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¿Qué es la salud digestiva?
- La salud digestiva significa que todas las partes del aparato digestivo (el estómago, los intestinos y otros órganos) funcionan bien. Ayuda a prevenir problemas como el estreñimiento, la diarrea y el dolor de estómago, garantizando la correcta descomposición de los alimentos y la absorción de nutrientes.
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El poder de la alimentación saludable
- Los alimentos saludables son cruciales para el buen funcionamiento del aparato digestivo. Aportan la fibra, las vitaminas y los minerales necesarios para mantener las bacterias beneficiosas en el intestino. Estas bacterias beneficiosas son esenciales para descomponer los alimentos y absorber los nutrientes.
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Yogur
- El yogur se elabora con leche fermentada por bacterias lácticas. Contiene probióticos, bacterias amistosas que viven en el tracto digestivo y mejoran la digestión, manteniendo el intestino sano. Aunque los probióticos están presentes de forma natural en el intestino, el consumo de alimentos como el yogur puede reforzarlos y facilitar la digestión.
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Yogur
- Los probióticos pueden aliviar problemas digestivos como la hinchazón, el estreñimiento y la diarrea, y también ayudan a digerir la lactosa (o azúcar de la leche). Sin embargo, no todos los yogures contienen probióticos, así que, cuando vayas a comprarlos, busca en el envase "cultivos vivos y activos".
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Manzanas
- Las manzanas están repletas de pectina, una fibra soluble que se salta la digestión en el intestino delgado y es descompuesta por las bacterias beneficiosas del colon. La pectina aumenta el volumen de las heces y ayuda a combatir el estreñimiento y la diarrea. Además, reduce el riesgo de infecciones intestinales e inflamación del colon.
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Hinojo
- El hinojo, con su bulbo pálido y sus largos tallos verdes, añade sabor a las comidas y presume de beneficios digestivos. Su contenido en fibra ayuda a prevenir el estreñimiento y favorece la regularidad. Además, el hinojo contiene un agente antiespasmódico que relaja los músculos lisos del tubo digestivo, aliviando síntomas como la hinchazón, las flatulencias y los calambres.
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Kéfir
- El kéfir es un producto lácteo cultivado que se elabora añadiendo "granos" de kéfir (una mezcla de levadura y bacterias) a la leche, lo que ofrece beneficios digestivos. Al igual que los probióticos del yogur, los cultivos del kéfir ayudan a digerir la lactosa, reduciendo la hinchazón, los calambres y los gases relacionados con la intolerancia a la lactosa.
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Kéfir
- Los estudios demuestran que el kéfir estimula las bacterias intestinales saludables que mejoran la digestión, al tiempo que reduce las bacterias dañinas. Además, el consumo de kéfir está relacionado con la disminución de la inflamación intestinal, lo que mejora aún más la digestión.
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Semillas de chía
- Las semillas de chía están repletas de fibra y, una vez consumidas, forman una sustancia gelatinosa en el estómago. Actúan como un prebiótico, favoreciendo la salud de las bacterias intestinales y facilitando la digestión. Su fibra también favorece un tránsito intestinal regular y unas heces sanas.
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Kombucha
- La kombucha es un té fermentado que se elabora añadiendo cepas específicas de bacterias, azúcar y levadura al té negro o verde, para luego fermentarlo durante una semana o más. Este proceso produce una abundancia de bacterias probióticas que pueden mejorar la salud digestiva, y algunas investigaciones en ratones sugieren que la kombucha también puede ayudar a curar las úlceras de estómago.
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Papaya
- La papaya, una deliciosa fruta tropical, contiene la enzima digestiva papaína. Esta enzima ayuda a descomponer las fibras proteicas, facilitando la digestión de las proteínas. Aunque no es esencial en su dieta, la papaína puede ser una ayuda digestiva útil.
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Granos integrales
- Los granos, semillas de plantas parecidas a la hierba conocidas como cereales, están repletos de beneficios para la salud. Para ser considerados integrales, deben contener el 100% de la semilla: salvado, germen y endospermo intactos.
