Se lo recuerda como uno de los peores papas de la historia, ¿pero quién fue en realidad Benedicto IX (c. 1012–c. 1056) y por qué era tan odiado?
Benedicto IX, de nombre secular Teofilacto de Túsculo, nació en Roma (Italia).
Era el sobrino de dos antiguos papas, Benedicto VIII y su predecesor, Juan XIX.
Teofilacto llegó a sumo pontífice en 1032 gracias a la influencia de los poderosos y adinerados condes de Túsculo. Su propio padre aseguró que lo eligiesen papa con sobornos. De esa forma, se convirtió en obispo de Roma y gobernante de los Estados Pontificios sin casi ningún tipo de preparación.
Benedicto IX sembró el caos desde el inicio de su papado con tan solo 20 años. Su inusual conducta hizo que llevase una vida de violencia y desenfreno. El Palacio de Letrán fue el escenario de muchas de sus cuestionables juergas.
Para sorpresa de nadie, la falta de principios del pontífice hizo que se ganase muchos enemigos que no dudaron en acusarle de confabular con el mismísimo diablo por las noches.
Sus detractores no tardaron en urdir un plan de asesinato para deshacerse de él. Un día, varios de ellos se adentraron en la basílica de San Pedro armados con garrotes.
Cuando estaban a punto de echarle el guante a su presa, el destino intervino en favor de Benedicto. Un eclipse solar dejó la basílica en penumbra, despertando el temor de sus adversarios. Aprovechando la confusión, el papa huyó del edificio.
Considerado indigno de la Cátedra de san Pedro, los enfurecidos habitantes de Roma expulsaron a Benedicto IX de la ciudad en 1045. A pesar de ser sustituido por Silvestre III, el pontífice caído en desgracia se negó a darse por vencido.
El papado de Silvestre fue más bien breve. En cuestión de pocas semanas, en medio del caos y la confusión, Benedicto regresó a Roma, derrocó a su sucesor y volvió a hacerse con el poder por segunda vez.
Como si nada hubiera pasado, Benedicto IX volvió a ocupar en Palacio de Letrán. Cabe mencionar que durante la época de los Estados Pontificios los papas rara vez residían en el Vaticano. Este palacio fue la residencia habitual de los sumos pontífices durante unos mil años.
Más pronto que tarde, Benedicto volvió a hacer gala de sus malos hábitos. No tardó en excomulgar a los líderes eclesiásticos que se habían opuesto a él y en entregarse a una vida de crueldad y fornicación.
¡Y un buen día decidió que ya no quería saber nada más del papado! Eso sí, no sin antes aprovecharse de su posición de poder.
En 1045, en un extraordinario acto de traición, Benedicto IX le vendió el papado a su padrino, Giovanni Graziano, un sacerdote romano que a cambio le ofreció una jugosa pensión. En mayo de 1045, Graziano pasó a ser Gregorio VI. Su llegada al papado debería haber sido motivo más que suficiente de escándalo, pero la historia aún estaba lejos de acabar.
Al año siguiente, en un giro de los acontecimientos digno de una telenovela, tanto Benedicto como Silvestre regresaron a Roma y ambos reivindicaron el papado.
El 10 de diciembre de 1046, Enrique III, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, convocó el Concilio de Sutri con el propósito de poner orden en el papado de una vez por todas. Gregorio y Silvestre defendieron su postura delante del emperador, pero Benedicto se encerró en su castillo. Al final, Enrique III rechazó a los tres y declaró sumo pontífice a Clemente II.
Todo el mundo esperaba grandes cosas de Clemente II, pero el sumo pontífice murió en menos de un año. No tardaron en correr los rumores de que había sido asesinado, probablemente a manos del contrariado Benedicto. Sea cual fuere la causa de su muerte, su fallecimiento hizo que el papado quedase vacante, por lo que alguien no tardó en reclamarlo...
El 8 de noviembre de 1047, Benedicto se convertía en sumo pontífice por tercera vez.
Roma, sin embargo, nunca había perdonado a Benedicto por haber vendido el papado, por lo que seguía estando acusado de simonía (la compra o venta de bienes considerados espirituales).
Por si esto fuera poco, la escandalosa predilección de Benedicto por la magia negra, los placeres carnales y el dinero ajeno no tardó en enfurecer a Enrique III.
Furioso con el hombre sin escrúpulos que estaba al frente de la Santa Sede, Enrique III ordenó su inmediata expulsión del Palacio de Letrán.
El 17 de julio de 1048, Bonifacio III de Toscana, bajo las órdenes de Enrique III, llegó a Roma y se enfrentó a Benedicto. Bonifacio provenía de la familia de Canossa, una de las casas nobles más poderosas de Italia. Básicamente, ¡no querías tenerlo como enemigo!
Benedicto fue expulsado de Roma de una vez por todas y nunca más se le volvió a ver por la ciudad.
Benedicto fue sustituido por Dámaso II. Su papado comenzó el 17 de julio de 1048 y acabó el 9 de agosto de ese mismo año. Muchos comenzaron a especular sobre la causa de su muerte y no tardaron en apuntar con el dedo a Benedicto (otra vez).
A día de hoy sigue siendo un misterio qué fue del pontífice excomulgado. Lo más probable es que se dirigiese a Grottaferrata, una pequeña localidad a 20 km al sureste de Roma.
Habiendo renunciado a cualquier posibilidad de recuperar el papado, Benedicto probablemente se refugió en la abadía de Grottaferrata, donde se cree que llevó una vida de penitencia desde 1055 hasta 1056.
De hecho, hay quienes creen que sus restos mortales descansan en las catacumbas que hay debajo de la abadía.
Lo que sí es cierto es que a Benedicto IX se lo recuerda como uno de los papas más polémicos de la Iglesia católica y, probablemente, el más corrupto.
Fuentes: (Britannica) (New World Encyclopedia) (Memim)
Ver también: Los escándalos más estremecedores de la Iglesia católica
Escándalos papales: el pontífice más infame de todos los tiempos
¿Sabes que llegó a sumo pontífice hasta en tres ocasiones?
ESTILO DE VIDA Religión
Benedicto IX fue uno de los papas más polémicos y corruptos de la historia que llegó a sumo pontífice siendo poco más que un adolescente. Su terrible comportamiento y absoluta desconsideración por la institución hizo que se ganase muchos enemigos. Sin embargo, a pesar de su actitud vil e impía, llegó a ser papa en tres ocasiones. ¿Cómo pudo ser? ¿Qué tipo de persona era este maníaco? Si quieres saber la respuesta a esta y muchas otras incógnitas, ¡sigue leyendo!