahorrarás mucho estrés cuando salgas con la bicicleta.

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Usa el carril bici -

Con un poco de suerte, tu ciudad contará con una red de carriles para ciclistas que te facilitará el desplazamiento.

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¿Cuáles son los obstáculos? -

Familiarizarte con el recorrido de antemano también te permitirá saber si hay obstáculos que debas sortear, como las escaleras. ¿Te ves capaz de cargar con la bicicleta a pulso?

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Cuidado con las cuestas y pendientes -

Y lo mismo se aplica a las cuestas. Si no tienes una bicicleta eléctrica, ¿crees que podrás con ellas?

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Descárgate una aplicación para ciclistas -

Si sigues sin saber cuál es a mejor ruta, descárgate una aplicación para ciclistas que te permita trazar el recorrido más seguro y tranquilo. Los GPS también suelen venir muy bien en estos casos.

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¿Cuáles son las distancias? -

Cuando vayas al trabajo en bicicleta, no des nada por sentado. Y sí, ¡eso incluye las distancias! Ten en cuenta que supone un esfuerzo físico y mental al que puede que no estés habituado. ¿Te ves capaz de ir y volver sin problemas?

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Una rutina progresiva -

Si no estás del todo seguro, recuerda que nadie corre detrás de ti. Empieza por ir una o dos veces en bicicleta y ve practicando. De esa forma también pondrás a prueba tu determinación y forma física.

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No te la juegues -

El ciclismo tiene sus riesgos, sobre todo en ciudad. Asegúrate de llevar siempre el casco puesto.

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No te olvides del timbre -

Usa el timbre cuando te desplaces por ciudad para advertir al resto de usuarios de la vía pública de tu presencia.

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¡Ni de las luces! -

Las luces son absolutamente esenciales si pretendes usar la bicicleta antes del amanecer o después del atardecer. A veces incluso también es recomendable usarlas durante el día para hacerte aún más visible. ¡Toda precaución es poca!

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Mejor que sobre que no que falte -

De hecho, en algunos países también es obligatorio llevar luces tanto delante como detrás. Sea como fuere, es de sentido común facilitar la visibilidad.

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Kit de mantenimiento -

Tarde o temprano pincharás una rueda, por lo que es importante que estés preparado para la ocasión. Lleva siempre contigo un kit de mantenimiento (y asegúrate de saber usarlo, claro).

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Prepárate para cualquier situación -

De hecho, harías bien en practicar en casa antes de salir a la aventura.

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Incluido el mal tiempo -

Prepárate para afrontar los días de lluvia y asegúrate de llevar equipamiento reflectante para que los demás usuarios te vean. De hecho, intenta tener siempre a mano un chaleco reflectante por si algún día te sorprende la lluvia en mitad de la ciudad.

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Aparcamiento de bicicletas -

¿Tienes dónde aparcar la bicicleta una vez llegues al trabajo? ¿Queda cerca de la oficina? Ten en cuenta estas cosas para ahorrarte quebraderos de cabeza.

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El candado -

Sobra decir que siempre debes llevar un candado encima para garantizar la seguridad de tu bicicleta.

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¿Te pega ir en bicicleta? -

En función de la distancia que tengas que recorrer, puede que consigas ir a la oficina ya con la ropa de trabajo puesta.

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Ropa de trabajo -

En realidad, casi cualquier ropa sirve para ir en bicicleta. Solo tienes que evitar las prendas demasiado holgadas que puedan engancharse en algunas partes móviles de la bicicleta (como las ruedas y los engranajes).

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Lleva ropa para cambiarte -

Si prefieres ir en chándal, asegúrate de llevar una mochila con ropa repuesto para cambiarte en la oficina.

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Lleva el equipamiento adecuado -

Ir a la oficina en bicicleta implica llevar varias cosas contigo. Algunas bicicletas tienen cestas o espacios de almacenamiento donde puedes dejar tus bolsas. Si la tuya no es así, entonces apuesta por una mochila cómoda que te permita cargar con el peso sin hacerte daño en la espalda.

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Trabajar de camino -

De hecho, ir con todo lo necesario significa que incluso puedes trabajar de camino a la oficina si hace falta. Las mochilas de hoy en día suelen tener compartimentos para guardar tabletas y computadoras portátiles.

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El calor del verano -

Montar en bicicleta en verano puede hacer que acabes sudando a lo grande. Si tu oficina tiene ducha, ¿por qué no conviertes el desplazamiento en una sesión de entrenamiento?

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Una alternativa barata -

Una de las grandes ventajas de ir en bicicleta al trabajo es que te permite ahorrar tiempo y dinero. ¡Y también te hace inmune a las huelgas de transporte!

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Una opción sostenible y respetuosa con el medioambiente -

Montar en bicicleta, ya sea por placer o para ir al trabajo, siempre es una forma sostenible y ecológica de desplazarse. ¡El planeta te lo agradece!

Fuentes: (Cycling Weekly) (Imperial College London) (Everyday Health)

Ver también: Celebridades que aman montar en bicicleta

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