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Granos integrales
- La fibra de estos cereales integrales actúa de dos maneras. En primer lugar, añade volumen a las heces, lo que puede ayudar a reducir el estreñimiento. En segundo lugar, algunas fibras de cereales actúan como probióticos, alimentando las bacterias saludables del intestino para mejorar la digestión en general.
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Tempeh
- El tempeh se elabora a partir de soja fermentada, donde las bacterias y la levadura descomponen los azúcares. Este proceso de fermentación también descompone el ácido fítico, un antinutriente de la soja que puede dificultar la absorción de nutrientes. Como resultado, la fermentación no solo hace que el tempeh sea más digerible, sino que también mejora la absorción de sus nutrientes.
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Remolacha
- Una taza de remolacha contiene 3,4 gramos de fibra que se salta la digestión y se dirige directamente al colon, donde alimenta las bacterias intestinales sanas o añade volumen a las heces, dos factores que mejoran la digestión. Puedes disfrutar de la remolacha de varias formas deliciosas: asada, en ensalada, en escabeche o mezclada en un batido, por ejemplo.
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Miso
- El miso, que se suele tomar en sopa, se elabora fermentando soja con sal y koji, un tipo de hongo. Este proceso de fermentación llena el miso de probióticos que, al igual que otros alimentos fermentados, mejoran la digestión al aumentar las bacterias intestinales buenas.
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Jengibre
- El jengibre, un alimento básico en la medicina oriental, es famoso por mejorar la digestión y prevenir las náuseas; muchas mujeres embarazadas recurren a él para aliviar las náuseas matutinas. Esta raíz amarillenta acelera el vaciado gástrico y, al hacerlo, reduce el riesgo de acidez, náuseas y molestias estomacales.
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Kimchi
- El kimchi, elaborado normalmente con col fermentada, aunque a veces también con otras verduras, es un gran probiótico; cuanto más tiempo fermenta, más rico en probióticos se vuelve. También es rico en fibra, que añade volumen a las heces y favorece la salud intestinal.
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Verduras
- Las verduras verdes son una fantástica fuente de fibra insoluble, que añade volumen a las heces y acelera su tránsito por el tubo digestivo. También son ricas en magnesio, que puede ayudar a aliviar el estreñimiento mejorando las contracciones musculares del tracto gastrointestinal.
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Verduras
- Las espinacas, las coles de Bruselas, el brócoli y otras verduras de hoja verde se encuentran entre las principales verduras de hoja verde oscura que ofrecen estos beneficios digestivos. Un estudio de 2016 descubrió un azúcar inusual en las verduras de hoja verde que nutre las bacterias intestinales buenas, favorece la digestión y también puede ayudar a dificultar el crecimiento de algunas bacterias malas que pueden provocar enfermedades.
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Natto
- Al igual que el tempeh, el natto se elabora con soja fermentada. Normalmente se come solo, pero también se acompaña de kimchi, salsa de soja, cebolla verde y huevos crudos. También se puede tomar con arroz cocido.
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Natto
- El natto está repleto de probióticos que protegen contra las toxinas y las bacterias nocivas, al tiempo que refuerzan las bacterias intestinales sanas para mejorar la digestión. Curiosamente, un solo gramo de natto contiene casi tantos probióticos como una ración entera de otros alimentos o suplementos ricos en probióticos.
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Chucrut
- El chucrut se crea a partir de col rallada fermentada con ácido láctico, y gracias a este proceso de fermentación es rico en probióticos. Las investigaciones indican que una ración de media taza de chucrut puede contener hasta 28 cepas bacterianas diferentes que benefician a tu intestino al nutrir las bacterias buenas.
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Salmón
- El salmón está repleto de ácidos grasos omega-3, que pueden ayudar a reducir la inflamación del organismo. Para las personas con enfermedad inflamatoria intestinal, intolerancias alimentarias y otros trastornos digestivos, la inflamación intestinal es un problema común. El omega-3 puede ayudar a aliviar esta inflamación, mejorando así la digestión.
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Caldo de huesos
- El caldo de huesos se elabora cociendo a fuego lento huesos de animales y tejidos conjuntivos. La gelatina del caldo de huesos procede de aminoácidos como la glutamina y la glicina, y estos aminoácidos pueden unirse al líquido del tubo digestivo, facilitando el paso de los alimentos.
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Extracto de menta
- La menta piperita crece en todo el mundo y se ha utilizado como alimento y medicina desde la antigüedad. Los aceites esenciales de las hojas de menta se utilizan para elaborar aceite de menta, que se ha demostrado que alivia los problemas digestivos.
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Extracto de menta
- El aceite de menta, rico en mentol, puede ayudar a aliviar los síntomas del SII, como la hinchazón, las molestias estomacales y los problemas de defecación. Parece relajar los músculos del tracto digestivo, lo que podría mejorar la digestión, y también puede aliviar la indigestión al acelerar el movimiento de los alimentos a través del sistema digestivo.
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Plátanos
- Los plátanos no sólo son fáciles de digerir, sino que también son excelentes para la salud intestinal. Están repletos de fibra y nutrientes esenciales como el potasio, que ayuda a mantener el equilibrio de líquidos en el organismo. Los plátanos también pueden aliviar el malestar estomacal y ayudar a restablecer el funcionamiento normal del intestino.
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Aguacate
- El aguacate es un complemento fantástico para una dieta saludable para el estómago, repleto de fibra, vitaminas del grupo B, potasio y grasas saludables. Su sabor neutro puede aliviar las náuseas, mientras que su fibra soluble ayuda a reducir el estreñimiento. Las grasas saludables del aguacate también ralentizan la digestión, por lo que es una gran opción para quienes sufren diarreas frecuentes. Fuentes: (Healthline) (National Library of Medicine) (Austin Gastroenterology) No te pierdas: Gastronomía y estrellas: alimentos irresistibles que algunos famosos detestan
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¿Qué es la salud digestiva?
- La salud digestiva significa que todas las partes del aparato digestivo (el estómago, los intestinos y otros órganos) funcionan bien. Ayuda a prevenir problemas como el estreñimiento, la diarrea y el dolor de estómago, garantizando la correcta descomposición de los alimentos y la absorción de nutrientes.
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El poder de la alimentación saludable
- Los alimentos saludables son cruciales para el buen funcionamiento del aparato digestivo. Aportan la fibra, las vitaminas y los minerales necesarios para mantener las bacterias beneficiosas en el intestino. Estas bacterias beneficiosas son esenciales para descomponer los alimentos y absorber los nutrientes.
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Yogur
- El yogur se elabora con leche fermentada por bacterias lácticas. Contiene probióticos, bacterias amistosas que viven en el tracto digestivo y mejoran la digestión, manteniendo el intestino sano. Aunque los probióticos están presentes de forma natural en el intestino, el consumo de alimentos como el yogur puede reforzarlos y facilitar la digestión.
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Yogur
- Los probióticos pueden aliviar problemas digestivos como la hinchazón, el estreñimiento y la diarrea, y también ayudan a digerir la lactosa (o azúcar de la leche). Sin embargo, no todos los yogures contienen probióticos, así que, cuando vayas a comprarlos, busca en el envase "cultivos vivos y activos".
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Manzanas
- Las manzanas están repletas de pectina, una fibra soluble que se salta la digestión en el intestino delgado y es descompuesta por las bacterias beneficiosas del colon. La pectina aumenta el volumen de las heces y ayuda a combatir el estreñimiento y la diarrea. Además, reduce el riesgo de infecciones intestinales e inflamación del colon.
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Hinojo
- El hinojo, con su bulbo pálido y sus largos tallos verdes, añade sabor a las comidas y presume de beneficios digestivos. Su contenido en fibra ayuda a prevenir el estreñimiento y favorece la regularidad. Además, el hinojo contiene un agente antiespasmódico que relaja los músculos lisos del tubo digestivo, aliviando síntomas como la hinchazón, las flatulencias y los calambres.
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Kéfir
- El kéfir es un producto lácteo cultivado que se elabora añadiendo "granos" de kéfir (una mezcla de levadura y bacterias) a la leche, lo que ofrece beneficios digestivos. Al igual que los probióticos del yogur, los cultivos del kéfir ayudan a digerir la lactosa, reduciendo la hinchazón, los calambres y los gases relacionados con la intolerancia a la lactosa.
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Kéfir
- Los estudios demuestran que el kéfir estimula las bacterias intestinales saludables que mejoran la digestión, al tiempo que reduce las bacterias dañinas. Además, el consumo de kéfir está relacionado con la disminución de la inflamación intestinal, lo que mejora aún más la digestión.
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Semillas de chía
- Las semillas de chía están repletas de fibra y, una vez consumidas, forman una sustancia gelatinosa en el estómago. Actúan como un prebiótico, favoreciendo la salud de las bacterias intestinales y facilitando la digestión. Su fibra también favorece un tránsito intestinal regular y unas heces sanas.
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Kombucha
- La kombucha es un té fermentado que se elabora añadiendo cepas específicas de bacterias, azúcar y levadura al té negro o verde, para luego fermentarlo durante una semana o más. Este proceso produce una abundancia de bacterias probióticas que pueden mejorar la salud digestiva, y algunas investigaciones en ratones sugieren que la kombucha también puede ayudar a curar las úlceras de estómago.
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Papaya
- La papaya, una deliciosa fruta tropical, contiene la enzima digestiva papaína. Esta enzima ayuda a descomponer las fibras proteicas, facilitando la digestión de las proteínas. Aunque no es esencial en su dieta, la papaína puede ser una ayuda digestiva útil.
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Granos integrales
- Los granos, semillas de plantas parecidas a la hierba conocidas como cereales, están repletos de beneficios para la salud. Para ser considerados integrales, deben contener el 100% de la semilla: salvado, germen y endospermo intactos.
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Granos integrales
- La fibra de estos cereales integrales actúa de dos maneras. En primer lugar, añade volumen a las heces, lo que puede ayudar a reducir el estreñimiento. En segundo lugar, algunas fibras de cereales actúan como probióticos, alimentando las bacterias saludables del intestino para mejorar la digestión en general.
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Tempeh
- El tempeh se elabora a partir de soja fermentada, donde las bacterias y la levadura descomponen los azúcares. Este proceso de fermentación también descompone el ácido fítico, un antinutriente de la soja que puede dificultar la absorción de nutrientes. Como resultado, la fermentación no solo hace que el tempeh sea más digerible, sino que también mejora la absorción de sus nutrientes.
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Remolacha
- Una taza de remolacha contiene 3,4 gramos de fibra que se salta la digestión y se dirige directamente al colon, donde alimenta las bacterias intestinales sanas o añade volumen a las heces, dos factores que mejoran la digestión. Puedes disfrutar de la remolacha de varias formas deliciosas: asada, en ensalada, en escabeche o mezclada en un batido, por ejemplo.
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Miso
- El miso, que se suele tomar en sopa, se elabora fermentando soja con sal y koji, un tipo de hongo. Este proceso de fermentación llena el miso de probióticos que, al igual que otros alimentos fermentados, mejoran la digestión al aumentar las bacterias intestinales buenas.
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Jengibre
- El jengibre, un alimento básico en la medicina oriental, es famoso por mejorar la digestión y prevenir las náuseas; muchas mujeres embarazadas recurren a él para aliviar las náuseas matutinas. Esta raíz amarillenta acelera el vaciado gástrico y, al hacerlo, reduce el riesgo de acidez, náuseas y molestias estomacales.
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Kimchi
- El kimchi, elaborado normalmente con col fermentada, aunque a veces también con otras verduras, es un gran probiótico; cuanto más tiempo fermenta, más rico en probióticos se vuelve. También es rico en fibra, que añade volumen a las heces y favorece la salud intestinal.
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Verduras
- Las verduras verdes son una fantástica fuente de fibra insoluble, que añade volumen a las heces y acelera su tránsito por el tubo digestivo. También son ricas en magnesio, que puede ayudar a aliviar el estreñimiento mejorando las contracciones musculares del tracto gastrointestinal.
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Verduras
- Las espinacas, las coles de Bruselas, el brócoli y otras verduras de hoja verde se encuentran entre las principales verduras de hoja verde oscura que ofrecen estos beneficios digestivos. Un estudio de 2016 descubrió un azúcar inusual en las verduras de hoja verde que nutre las bacterias intestinales buenas, favorece la digestión y también puede ayudar a dificultar el crecimiento de algunas bacterias malas que pueden provocar enfermedades.
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Natto
- Al igual que el tempeh, el natto se elabora con soja fermentada. Normalmente se come solo, pero también se acompaña de kimchi, salsa de soja, cebolla verde y huevos crudos. También se puede tomar con arroz cocido.
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Natto
- El natto está repleto de probióticos que protegen contra las toxinas y las bacterias nocivas, al tiempo que refuerzan las bacterias intestinales sanas para mejorar la digestión. Curiosamente, un solo gramo de natto contiene casi tantos probióticos como una ración entera de otros alimentos o suplementos ricos en probióticos.
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Chucrut
- El chucrut se crea a partir de col rallada fermentada con ácido láctico, y gracias a este proceso de fermentación es rico en probióticos. Las investigaciones indican que una ración de media taza de chucrut puede contener hasta 28 cepas bacterianas diferentes que benefician a tu intestino al nutrir las bacterias buenas.
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Salmón
- El salmón está repleto de ácidos grasos omega-3, que pueden ayudar a reducir la inflamación del organismo. Para las personas con enfermedad inflamatoria intestinal, intolerancias alimentarias y otros trastornos digestivos, la inflamación intestinal es un problema común. El omega-3 puede ayudar a aliviar esta inflamación, mejorando así la digestión.
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Caldo de huesos
- El caldo de huesos se elabora cociendo a fuego lento huesos de animales y tejidos conjuntivos. La gelatina del caldo de huesos procede de aminoácidos como la glutamina y la glicina, y estos aminoácidos pueden unirse al líquido del tubo digestivo, facilitando el paso de los alimentos.
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Extracto de menta
- La menta piperita crece en todo el mundo y se ha utilizado como alimento y medicina desde la antigüedad. Los aceites esenciales de las hojas de menta se utilizan para elaborar aceite de menta, que se ha demostrado que alivia los problemas digestivos.
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Extracto de menta
- El aceite de menta, rico en mentol, puede ayudar a aliviar los síntomas del SII, como la hinchazón, las molestias estomacales y los problemas de defecación. Parece relajar los músculos del tracto digestivo, lo que podría mejorar la digestión, y también puede aliviar la indigestión al acelerar el movimiento de los alimentos a través del sistema digestivo.
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Plátanos
- Los plátanos no sólo son fáciles de digerir, sino que también son excelentes para la salud intestinal. Están repletos de fibra y nutrientes esenciales como el potasio, que ayuda a mantener el equilibrio de líquidos en el organismo. Los plátanos también pueden aliviar el malestar estomacal y ayudar a restablecer el funcionamiento normal del intestino.
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Aguacate
- El aguacate es un complemento fantástico para una dieta saludable para el estómago, repleto de fibra, vitaminas del grupo B, potasio y grasas saludables. Su sabor neutro puede aliviar las náuseas, mientras que su fibra soluble ayuda a reducir el estreñimiento. Las grasas saludables del aguacate también ralentizan la digestión, por lo que es una gran opción para quienes sufren diarreas frecuentes. Fuentes: (Healthline) (National Library of Medicine) (Austin Gastroenterology) No te pierdas: Gastronomía y estrellas: alimentos irresistibles que algunos famosos detestan
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Alimentos clave para mejorar la digestión
Mejora tu salud digestiva con estos remedios naturales
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¿Harto de hinchazones, molestias estomacales y tránsito irregular? La clave podría estar en tu intestino. Muchos pasan por alto el papel crucial del sistema digestivo en el bienestar general, desde la descomposición de los alimentos hasta la absorción de nutrientes y la eliminación de residuos. Un intestino sano es esencial para la digestión y, por suerte, hay formas naturales de mejorarlo con sencillos cambios en la dieta.
Exploremos los principales alimentos beneficiosos para el intestino que pueden aliviar los problemas digestivos y mejorar la salud general. Haz clic en la siguiente galería.
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